Jorge Moreno/ Sipse
Mérida, Yuc.- El
lector Samuel Velázquez, de la ciudad de Mérida, pide que hablemos sobre las
fotos de supuestos fantasmas que aparecen plasmados en televisores apagados y
que circulan en internet.
Es difícil saber qué
tan reales son debido a que no tenemos acceso a la foto original y menos a los
testigos directos de los casos, además de que en la red, por desgracia circulan
cientos de imágenes trucadas.
Pero hay un caso
real en Yucatán que pude analizar a fondo y descubrir con mucha sorpresa que se
trata de una foto auténtica, la cual, en su momento, también fue analizada por
empresas especializadas de México, aquí la historia:
En enero de 2005 fui
a una casa de la ciudad de Umán, para que una familia me mostrara una foto que
fue tomada dos años atrás a la hija menor, con la extrañeza de que, en la parte
de atrás aparecía claramente la silueta y rostro de una niña plasmada en la
pantalla de un televisor que se supone estaba apagado, además de que no había
nadie más ahí.
La imagen era clara
y definida. Se veía un rostro y hasta el color del vestido, el cual era azul,
con una especie de cinturón o listón amarillo; luego de entrevistar a la
familia, dimos a conocer este caso en la revista Misterios, al igual que la foto.
Posteriormente,
mandé la foto a una empresa de la ciudad de México especializada en imágenes y
video (Films de México S.A. de C.V.) para que dieran su opinión profesional.
Sus conclusiones
fueron contundentes: la televisión estaba apagada, la imagen no fue trucada
digitalmente y por si fuera poco, era imposible que se tratara del reflejo de
alguna persona que estuviera de frente al televisor.
De hecho, yo realicé
algunas pruebas en esa casa y no había forma de que se plasmara alguien en la
tele aunque lo paráramos en un ángulo específico, a menos que este estuviera
¡en el techo!
Así comprobé que la
familia no mentía en cuanto a que no había ni una persona “de carne y hueso”
ahí.
MÁS MANIFESTACIONES DE LA PEQUEÑA
El siguiente paso
sería identificar a la niña, pero ellos me dijeron que no tenían algún familiar
con esas características que hubiera fallecido hace poco ni hace mucho tiempo,
los vecinos tampoco sabían nada, así que, por el momento el caso quedó ahí.
Pasaron siete meses
antes de que me enterara que, antes de que esa familia se pasara a vivir a esa
casa, habían habitado allí otras personas, que tenían una hija de ocho años, la
cual falleció de leucemia en un hospital.
Tres años después,
en 2008, conocí a sus papás. Insólitamente, fueron ellos quienes me
contactaron, pero no por la foto (ellos no tenían idea de que los nuevos
inquilinos habían tomado una imagen donde aparecía la difunta), sino porque en
su nueva casa -en el fraccionamiento Vergel de la ciudad de Mérida- habían
estado viendo con frecuencia la silueta de su hija, con un semblante muy triste
e incluso, la habían escuchado gritar y llorar.
Cuando descubrí que
ellos habían vivido en el mismo fraccionamiento de Umán, lo relacioné con la
foto del caso mencionado, y fue así, de esa forma tan sorprendente e
inesperada, que descubrí que las apariciones en la casa de Vergel y la imagen
tomada en Umán años antes, correspondían a la misma niña, de nombre Sofía Peraza
Huchim, quien luego de unos años más, sin algún motivo aparente, dejó de
manifestarse ante sus papás.
Ellos conservan una
copia de la foto que tomó la familia de Umán, está en un altar junto a una foto
en vida de Sofi, junto con unas veladoras, unas galletas Emperador de chocolate
(sus favoritas) y una muñeca Barbie.
(ZOCALO/ Sipse/ 03/04/2013 - 05:03 PM)
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