Buscan recaptura de “El Güero Chompas”
Inés Garcia Ramos
Por los asesinatos
cometidos en Tijuana y Mexicali, la PGJE busca a sicarios de por lo menos
cuatro células del Cártel de
Sinaloa. La mayoría
de los homicidios son atribuidos a venganzas entre miembros de los mismos
grupos criminales
Con 42 homicidios
cometidos en Tijuana y 15 en Mexicali durante el mes de enero en 2013, ambos
municipios se mantienen como el centro de la pugna territorial del
narcotráfico, entre células del Cártel de Sinaloa en Baja California, escenario
de 64 asesinatos en los primeros 30 días del año.
La Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE) sostiene la teoría de que el 80 por
ciento de los homicidios ocurridos en las primeras semanas de 2013, tiene su
origen en el narcomenudeo: venganzas por falta de “lealtad”, pugnas por el
control de plazas, ajustes de cuentas y el empoderamiento de comerciantes y
consumidores de enervantes que le han arrebatado a Tijuana la relativa calma
con que finalizó 2012.
En declaraciones
recientes, el secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa
Anaya, precisó que las actividades del narcomenudeo han formado el
empoderamiento del consumidor o del vendedor, quienes sin la necesidad de las
órdenes de algún líder, comienzan a asumir el control de la plaza.
Además, explicó que
las ejecuciones tienen como origen los conflictos entre bandas de
narcomenudistas -identificadas, pero aún no atacadas-, cuyos miembros son
reclutados al salir de la cárcel.
En lo que va de
2013, la PGJE ha abierto más de 20 averiguaciones previas en torno a asesinatos
por narcomenudeo, y 40 personas han sido puestas a disposición de un juez
local.
Para el
subprocurador en Delincuencia Organizada, Abel Galván, el trabajo elemental
consiste en evitar la circulación de narcomenudistas y mantenerlos en la
cárcel.
“Para nosotros es
muy importante manejar las modalidades sobre las conductas graves (asociadas al
narcomenudeo), por ejemplo la posesión con fines de venta o para suministro.
Así, a las personas detenidas se les aplican estos criterios y no tienen derecho
a fianza”, aseveró.
Bajo ese criterio,
durante 2012 hubo 4 mil 500 personas detenidas y procesadas por narcomenudeo, a
la par de 2 mil órdenes de auto de formal prisión. “Al mantenerlos en la cárcel
estamos previniendo no solamente homicidios, sino asaltos y otros tipos de
delitos ocasionados por el narcomenudeo”, indicó Galván.
En Tijuana ya tiene
identificados a dos grupos de homicidas: Los Chamulas, empelados criminales de
Israel Osuna Abarca “El Paisa” o “El Chamula Mayor”, capturado; y en el otro
extremo, la banda delictivas de Francisco Javier Mendoza Uriarte “El Chapito”,
cuyo operador es José Luis Mendoza Uriarte “El Güero Chompas”. A este grupo se
le atribuye la mayoría de los asesinatos en Tijuana.
En Mexicali, los
ataques armados se imputan a gente de Ismael “El Mayo” y a Los Garibay.
Por venganza en Tijuana
Aun sin concluir el
segundo mes de 2013, hasta el jueves 21 de febrero, en Tijuana ya sumaban 76
asesinatos, lo que representa el 23 por ciento del total de homicidios
ocurridos en el transcurso de 2012.
Liberado en
diciembre del año anterior, luego de obtener un amparo federal, José Luis
Mendoza Uriarte “El Güero Chompas”, primo de Raydel López Uriarte “El Muletas”,
ha ordenado los homicidios de aquellos desleales durante su año de
aprisionamiento. Ésa es la versión que tiene la PGJE.
Respecto al criminal
liberado, Abel Galván declaró: “Los delincuentes promueven juicios de amparo en
otras instancias federales con criterios distintos, pero esa resolución fue
apelable por la PGJE y estamos en espera de que el Tribunal lo resuelva;
desafortunadamente, mientras se resuelve, este sujeto continúa en libertad”.
Por medio de sus
juristas, la Procuraduría General de Justicia del Estado analiza cómo solicitar
la orden de recaptura del delincuente ante una segunda instancia.
Conforme a las
primeras indagatorias en los homicidios, José Luis Mendoza Uriarte se sirve de
la célula criminal identificada como Los Monkikis, quienes se encargan de las
ejecuciones.
Su actividad
criminal fue delatada por los recientemente capturados: Miguel Antonio García
Rebolledo, alias “Miguel Antonio Rebolledo Cisneros”, “El Miguelito” o “El
Toño”; y René de Jesús Moreno Conteras “El Chino”, quienes confesaron cuatro
homicidios ocurridos entre el 6 de noviembre de 2012 y el 10 de febrero de
2013, todos relacionados con “ajustes de cuenta”.
La lista incluye a
Miguel Cota Haro, quien el 6 de noviembre de 2012 fue ultimado en el
fraccionamiento Maclovio Rojas de la delegación La Presa; y a José David
Sandoval López, cuyo cuerpo fue localizado en la colonia Altiplano, el 31 de
diciembre del mismo año.
Bajo el número de
averiguación previa 35/13/201, con fecha 30 de enero de 2013, también se les
inculpó por el homicidio de José Guadalupe Jiménez Ledezma, ejecutado el 27 de
enero y encontrado atado de pies, manos y con una soga en el cuello en la
colonia Tercera Etapa del Río Tijuana. Lo asesinaron por haber participado en
el “secuestro y homicidio de otro sujeto apodado ‘El Erre’, cuyo cuerpo fue
localizado en el Parque Industrial Pacífico”.
El 10 de febrero de
2013 recibieron y atendieron las instrucciones de asesinar a Francisco Jesús
Noriega Ceja (muerto) y Jaime Martínez Martínez (lesionado) en la colonia
Obrera, pero fueron detenidos en la huida.
En su declaración,
René de Jesús Moreno Conteras identificó al ex policía municipal Mario García “El Muerto” Corona como el
tercer participante en el homicidio, quien sigue libre.
Como miembros del
grupo de “El Güero Chompas”, los detenidos mencionaron una serie de apodos: “El
Negro”, “El Emilio”, “El Óscar”, “Doña Buenos Aires”, “La Sara”, “Doña
Chimuela”, “El Martín”, “El Ruri” y “El Burro”.
Adicionalmente, en
posesión de más de un kilo y mil 800 dosis de cristal y 5 kilogramos de
heroína, el 5 de febrero la Policía Municipal detuvo a Israel Osuna Abarca “El
Paisa” o “El Chamula Mayor”, de 38 años de edad, en las inmediaciones del
fraccionamiento Santa Fe.
En su declaración,
manifestó ser el líder de la banda Los Chamulas, la cual admitió “pelea la
plaza de San Antonio de los Buenos” para
la venta de droga en las colonias Francisco Villa, Guerrero,
Independencia, Obrera y la Zona Centro.
Para él, laboraba
Ismael Caray Córdova, policía municipal a quien pagaba 2 mil 500 pesos
mensuales por información. El acusado ya fue puesto a disposición de la
Procuraduría General de la República (PGR).
Los Chamulas
adquirieron presencia criminal en Tijuana
entre 2011 y 2012. Reportes de inteligencia de la Secretaría de
Seguridad Pública Estatal, los ubicaban como cabecillas en las colonias Hidalgo
y México de la Zona Centro, y las delegaciones San Antonio de los Buenos, La
Mesa y Mesa de Otay.
En Mexicali atacan los de “El Chapo” y Los Garibay
El ataque contra
Jorge Alberto “El Pelón” Soto Patiño -uno de los principales bajadores de droga
del Cártel de Sinaloa en Mexicali- no fue fortuito, tampoco la presencia
durante la balacera de su primo, el agente municipal Juan Francisco Castañeda
Robles, a quien se investigaba por su situación patrimonial.
Ocurrido el 16 de
febrero de 2013, el intento de homicidio en contra de Soto Patiño (en estado de
coma) y Castañeda Robles (fallecido) fue relacionado extraoficialmente con un
“baje” de cocaína ocurrido en marzo de 2012; incluso en esa línea de
investigación se relaciona al comandante de la Policía Ministerial, Juan
Cristóbal Aguilar Aispuro, asesinado el 2 de octubre de 2012, y el homicidio
del abogado Javier Rangel Herrera en septiembre del mismo año.
Soto Patiño había
sido detenido en 2010, en ese entonces declaró ante la autoridad ministerial
trabajar para varios elementos en activo. Tenía un contacto en El Centro,
California, apodado “El Júnior”, quien le daba información sobre almacenes
donde se resguardaba la droga. Éste se la entregaba a “Mike” Cortez, quien
finalmente la trasmitía a los agentes de la Ministerial de nombre Javier Curiel
y otro de apellido Contreras, quienes ordenaban el baje de droga.
Fuentes consultadas
por ZETA aseguran que es improbable que Castañeda Robles, un agente con 15 años
de servicio en la corporación policiaca, desconociera las actividades a las que
se dedicaba Soto Patiño.
Incluso el 16 de
febrero, el agente Castañeda Robles estaba en su día de descanso pero se encontraba
armado, además de que el vehículo en que fueron atacados era propiedad del
fallecido agente.
El subprocurador
contra la Delincuencia Organizada declaró que Jorge Alberto Soto Patiño y Juan
Francisco Castañeda Robles eran conocidos: “Sí
había una relación, sí se conocían ambos, lo que queremos rectificar si
el impacto era para los dos, o simplemente era directamente contra él”.
Señaló que según las
primeras investigaciones, el agente estaba haciendo un trato de compraventa de
un vehículo, por lo que no descartan que su homicidio fuera circunstancial.
Sin embargo, el
subprocurador reconoció que Soto Patiño, es un delincuente conocido. “Tenía ya
varios récords dentro de la institución, antecedentes por evasión de presos,
lesiones, amenazas, daños. En fin, traía un cúmulo de eventos, tenemos
registrado a este sujeto como que se dedicaba al trasiego de droga en nuestra
ciudad, y entonces estamos hablando también de un tema de delincuencia
organizada, un ajuste de cuentas”, aseguró el fiscal.
El mismo 16 de
febrero, fueron agredidos dos agentes municipales en la colonia Nueva del Valle
de Mexicali. Fuentes consultadas por ZETA aseguran que el ataque contra los
agentes Ángel Sánchez y Sergio Herrera fue perpetrado por gente de Los Garibay, supeditados a las
órdenes de Ismael “El Mayo” Zambada.
Durante la
madrugada, un grupo de criminales les disparó desde una camioneta Tahoe,
lesionándolos.
El domingo 17 de
febrero, un día después del atentado, agentes de la Policía Municipal de San
Luis Río Colorado, Sonora, detuvieron en la Avenida Sonora, entre calles Juan
Lara y 5 de Mayo, a los ocupantes de un vehículo Subaru modelo 2007, matrícula
de Baja California, por conducir a exceso de velocidad.
En el lugar fueron
detenidos Luis Naranjo y Miguel Vizcarra Acevedo, de 34 años de edad. Tenían en
su poder pasamontañas, guantes, celulares y un pequeño arsenal.
Según las primeras
versiones de un jefe policiaco, confiadas a ZETA, uno de los detenidos podría
estar relacionado con la agresión a los agentes un día antes, aunque las
autoridades de Sonora todavía no corroboran la información.
(SEMANARIO ZETA/ Inés Garcia Ramos /Febrero 25, 2013)
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