El consumo de hidrocodona y la oxicodona es la adicción de moda en Estados Unidos. Del año 2000 a la fecha han surgido cartelitos “independientes” especializados en el tráfico de estos medicamentos. En la frontera noroeste, estos grupos delictivos “pagan piso” al Cártel Arellano Félix y ahora el de Sinaloa. El operativo MexRx de la DEA, identificó a la célula de “Los Samame” traficando desde Tijuana a partir del año 2006. El líder delictivo del grupo sigue libre
Los fármacos controlados, son la nueva droga fuerte de preferencia en
el sur de California. La cocaína, las metanfetaminas y la heroína han
sido reemplazadas por analgésicos de alta potencia como la hidrocodona y
la oxicodona, comúnmente recetados a pacientes en recuperación de
cirugías o con enfermedades terminales.
Tanto gusta a los sudcalifornianos, que las ingieren en pastillas de
liberación prolongada o las utilizan como supositorios para que el
efecto sea más rápido e intenso. Los que desean el high inmediato las muelen para inhalarlas, fumarlas o “cocinarlas” como la heroína e inyectarlo en sus venas.
Su demanda es tal que, en menos de una década, en México y Estados
Unidos se han formado cárteles especializados en el tráfico de
medicamentos. Sus ganancias multimillonarias les han costado el “cobro
de piso” por los cárteles tradicionales, como el de los hermanos
Arellano Félix (CAF) y el de Sinaloa.
Los principales abastecedores de estas sustancias son farmacias,
doctores corruptos y personas cercanas a la industria farmacéutica en
Estados Unidos, lo que significa que el proceso de tráfico inicia en
aquel país hacia el lado mexicano.
En el caso de la frontera noroeste, un porcentaje de esas pastillas
son traficadas a Tijuana y vendidas ilegalmente en farmacias a turistas o
locales. La mayoría son contrabandeadas de vuelta a California, y
vendidas en la calle o a través de sitios de internet.
Así lo revelan investigaciones desarrolladas por el Departamento de
Seguridad Interna de Estados Unidos (DHS), Aduanas y Protección
Fronteriza (CBP) y la Agencia Antidrogas (DEA) en San Diego.
El consumo desmedido ha disparado el índice de muertes por sobredosis
en ciudades como San Diego, superando incluso los decesos por
accidentes automovilísticos. Este problema de salud y seguridad pública
tiene solución en una mayor vigilancia a las instituciones bancarias y a
las empresas de mensajería, hasta ahora intocables por el gobierno de
Estados Unidos.
El Cártel Samame
La investigación respecto a uno de los grupos delictivos que opera desde Tijuana a San Diego inició hace seis años.
La tarde del 10 de febrero de 2009, Rosario Astorga intentó
contrabandear a Estados Unidos 35 paquetes de droga escondidos en su
auto, a través de la Garita de San Ysidro, pero fue detectado y
aprehendido por agentes de CBP.
No era un cargamento ordinario, se trataba de centenares de pastillas
de hidrocodona y oxicodona que serían distribuidos a diferentes partes
del país, a través de servicios de paquetería comercial a clientes que
los habían ordenado por internet. Cada bolsa contenía el número de
orden, la dirección del comprador y las instrucciones para su envío.
Momentos después fue capturado su hermano Juan Astorga, cuando
intentaba cruzar a pie por la misma garita. Del otro lado se encontraría
con Rosario para ayudarlo con el envío de las pastillas, así como a
recoger cheques en un apartado postal, recibidos como pago de nuevos
“pedidos”.
Ambos confesaron que trabajan para Jorge Samame Rodea, pero esto ya
lo sabían los agentes federales, los estaban esperando para detenerlos.
Esa mañana, elementos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas
(ICE, por sus siglas en inglés) habían aprehendido a Ángel Luévano,
administrador de los sitios de internet utilizados para vender los
medicamentos controlados.
Por tres años, investigadores financieros del Departamento de
Seguridad Interna de Estados Unidos, especialistas en lavado de dinero,
vigilaron su operación como parte del operativo MexRx, una de
las primeras investigaciones federales al tráfico de medicamentos
controlados en la región. De acuerdo con documentos de la Corte Federal
del Sur de California, el operativo inició en 2006 cuando agentes del
DHS detectaron operaciones ilegales a través del sitio www.MexRxOnline.com, por lo que se emitieron órdenes de cateo a los servidores de la empresa California Regional Intranet, que albergaba ese portal.
Descubrieron que ésa y otras ocho páginas de internet estaban
registradas a nombre de Ángel Luévano Ramírez, todas dadas de alta
utilizando el correo electrónico angelluevano@yahoo.com.mx, el cual era consultado regularmente desde la misma dirección de protocolo de internet.
Con la información proporcionada por el proveedor de internet Cox Communications,
se posicionó a Luévano en el número 5228 de la calle Bay Crest Lane de
San Diego, California. Una vez ubicado, las autoridades federales
monitorearon constantemente sus operaciones financieras y de trasiego.
Basados en las órdenes de compra a los nueve portales y los correos
de confirmación que enviaban a los clientes una vez recibido el pago, se
calculó que la organización para la que trabajaba distribuyó al menos
1.56 kilogramos de oxicodona y 355 gramos de hidrocodona, aunque los
agentes investigadores determinaron que eso solo representa una cantidad
mínima de lo que realmente pudieron haber vendido en línea.
Detectaron que en ese mismo periodo también comercializaron más de 80 mil pastillas de Ritalin
(metilfenidato), medicamento psicoestimulante con similitudes
estructurales a la anfetamina, pero con efectos farmacológicos más
parecidos a los de la cocaína, aunque menos potentes y de mayor
duración, utilizado comúnmente para el tratamiento del trastorno por
déficit de atención con hiperactividad y casos crónicos de fatiga o
depresión.
Como parte de la investigación, entrevistaron a una persona que había
comprado fármacos a través de los portales, bajo investigación en al
menos veinte ocasiones. Declaró que había pagado por las pastillas a
través de giros postales enviados a un apartado postal ubicado en San
Ysidro, California, y que por lo regular recibía su pedido días después.
Corroboró que al consumirlos tenían los efectos narcóticos esperados,
por lo que suponía eran auténticos.
Los agentes de ICE continuaron investigando a la organización, hasta
que en enero de 2010 se interpuso una acusación en contra de Jorge
Samame y Christopher Espinoza por cuatro cargos de distribución de
oxicodona, y por realizar transacciones financieras procedentes de
actividades ilícitas.
La Fiscalía del Distrito Sur de California informó que Espinoza era estudiante de Southwestern College en San Diego, y que trabajó como distribuidor para la organización de Samame. Desde el 2 de junio de 2010, la jueza Barbara Lynn Major autorizó una orden de aprehensión sin derecho a fianza en contra de Jorge Samame, la cual sigue vigente dentro del caso 10CR2153JAH.
Las autoridades estiman que las ganancias de la organización pudieron
haber promediado los 700 mil dólares mensuales. Hasta ahora seis
personas han sido enjuiciadas y condenadas a prisión por su
participación criminal.
Lic & Sam Multiservicios, S.A. De C.V.
De acuerdo con la partida 5395558 del Registro Público de la
Propiedad y de Comercio de Baja California, Jorge Samame Rodea es uno de
los accionistas de la empresa Lic & Sam Multiservicios, S.A. De C.V.
constituida el 9 de noviembre de 2004 bajo el giro de compra y venta de
billetes, monedas y cheques de viajero, así como la compra, venta,
importación y exportación de bienes muebles e inmuebles. Otro de los
accionistas es Carlos Samame Rodea, y como apoderado legal aparece
Carlos Samame Preciat.
Conforme al comunicado de prensa emitido por la Fiscalía del Distrito
Sur de California publicado el 4 de octubre de 2011, los cárteles
dedicados al tráfico de cocaína, metanfetaminas y heroína han intentado
cobrar a las organizaciones del tráfico de fármacos el derecho a operar.
“En un caso los traficantes tradicionales raptaron a un miembro de un farmacártel
con base en Tijuana y le cortaron varios dedos, porque su organización
no les había pagado impuestos” señalaba el boletín, basado en
información de inteligencia obtenida por agentes de ICE.
Ese caso fue documentado por ZETA en su edición 1960
y sucedió el 11 de octubre de 2011 en la ciudad de Tijuana. La víctima
fue identificada como un empresario dedicado al cambio de divisas y
exportación e importación de materiales diversos, quien aseguró haber
sido secuestrado por hombres que se identificaron como agentes de la
Policía Ministerial.
Las investigaciones periodísticas lo ubicaron como hijo de un hombre
que presuntamente se dedicaba al tráfico de psicotrópicos. Asimismo,
trascendió que uno de sus hermanos había sido secuestrado en febrero de
2008, presuntamente por oficiales de la Agencia Federal de Investigación
que dijeron trabajar para el Cártel Arellano Félix, según la
Averiguación Previa AP 08-08-201. Por su rescate pidieron un millón de
dólares y le amputaron tres dedos; sin embargo, solo se entregó parte
del dinero y el intercambio final jamás se realizó, ya que la víctima
escapó por sus medios.
La evolución de los cárteles
De acuerdo con la fiscal federal Laura Duffy, los cárteles
“tradicionales” no están incursionando al negocio del tráfico de
fármacos, solamente están cobrando impuestos o derecho de piso a las
organizaciones especializadas, cuya operatividad es cada vez más
notoria.
“Ni el Cártel Arellano Félix ni el Cártel de Sinaloa están
convirtiéndose en cárteles de fármacos, más bien esos cárteles
tradicionales están tomando su pedazo del pastel porque se está
convirtiendo en un negocio muy lucrativo”, declaró Duffy en entrevista
con ZETA.
Cuestionada sobre cuales cárteles mexicanos se relacionan con los
traficantes de fármacos, la fiscal se reservó comentar al respecto, sin
embargo, aseguró que existen más investigaciones abiertas sobre este
delito con ciudadanos mexicanos involucrados: “Estamos viendo este tipo
de casos todo el tiempo”.
La Fiscalía del Distrito Sur de California ha documentado situaciones
en las que traficantes de fármacos han usado las mismas tácticas que
los cárteles tradicionales. En un caso, miembros de una de estas
organizaciones ordenaron el asesinato de un rival para evitar que
cooperara con las autoridades. También mandaron a matar a sus
competidores comerciales para quedarse con un mayor porcentaje del
mercado ilícito.
En la mayoría de los expedientes llevados a corte, los traficantes
declaran que obtienen los fármacos en Estados Unidos. Algunos lo hacen
legalmente a través de recetas médicas expedidas por doctores corruptos.
Otros los compran a empleados de hospitales o farmacias que extraen los
medicamentos de manera ilegal.
Otras indagatorias
Otra investigación efectuada en 2011 reveló que el doctor Tyron
Reece, de Culver City, California, así como un grupo de empleados de una
farmacia de Los Ángeles, formaron un cártel especializado en el tráfico
de hidrocodona y oxicodona, que enviaban a clientes en el sur del
Estado, Texas, Louisiana y México.
Reece expedía recetas fraudulentas que eran surtidas en una farmacia
donde los empleados sabían que eran falsas. El Doctor ha perdido su
facultad para recetar medicamentos y en noviembre de este año dará
inicio el juicio en su contra.
En San Diego, tres farmacias se vieron involucradas en la
comercialización ilegal de decenas de miles de pastillas de oxicodona e
hidrocodona, luego de una investigación de la DEA que determinó que un
grupo de empleados extraían los medicamentos gracias a la falta de
vigilancia a las compras realizadas a las distribuidoras de fármacos;
por no efectuar inventarios con regularidad y por no reportar pérdidas
“significativas” de medicinas.
Los propietarios de los establecimientos, Fadi y Ramsey Atiya, han
acordado pagar una multa de 1.25 millones de dólares al gobierno de
Estados Unidos, mientras que los empleados involucrados han sido
encarcelados y sentenciados por tráfico de medicamentos controlados.
Otra investigación de la oficina de la DEA en San Diego reveló la
existencia de una organización dedicada al tráfico de medicamentos
controlados que eran robados por empleados de una empresa dedicada a la
recolección y destrucción de desechos médicos.
A través de un operativo encubierto de más de un año, se determinó que Michael Andrew Girvin, trabajador de la empresa Enserv West,
abasteció a una serie de traficantes miles de pastillas de oxicodona,
hidrocodona, morfina y metadona que extraía ilegalmente, según archivos
de la Corte Federal en poder de ZETA.
De acuerdo con la fiscal Laura Duffy, muchas de estas medicinas
obtenidas ilegalmente en California son traficadas hacia Tijuana. Una
parte es distribuida a farmacias que las venden ilegalmente a locales,
sobre todo a turistas extranjeros. Otra parte de los fármacos
contrabandeados permanecen almacenados para después ser internados de
vuelta a los Estados Unidos.
Pero la demanda de fármacos es tan grande, que algunos traficantes
comienzan a comprar medicamentos al mayoreo en sitios de internet
especializados en el comercio de productos restringidos, fácilmente
accesibles para cualquier persona, explicó el doctor Bryan Liang,
director del Instituto de Leyes de la Salud de la Escuela de Leyes
California Western en San Diego.
Estos fármacos por lo regular son fabricados ilegalmente en China por
compañías químicas que producen los ingredientes activos, pero no están
facultadas para elaborar los medicamentos y no son regulados como los
laboratorios farmacéuticos, por lo que representan un riesgo para la
salud.
Narcotraficantes empiezan a producir fármaco-drogas
Para comprobar la facilidad con la que un individuo puede comprar
medicamentos por internet, uno de los estudiantes de leyes del Profesor
Liang logró adquirir 500 mil pastillas de Viagra en Hong Kong. “Es una red de criminales alrededor del mundo que están haciendo esto”, sostuvo el académico.
La información más reciente de esta actividad ilegal apunta a que
ahora los cárteles mexicanos también han incursionado en la producción
de sus propios fármacos. Según el investigador, incluso es más sencillo
comprar la sustancia activa y los ingredientes en países como China o
India, dado el incremento en la vigilancia policial al comercio de los
medicamentos.
“Ciertos cárteles mexicanos ya están haciéndolo todo, las pastillas, el empaquetado, todo” expuso.
En materia de seguridad como de salud pública, el tráfico de fármacos
se ha convertido en un problema grave, consideró Liang, en particular
en la región fronteriza, donde diariamente, de un país a otro, se mueven
cientos de miles de autos, peatones y vehículos de carga.
Para aminorar los riesgos de ser descubiertos, los traficantes
reclutan a hombres jóvenes sin antecedentes penales y “de buena
apariencia”, explicó el profesor. En contraste, la fiscal Duffy asegura
que no existe un perfil específico de traficantes, sino todo tipo de
personas involucradas en este delito, aunque admite que los primeros en
ser detectados por las autoridades fueron los usuarios de esteroides,
por lo regular hombres jóvenes que practican fisiculturismo.
Turistas traficantes
Aaron Rubin comenzó a viajar a Tijuana cuando tenía 17 años. Al igual
que sus amigos, practicaba fisiculturismo y cruzaban la frontera
constantemente para comprar esteroides sin receta médica en farmacias
locales.
El uso de anabólicos pronto se convirtió en abuso de fármacos
controlados. Un amigo de la escuela los había inducido, se los robaba a
su padre, un adicto a los analgésicos. Entonces los viajes a Tijuana se
convirtieron en las fiestas más salvajes de su vida.
“Lo hacían seguido y compraban todo tipo de medicamentos controlados”, explicó Sherrie Rubin, madre de Aaron. “Xanax, oxicodona, morfina, Norcos,
cocaína, de todo. Cuando no tenían receta médica hacían como que se
iban (de la farmacia), pero entonces les decían que si visitaban a
cierto doctor, les podía expedir una receta. No había nada que les
impidiera conseguirlas”.
Su último viaje a Tijuana fue el viernes 6 de octubre de 2005. Por 40 dólares había comprado 100 Somas,
relajantes musculares de alta potencia que bloquean las sensaciones de
dolor entre los nervios y el cerebro. Consumió varias de estas pastillas
junto con otras drogas y fármacos. Cuando regresó a San Diego llevó
varias consigo.
Ese fin de semana concluyó con una fiesta el domingo por la noche,
donde todos los amigos compartieron las pastillas que habían comprado en
México. Aquella noche, Aaron sufrió un ataque al corazón, sus pulmones
se paralizaron y el oxígeno le dejó de fluir al cerebro, provocándole
dos derrames cerebrales que lo dejaron en estado vegetativo.
De acuerdo con el examen toxicológico, en su sistema se encontraron rastros de Soma, Xanax
(tranquilizantes utilizados para el tratamiento de trastornos de la
ansiedad), antidepresivos y 80 miligramos de oxicodona. “Fue un coctel
letal”, lamentó su madre.
Aaron permaneció en coma por tres semanas y media. Sus padres ya
organizaban su funeral cuando comenzó a mostrar mejoras. Los doctores
cambiaron los antibióticos que le suministraban y en 24 horas abrió los
ojos, pero siguió en estado vegetativo. Con el paso del tiempo recuperó
algunas habilidades físicas y mentales, muy pocas en realidad. Quedó
cuadripléjico; no puede hablar pero entiende cuando le hablan, solo
puede contestar “sí” levantando un dedo y “no” levantando dos.
A pesar de la experiencia de Aaron, algunos de sus amigos continuaron
consumiendo y traficando fármacos. Uno de ellos fue detenido por
agentes de la DEA cuando transportaba pastillas de oxicodona de
Oceanside, California, a Tijuana. Su objetivo era venderlas en dos
farmacias del centro de la ciudad, expuso Sherrie Rubin, quien ahora
dirige la fundación HOPE, con el objetivo de educar y crear consciencia
sobre el abuso de medicamentos controlados.
A través de pláticas y videos informativos, Sherrie y Aaron buscan
contener el problema de salud pública en que se ha convertido el abuso
de fármacos, ya que el uso recreativo de hidrocodona y oxicodona ha
sobrepasado el uso de la cocaína, heroína y alucinógenos combinados. En
ciudades grandes como San Diego, más gente muere por sobredosis de estas
sustancias que por accidentes automovilísticos.
Consumo mortal
Hace media década, la edad promedio de adictos a las medicinas
controladas era de 35 años en adelante, ahora ha disminuido al rango de
entre 18 y 25 años. Además, es la droga más consumida entre niños de 12 y
13 años.
En los últimos cinco años, el consumo de la heroína también ha
experimentado un incremento, en parte porque algunos usuarios de
oxicodona cambian a esta droga una vez que se complica conseguir los
fármacos, o les resulta muy caro pagarlos.
Tal tendencia también se relaciona con las modificaciones que han tenido las pastillas de Oxycontin, la marca más conocida de oxicodona, al tener un recubrimiento de gel
que dificulta el moler y “cocinar” la píldora. Ahora los adictos tienen
que eliminar completamente el recubrimiento, raspándolo con una navaja o
un rallador de quesos, ya que de inyectarse el gel puede resultar
nocivo para la salud.
“Por eso estamos viendo un incremento tan grande en las visitas a la sala de emergencia”, explicó Rubin.
Ante tal situación, varias agencias gubernamentales en Estados Unidos
han implementado programas de “recuperación” de fármacos, mediante los
cuales las personas pueden desechar de manera segura los medicamentos
sobrantes para evitar que alguien pueda robarlos y hacer mal uso de
ellos.
“Desafortunadamente será difícil lidiar con este asunto hasta que se
haga la única cosa que puede detener todo: detener los pagos”, considera
el doctor Bryan Liang, quien sugiere mayores controles a las
instituciones financieras y al comercio en línea para detectar e
interrumpir las transacciones ilegales al momento en que se realizan;
acciones que hasta el momento, el gobierno federal de Estados Unidos no
ha implementado.
Piden la renuncia de Cuitláhuac Salinas
Pese a ser considerado uno de los más allegados de la
procuradora Marisela Morales, el jueves 15 de noviembre trascendió que
Salinas fue removido de su cargo por instrucciones de la funcionaria,
tras ser investigado por presuntos vínculos con el crimen organizado.