Gerardo Zuniga Pacheco
Únicamente 14 de las 61 ambulancias del parque vehicular están en servicio en BCS
Agobiada por la crisis financiera e inmiscuida en una disputa pública entre el ex delegado Enrique Tuchmann Domínguez y el actual encargado, Víctor Solís Samperio, el servicio médico está en un grave deterioro, evidenciado cuando la única unidad en funcionamiento en La Paz, no alcanzó a atender a un anciano atropellado que falleció por la demora. En entrevista con ZETA, Solís reconoció que la Cruz Roja “podría ser la primera delegación estatal en desaparecer en México”
El cansado cuerpo de Don Manuel yacía en el pavimento que comenzaba a
calentarse con los primeros rayos del sol la mañana del 12 de
noviembre.
Alrededor de las nueve de la mañana, el anciano de 72 años caminaba
sobre la Avenida 5 de Febrero, en el cruce de Javier Mina y Galeana de
la colonia Los Olivos en La Paz, Baja California Sur, cuando de repente
intentó cruzar la calle, pero intempestivamente fue arrollado por una
camioneta.
La unidad automotriz aventó cerca de cinco metros al hombre que
vestía pantalón de mezclilla, camisa a cuadros, tenis y sombrero de
palma. Quedó tirado frente a la unidad, sin el sombrero y el calzado del
pie derecho.
Los testigos inmediatamente llamaron a la Cruz Roja y solicitaron su
presencia con carácter de urgente, porque “un hombre había sido
atropellado y estaba tirado en la calle”. En el Centro Estatal de
Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo, conocido como “C-4”, se
recibieron cerca de 15 llamadas telefónicas y la unidad de emergencia no
aparecía por ningún lado.
En el piso, Manuel Mejía Camarena se quejaba fuertemente de dolor en todo el cuerpo.
— ¿Cómo se siente?, preguntaban los testigos.
“Me duele mucho, me siento muy mal”, respondía.
— Ya viene la ambulancia, aguántese poquito, ahorita está en camino y pronto llegará…,
le decían testigos y curiosos que se aglomeraron en torno a él,
incluido el responsable del atropellamiento, Óscar Enrique Ibarra
Flores, de 23 años.
El tiempo corría y la ambulancia de la Cruz Roja simplemente no aparecía.
Los minutos parecían eternos. Los testigos marcaban y marcaban por
teléfono y el auxilio no llegaba. En el pavimento, la sangre de la
víctima comenzaba a escurrirse por la cabeza, y como si se tratara de un
hilo de color rojo, llegaba hasta el piso y se quedaba impregnada en el
concreto del suelo.
— “¿Y la ambulancia?, preguntaba Don Manuel.
“Ya viene, ya viene. A ver, vuélvanle a marcar, ¡¿por qué no llega la ambulancia!?”, reclamaba la gente.
Los testigos hacían llamadas a través de sus celulares y la respuesta
era la misma por parte del radio-operador del cuerpo de emergencia: “Va
una ambulancia en camino”.
Así transcurrió más de una hora, hasta que finalmente llegó la
ambulancia. Los paramédicos revisaron al herido y lo subieron a una
camilla para introducirlo a la unidad de rescate. En la maniobra,
interrogaban a la víctima, pero debilitado y evidentemente cansado, no
respondía a las preguntas de los socorristas y fue llevado casi
inconsciente hasta el Hospital General Juan María de Salvatierra.
Pero entre 10 y 20 minutos después de su ingreso a la clínica, Don
Manuel falleció. Su cansado cuerpo no resistió el atropellamiento por la
falta de atención médica inmediata. Según el dictamen del médico
legista de la Dirección de Servicio Periciales de la Procuraduría
General de Justicia del Estado, las causas del deceso fueron traumatismo
craneoencefálico torácico y abdominal. Es decir, golpes contusos en
cabeza y abdomen.
El responsable del atropellamiento quedó a disposición del Agente del
Ministerio Público del Fuero Común de la PGJE, junto con la camioneta
de color gris, Toyota 4 Runner con placas de circulación 338PMW2.
El caso de Don Manuel exhibió a la Cruz Roja, pero más allá de la
demora de más de una hora en el servicio y durante una investigación
realizada por ZETA, se descubrió que la tardanza derivó
de que la institución únicamente cuenta con una sola unidad de
emergencia para atender a los 215 mil 178 habitantes del municipio de La
Paz.
Cuando Don Manuel yacía en el piso, la ambulancia estaba atendiendo
un servicio del traslado de una persona que había sufrido un infarto al
otro extremo de la capital del estado. Por eso, la unidad de emergencia
se demoró en su llegada y no había quien pudiera cubrir su servicio, ya
que dicho sea de paso, las otras diez unidades que forman parte del
parque vehicular de la institución, están descompuestas o en proceso de
reparación en algunos talleres mecánicos de la capital. Tan solo en La
Paz, la Cruz Roja atiende entre 16 y 22 servicios todos los días,
equivalentes a casi 350 atenciones de emergencia por mes.
En plena crisis
Agobiada por la crisis financiera y convulsionada por una disputa
pública entre el ex delegado Enrique Tuchmann Domínguez y el actual,
Víctor Solís Samperio, la Cruz Roja está al borde del colapso.
La noble institución carece de ambulancias, personal capacitado en
atención pre hospitalaria, dinero y del apoyo gubernamental constante,
derivado de la pugna interna que la tiene operando a un 10 por ciento de
su capacidad en todo el estado, según reconoció Solís Samperio.
En entrevista con ZETA, el actual delegado admitió
que la Cruz Roja está verdaderamente en una encrucijada que sin
exagerar, “podría ser la primera delegación estatal en desaparecer en
México”.
Agregó que mensualmente la institución recibe aportaciones de 540 mil
pesos en el caso de La Paz, derivado de 30 mil pesos por parte del
gobierno estatal y 15 mil del Ayuntamiento local, lo que resulta
insuficiente, ya que tan solo esa delegación requiere de 3 millones y
medio de pesos para poder pagar el costo de operación mínimo
indispensable, que consiste en “la operación de dos ambulancias,
paramédicos capacitados, combustible, sueldos, luz, teléfono, agua,
material de curación y un programa permanente de manteamiento preventivo
de las unidades, el cual es lo más preocupante”.
En este año, la Cruz Roja recabó 2 millones 300 mil pesos, cantidad
que se fue en pagar adeudos heredados desde 2002 y en los gastos de
operación, pero lo más preocupante -dijo Solís- “fue el pago de 76 mil
pesos por el reemplazo de cada bomba de diesel de algunas ambulancias
modelo 2008 y 2009”.
El delegado aceptó que la institución no cuenta -y nunca ha contado-
con un programa preventivo de mantenimiento de las ambulancias, porque
cuando fallan, es cuando se meten a reparación al taller, lo que ha
provocado que “la mayoría de las unidades parezcan chatarras”.
La crisis está obligando a la noble institución a implementar un
programa de recorte de personal cuando menos en La Paz, donde la
plantilla laboral es de 30 trabajadores, y quienes no se preocuparon
nunca por capacitarse, deberán ser los primeros en salir, ya que “si no
tenemos dinero, ¿como vamos a pagarles?”, planteó Víctor Solís Samperio.
El propio gobernador del estado, Marcos Covarrubias Villaseñor y su
esposa María Helena Hernández Lezama, así como los alcaldes,
especialmente el del Comondú, Venustiano Pérez Sánchez, prácticamente se
desentendieron de la noble institución, y durante todo este tiempo se
han negado a recibir a los directivos para que expongan la grave
situación por la que atraviesan; violentando así el derecho de
audiencia, y lo más grave, es que comenzaron a registrarse muertes como
la de Don Manuel, por la negligencia de resolver la situación en torno
al cuerpo de asistencia medica y social.
— ¿Cuál es el planteamiento que han querido llevar?, cuestionó ZETA al delegado.
“Bueno, lo que hemos pretendido plantear es que con una aportación
que puedan hacer de 8 millones de pesos por año, y el dinero que
nosotros recabamos en la colecta anual, podríamos resolver la crisis por
la que estamos atravesando y echar a andar todas las ambulancias, y
capacitar a más paramédicos para poder enderezar a la institución.
De hecho el secretario de Salud, Santiago Alán Cervantes Landa, se
negó a tocar el tema, a pesar de que el Artículo 7 del Reglamento
Interior de la Secretaría de Salud del Estado, establece claramente que
‘es el responsable de coordinar, planear, aprobar y controlar el trabajo
de los cuerpos de rescate’. Es decir, la Cruz Roja, aunque tenga
autonomía operativa propia en recursos humanos, materiales y financieros
respecto al resto de las instituciones de salud, está sujeta a la
supervisión y evaluación del titular de la Secretaría de Salud”.
ZETA solicitó una entrevista con Santiago Alán
Cervantes Landa, y solo recibió evasivas por parte de su secretario
privado, Francisco Javier Espinoza Gutiérrez, lo que evidenció el nivel
de importancia que tiene el tema de la Cruz Roja para el secretario de
Salud, aun cuando esté plenamente enterado de que en el caso de La Paz,
solo una de las once ambulancias sirva o esté en buenas condiciones.
Sobre este grave hecho, el delegado de la Cruz Roja en Baja
California Sur reconoció que la operación de una sola unidad en una
ciudad como La Paz equivale a “una crisis severa en este cuerpo de
rescate, porque en caso de un accidente fuerte, múltiple o alguna
emergencia grave, donde haya dos o más heridos, estaríamos
imposibilitados para atender cualquier contingencia; como sucedió
precisamente con el señor Manuel Mejía Camarena, y donde ningún
ciudadano está exento de poder sufrir algún accidente”.
Datos recabados por este Semanario exponen que el problema no se
centra únicamente en La Paz, sino en todo el estado. Según la relación
del parque vehicular registrado en la totalidad de las delegaciones
municipales, cuya copia obra en manos de ZETA,
actualmente la Cruz Roja cuenta con 61 ambulancias, de las cuales solo
están en funcionamiento 14. Las otras 47 están descompuestas o en
reparación, lo que evidencia por sí mismo el tamaño del problema de la
institución.
Por ejemplo en Los Cabos, de las 24 unidades existentes, únicamente
dos operan en Cabo San Lucas; igual cantidad en San José del Cabo.
Peor aún, en Comondú, la tierra del actual gobernador, solo trabaja
una de las siete ambulancias, la cual debe atender emergencias en Ciudad
Constitución, Ciudad Insurgentes, Puerto San Carlos y Puerto Adolfo
López Mateos.
Lo más grave se encuentra al norte del estado, donde a pesar de tener
siete ambulancias – cuatro en Loreto y tres en Santa Rosalía-,
“prácticamente no hay ninguna en operación, porque todas están
descompuestas, y en caso de algún accidente la población, está
desprotegida”, admitió el delegado de la Cruz Roja.
Según la relación del parque vehicular, del total de ambulancias, 11
fueron entregadas por el Gobierno del Estado y 50 por organizaciones
caritativas de Nacional Monte de Piedad, Grupo Elektra, Fundación Azteca, Club Rotario de Los Ángeles y compañías nacionales y extranjeras.
En el análisis y desglose de la información, se descubrió que el 70
por ciento de las ambulancias prácticamente son “chatarras”, como bien
definió el delegado Víctor Solís Samperio, al ser modelos de 1978 a
1999. Es decir, de las 61 unidades, 11 son de 1978 a 1989; 24, del
modelo 1990 a 1999; solo 26 son modelo 2000 a 2010.
Por increíble que parezca, algunas unidades están en talleres porque
“no tienen para comprar una pieza de mil 500 o 2 mil pesos”, comentó un
paramédico entrevistado por ZETA.
El joven, quien se negó a la publicación de su nombre, expuso que la
crisis de la institución se está reflejando en el servicio “y no es
culpa de nosotros, sino del propio gobierno que está obligado a ofrecer
servicios de emergencia a la población civil, pero si no destina
recursos, nos deja indefensos, porque a veces hasta para la gasolina
batallamos”.
Asimismo, el paramédico resaltó que el gobernador Marcos Covarrubias y
su esposa solo se paran cada año en la Cruz Roja, cuando viene la
colecta y tienen que tomarse la foto del recuerdo, pero “la realidad
salta a la vista”.
La noble institución no solo está sumida en una crisis de
ambulancias. Arrastra una deuda de 1 millón 700 mil pesos con la central
en México, y tiene adeudos que no ha podido pagar, los cuales datan del
9 de diciembre de 2010 y hasta el 6 de junio pasado, cuando la agencia VW
reparó y dio servicio algunas unidades que terminaron descompuestas por
falta de mantenimiento preventivo. De acuerdo a la copia de nueve
facturas, deben 109 mil 220 pesos con 81 centavos por concepto de la
instalaciones de amortiguadores, discos de freno, cambio de aceite y
cambio de bomba de agua, entre otros.
La transa con las nuevas unidades
En casi dos años de administración, el gobierno de Marcos Covarrubias
Villaseñor no ha hecho una sola donación de ambulancias a la Cruz Roja
Mexicana, derivado de la pugna entre el ex delegado Enrique Tuchmann
Domínguez y el actual encargado, Víctor Solís Samperio, a raíz de
acusaciones mutuas de corrupción de un lado y de otro.
Paradójicamente, el 8 de noviembre, el gobernador panista entregó
formalmente cinco ambulancias a la Secretaría de Salud en una gira de
trabajo en Los Cabos, donde estuvo acompañado por el alcalde José
Antonio Agúndez Montaño y el secretario de Salud, Santiago Alán
Cervantes Landa.
Las cinco unidades pertenecen a un parque de 50 ambulancias
adquiridas por un valor de 37 millones de pesos, de las cuales una
decena ha sido duramente criticadas no solo por los propios
trabajadores del gobierno, sino por la población en general.
Y es que resulta que esas supuestas ambulancias, no son otra cosa que pick-ups equipados con una caseta de plástico duro, con una rara adaptación para tratar de entregarlas como si fueran ambulancias.
“Las Perreras”, como las llaman los habitantes de Baja California
Sur, serán entregadas en las poblaciones rurales, equipadas únicamente
con un botiquín, lo que contraviene la Norma Oficial Mexicana 237
respecto a los requisitos y características mínimas que deben tener las
ambulancias utilizadas en atención pre hospitalaria. De lo contrario, no
solo se pone en riesgo a las víctimas, sino al personal operativo de la
unidad.
La norma, que entró en vigor el 13 de agosto de 2004, obliga a todos
los prestadores de servicios médicos de los sectores público, privado y
social, que brinden traslado y atención de urgencias medicas, excepto
los destinados a servicios de las Fuerzas Armadas, a cumplir con las
siguientes características:
1. Espacio para alojar como mínimo a un paciente en camilla rodante y dos elementos de atención médica sentados.
2. En el espacio de atención del paciente, las
ambulancias de urgencias y terapia intensiva deberán ser de 1.60 a 1.70
metros de altura; de 1.90 a 2.10 metros de ancho; y de 2.50 a 2.90
metros de largo.
3. Deberán contener una camilla rodante y camilla adicional.
4. Deberá contar con equipo de radiocomunicación, compatible con equipos de radio y frecuencia del centro regulador.
5. Deberá contener gabinetes y gavetas para almacenamiento de insumos.
6. Contar con cinturones de seguridad en todos los asientos.
7. Extinguidor de fuego de 1.5 kilogramos como mínimo, uno en la cabina de conducción y otro en el compartimiento de atención.
8. Tener equipo médico, como tanque fijo de oxígeno,
tanque portátil de oxígeno, reanimadores de balón con válvula de no
reinhalación, equipo esterilizado para atención de partos, camina rígida
y tabla corta; equipo de aspiración fijo y portátil, tubos
endotraqueales.
9. Suministros, medicamentos y soluciones.
En el caso de las ambulancias del gobernador Marcos Covarrubias
Villaseñor, éstas no reúnen los requisitos y fueron obtenidas en una
extraña compra autorizada por el Comité de Adquisiciones de la
Secretaría de Salud, donde el titular Santiago Alán Cervantes Landa,
prácticamente le sacó la vuelta al tema y supuestamente, al cierre de
esta edición, había salido a la Ciudad de México.
Sin embargo, el gobernante sudcaliforniano justificó la rara
adquisición: “Yo he tenido la oportunidad de recorrer todo el territorio
estatal y no hay delegación municipal que no nos haya solicitado una
ambulancia, por lo que nos hemos dado a la tarea de hacer la adquisición
de unidades nuevas y totalmente equipadas para que la ciudadanía tenga
la seguridad de contar con un servicio digno”.
En su momento, el mandatario presumió que “las unidades tipo
ambulancias” son parte del programa de reforzamiento de atención a la
salud, y “en la medida que tengan más infraestructura, mayor será la
calidad de vida”.
El estado de las ambulancias de Cruz Roja en BCS
Ricardo Meza Godoy
Población | Unidades en Total | En Servicio | Descompuestas | ||||
La Paz | 11 | 1 | 10 | ||||
San José del Cabo | 12 | 2 | 10 | ||||
Cabo San Lucas | 12 | 2 | 10 | ||||
Todos Santos | 2 | 1 | 1 | ||||
Ciudad Constitución | 5 | 1 | 4 | ||||
Ciudad Insurgentes | 2 | 0 | 2 | ||||
Loreto | 4 | 0 | 4 | ||||
Mulegé Pueblo | 5 | 2 | 3 | ||||
Santa Rosalía | 3 | 0 | 3 | ||||
Vizcaíno | 2 | 2 | 0 | ||||
Guerrero Negro | 3 | 3 | 0 | ||||
Total | 61 | 14 | 47 |
Fuente: Cruz Roja Mexicana