EDUARDO BELAREZO. Testigos a modo.
El juicio contra Joaquín, el
Chapo Guzmán, no fue retrasado por motivos políticos ni por la cercanía de las
elecciones presidenciales a realizarse en México, sino porque la defensa
necesita más tiempo de preparación para enfrentar a la fiscalía estadounidense,
que basará su estrategia de ataque en los testimonios de testigos protegidos,
señaló Eduardo Balarezo.
“Será difícil porque son
soplones que venderían a sus madres con tal de rebajar sus condenas, pero
confiamos en que el gobierno de Estados Unidos le preste la misma justicia que
recibe alguien que no lleve el nombre del Chapo Guzmán”, sostuvo el abogado que
desde hace meses tomó control de la defensa del capo.
Balarezo enfatizó que, al
final, su defendido estará dispuesto a enfrentar al gobierno de Estados Unidos,
“pase lo que pase”, pues cada acusación que existe en su contra está inflada, y
porque es imposible que toda acusación, decomiso, incluso homicidio, se le
atribuya a su defendido.
“Se le ha acusado de todo,
hasta de homicidio, y el gobierno de Estados Unidos deberá probar cada
acusación, y no sólo basar sus señalamientos en testimonios de criminales
(testigos protegidos), que con tal de reducir sus condenas serían capaces de lo
que sea para salir de prisión”, insistió.
De llegar a los tribunales,
el juicio contra Guzmán Loera podría ser histórico, pues la información que
salga a la luz pública podría afectar, incluso a funcionarios en funciones, que
se cree, formarían parte del grupo que permitió su escape de la cárcel del
Altiplano el 11 de julio de 2015, además que se involucrarían a jefes
policiales y gobernantes de los tres niveles de gobierno, incluyendo del Estado
de Sinaloa.
“En general, no creo que al
gobierno de Estados Unidos ni al de México les convenga un juicio, y creo que
van a tratar de negociar con él (Chapo), por toda la cloaca de corrupción que
se destaparía, y que tendría graves consecuencias”, consideró Ioan Grillo,
periodista y escritor.
Agregó: Simplemente en
México, puede exponer y hablar sobre mucha de la corrupción de los últimos
sexenios, pues las acusaciones que hay en contra de Guzmán Loera datan desde la
década de los 80, y ahí son muchos años de corrupción.
“Pero del otro lado de la
frontera, la Procuraduría de Estados Unidos quedaría también expuesta, porque expondría
las tácticas de las guerras contra las drogas que ese país emprendió desde hace
años, y ahí se tendrían que exponer a agentes encubiertos que realizan
actividades secretas, pago a informantes, y tratos que hace el gobierno de ese
país en México, y que han servido para incrementar la violencia en este país”,
sostuvo el escritor británico, entrevistado en Ciudad de México.
O TODO O NADA
Eduardo Balarezo, el abogado
que se aventuró a representar al narcotraficante que el gobierno de Estados
Unidos considera “el más peligroso de México”, dijo que su defendido está
totalmente decidido a enfrentar a los fiscales de Estados Unidos.
“Es una decisión del señor
Guzmán, tenga las consecuencias que tenga, y ante esa determinación nosotros
vamos a representarlo hasta las últimas consecuencias”, dijo el abogado a
Ríodoce.
Sin embargo, lo que más exige
la defensa es que no base sus acusaciones en testimonios de criminales que
están dispuestos a lo que sea por reducir sus condenas, que a su vez serían
escuchados por un jurado anónimo elegido en secreto por la fiscalía.
“Hay un miembro del jurado
que sólo participará si llega armado a la sala de juicio, algo sin precedente
en la historia de Estados Unidos, lo cual crearía una atmósfera que mostraría
al señor Guzmán como una persona peligrosa y además culpable de todos los delitos
de que se le acusa”, consideró Balarezo.
Entre las acusaciones que
enfrenta el capo es tráfico de droga, asociación delictuosa, portación ilegal
de armas de fuego, y homicidio, ésta última gracias a una ley conocida como
extensión territorial, que presentó la fiscalía del Distrito Este de Nueva
York, la misma corte donde actualmente se desarrolla su juicio.
No obstante, expertos
insisten que el juicio no llegará, sino que es posible que antes lleguen a un
acuerdo, como ha ocurrido con los más de 50 narcotraficantes mexicanos que han
sido extraditados a Estados Unidos.
“Ninguno de ellos ha sido
enjuiciado, pues antes de llegar a juicio, se han declarado culpables en busca
de una negociación con los fiscales, que les ayude a reducir sus condenas, y yo
opino que así ocurrirá en este caso, porque nadie quiere que exista este
juicio”, opinó Grillo.
El último narcotraficante de
alto perfil que estuvo en una situación similar, en donde la fecha de juicio se
fue aplazando durante años, fue Vicente Zambada Niebla.
Aunque se cree que el hijo de
Ismael el Mayo Zambada pudo haberse integrado al programa de testigos
protegidos, no se sabe qué ocurrió con su paradero, y su nombre no circula
entre los testigos que testificarían contra Guzmán Loera, sino que los nombres
que más han salido a la luz son capos colombianos, y los narcotraficantes Pedro
y Margarito Flores, con quienes aparentemente el Chapo negociaba.
De acuerdo al último reporte
hecho por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el juicio contra el
capo fue pospuesto hasta septiembre de 2018, luego que el juez Brian Cogan
aceptara la petición de la defensa del capo sinaloense de aplazarlo para poder
tener el tiempo suficiente para preparar el caso.
De realizarse el juicio y ser
encontrado culpable, el Chapo podría alcanzar cadena perpetua.
Artículo publicado el 28 de enero de 2018 en la
edición 783 del semanario Ríodoce.
(RIODOCE/ MIGUEL ÁNGEL VEGA/ 30 ENERO, 2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario