Luego de un ataque con granadas de
fragmentación a las instalaciones de Televisa perpetrado en 2009, los
administrativos decidieron que los reporteros comenzaran a usar chalecos
antibalas. Fotos: Vanguardia
Periodistas
que cubren la sección policiaca, narcotráfico o corrupción gubernamental,
representan una piedrita en el camino que en muchas de las ocasiones son
echados a un lado sin piedad
En
2010 en la región comenzó la violencia contra los periodistas”.
JUAN ALBERTO CEDILLO, ESCRITOR Y
PERIODISTA.
En México no se ha entendido
que la verdad no se mata asesinando periodistas. La ejecución de Javier Valdez
Cárdenas, fundador del semanario Río Doce y corresponsal del diario La Jornada
—aunada a la muerte de cinco periodistas más en este año?, ocasionó que casi
mil periodistas y reporteros gráficos de todo el país exigieran afuera de la
Secretaría de Gobernación que se frenaran las muertes en contra del gremio.
La protesta logró que el
presidente Enrique Peña Nieto se reuniera con 25 de los 31 gobernadores para
“entablar estrategias y salvaguardar la integridad de cada uno de los
comunicadores”, aunque irónicamente en dicha reunión no fueron invitados
precisamente los afectados.
Para comprender cómo ha sido
el fenómeno que ha arrastrado a la muerte a 127 reporteros en México desde el
año 2000, el escritor y periodista Juan Alberto Cedillo, analiza la
descomposición social que ha repercutido en la violencia ejercida contra los
medios de comunicación y sus periodistas en México.
El periodista explica que las
primeras balaceras, colgados, descuartizados comenzaron en Reynosa, Tamaulipas
en 2004 durante el sexenio del ex presidente Vicente Fox y la administración
del ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba, ahora preso por los delitos de
fraude, asociación delictuosa, vínculos con el crimen organizado, robo de
dinero público, lavado de dinero y evasión de la justicia.
“Por primera vez se registra una pugna entre
el Cártel de Sinaloa y el del Golfo junto a su brazo armado los Zetas. Los
cárteles rivales se disputaron durante un año la ciudad y fue cuando comenzaron
a aparecer camionetas blindadas, armas de alto poder como bazucas y Barret.
También comienzan a aparecer las primeras personas colgadas, las
descuartizadas, los narcomensajes y toda la violencia que posteriormente se
replicó en varias partes de México”, recuerda.
El también corresponsal de
Proceso en el noroeste de México, detalla que en esa región los periodistas
sufrieron las primeras agresiones de parte del crimen organizado, pues en ese
entonces integrantes de los Zetas buscaban imponer una censura mediática que
derivó en que la cobertura de eventos policiacos comenzara a cambiar.
Como consecuencia de la
narcoviolencia en el país, numerosos medios de comunicación se aplicaron la
autocensura como una medida de protección para sus trabajadores
Los ataques contra la libertad de
expresión han traído como consecuencia el cierre de algunos medios de
comunicación. Foto: Vanguardia
CHALECOS ANTIBALAS PARA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
El primer medio agredido a
partir de las balaceras iniciadas en Tamaulipas fue el diario El Mañana de
Nuevo Laredo. En marzo de ese año su director Roberto García Mora fue asesinado
de más de 20 puñaladas afuera de su casa
“El Mañana es el primer
periódico que se impone con la autocensura para ya no publicar noticias
relacionadas con el crimen organizado. Anteriormente habían decidido firmar
como ‘redacción’ las coberturas informativas y durante un año los periodistas
de ese medio utilizaron chalecos antibalas”.
Pese a la violencia
ocasionada entre los cárteles del Golfo y Sinaloa en 2004, ni la sociedad ni
los periodistas dimensionaban realmente lo que sucedía en esa región
fronteriza, los ataques tampoco eran vistos ni comprendidos desde la capital
del país de hecho, los mexicanos sospechaban que la violencia en México había
aparecido durante el sexenio de Felipe Calderón en 2006 en Michoacán.
Pero la violencia fronteriza
nacida en Reynosa y Nuevo Laredo pronto se extendió a otras regiones de
Tamaulipas entre 2005 y 2007. En mayo de este último año en Monterrey se
registró el primer incremento de “narcoejecuciones” que en menos de un mes
superaron las primeras 100 muertes, una estadística muy elevada en ese tiempo,
pues en esa época en Nuevo León no había en promedio de 200 crímenes dolosos
por año.
“Los periodistas que
comenzamos a hacer esas coberturas tampoco nos dimos cuenta de la dimensión de
lo que se venía, pues seguíamos viendo esa violencia como una extensión de
asuntos policiacos; aunque para diferenciarlos de las muertes dolosas le pusimos
el nombre de las narcoejecuciones”, admite el escritor y periodista Juan
Alberto Cedillo.
Ya en 2010 tras la separación
de los Zetas como brazo armado del Cártel del Golfo, comenzó en la región una
violencia especial hacia los periodistas, pues mientras uno de los grupos
quería que se “calentara la plaza”, el otro no quería que se publicara
información de carácter nacional.
En ese entonces, en Reynosa
integrantes de ambos grupos rivales comenzaron a levantar y a golpear a
periodistas para decirles cómo debían actuar en las coberturas informativas. Lo
mismo sucedió después en Monterrey cuando los cárteles compraron a periodistas
que se convirtieron en sus voceros.
“Ellos decidían cuáles notas
se van a publicar y cuáles no. También consiguieron el directorio telefónico de
todos los periodistas para llamarlos y amenazarlos, repartían dinero; con todo
eso se modificó también la forma de hacer periodismo en la región”, lamenta.
En ese tiempo, algunos
periodistas ya sabían de la dificultad de hacer las coberturas en temas de
violencia, por lo que reporteros del Grupo Reforma comenzaron a filtrar los
reportes policiacos para que el resto de sus compañeros llegaran conjuntamente
a las escenas del crimen.
“A partir de ahí cambió el
trabajo periodístico y se decidió acabar con las primicias, pues preferíamos
sacar en conjunto la misma información. (Sabíamos que) llegar solos a la escena
del crimen ya implicaba cierto riesgo, pues colegas se llegaron a topar con los
sicarios que los amenazaban; hubo compañeros golpeados y a otros les quitaron
el equipo de trabajo en varias ocasiones”.
Juan Alberto Cedillo, con una
amplia experiencia en coberturas sobre corrupción y narcotráfico,
principalmente en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, refiere que poco a poco
los periodistas modificaron sus propios protocolos de seguridad, pues las
coberturas ya implicaban desplazarse en caravanas con los vehículos de las
televisoras enfrente para ir en protección.
En ese entonces, los
reporteros se coordinaban antes de llegar a la escena de crimen y crearon
protocolos “intuitivos” de seguridad para reportarse con sus compañeros cada
dos horas en caso de salir a zonas rurales, pues México no estaba acostumbrado
a vivir una situación así.
Luego de un ataque con
granadas de fragmentación a las instalaciones de Televisa perpetrado en 2009,
los administrativos decidieron que los reporteros comenzaran a usar chalecos
antibalas.
La misma situación obligó a hacer lo mismo a Grupo Reforma y la
Agencia Reuters.
PERIODISTAS ASESINADOS EN 2016:
PERIODISTAS ASESINADOS EN EL SEXENIO DE ENRIQUE PEÑA NIETO (2013-2016)
3 de marzo 2013/ Chihuahua.- Jaime
González Domínguez, Ojinaga Noticias.
24 de abril 2013/Coahuila.- Daniel
Alejandro Martínez Bazaldúa, VANGUARDIA.
17 de junio 2013/ Oaxaca.- Alberto López
Bello, diario El Imparcial.
24 de junio 2013/ Tamaulipas.- Mario
Ricardo Chávez Jorge, El Ciudadano.
11 de febrero 2014/ Veracruz.- Gregorio
Jiménez, Notisur.
29 de julio 2014/ Veracruz.- Nolberto
Herrera Rodríguez, Canal 9.
11 de agosto 2014/ Oaxaca.- Octavio
Rojas Hernández, El Buen Tono.
11 de octubre 2014/ Sinaloa.- Atilano
Román Tirado, Así es mi tierra.
16 de octubre 2014/ Tamaulipas.- María
del Rosario Fuentes Rubio, Valor por Tamaulipas.
22 de octubre 2014/ Sinaloa.- Jesús
Antonio Gamboa, Nueva Prensa.
2 de enero 2015/ Veracruz.- Moisés
Sánchez Cerezo, La Unión.
14 de abril 2015/ Oaxaca.- Abel Manuel
Bautista Raymundo, Spacio 96.1.
4 de mayo 2015/Veracruz.- Armando
Saldaña Morales, El Mundo de Córdoba, El Sol de Córdoba, La Crónica de Tierra
Blanca y La Grilla Punto.
26 de junio 2015/ Guanajuato.- Gerardo
Nieto Álvarez, Nuevo Siglo.
30 de junio 2015/ Veracruz.- Juan
Mendoza Delgado, Escribiendo la verdad.
2 de julio 2015/ Oaxaca.- Filadelfo
Sánchez Sarmiento, director de La Favorita 103. 3 FM La Voz de la Sierra Sur.
31 de julio 2015/ Ciudad de México.-
Rubén Espinosa Becerril, Cuartoscuro y Proceso.
13 de agosto 2015/ Veracruz.- Juan
Heriberto Santos Cabrera, Televisa.
8 de enero 2016/ Veracruz.- Anabel
Flores, El Sol de Orizaba y El Buen Tono.
21 de enero 2016/ Oaxaca.- Marcos
Hernández Bautista, Noticias Voz e Imagen de Oaxaca.
20 de febrero 2016/ Tabasco.- Moisés
Dagdug Lutzow, director de la emisora de radio XEVX La Grande de Tabasco.
25 de abril 2016/ Guerrero.- Francisco
Pacheco, El Sol de Acapulco.
15 de mayo 2016/ Veracruz.- Manuel
Torres González, Noticias MT.
19 de junio 2016/ Oaxaca.- Elidio Ramos,
El Sur.
26 de junio 2016/ Oaxaca.- Salvador
Olmos García, radio comunitaria y magisterial Tu un Ñuu Savi.
20 de julio 2016/ Veracruz.- Pedro
Tamayo, Al Calor Político.
13 de septiembre 2016/ Oaxaca.- Agustín
Pavia Pavia, radio comunitaria y magisterial Tu un Ñuu Savi.
15 de septiembre 2016/ Puebla.- Aurelio
Cabrera, El gráfico de Huauchinango.
10 de diciembre 2016/ Chihuahua.- Adrián
Rodríguez, Antena Radio.
En Coahuila son varios los reporteros
que han sido silenciados; no hay detenidos. Archivo
Los
ataques contra los medios de comunicación iniciaron en 2010; los “malos”
tomaron el control de numerosos periódicos
(VANGUARDIA DE SALTILLO/ REDACCION/ 21 Mayo
2017)
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