Un padre campesino y sus dos hijos estudiantes,
entre los cuatro muertos de la explosión en Cerritos, Tierra Blanca; su familia
reclama que les digan huachicoleros: eran gente de trabajo que ese día se
sumaron a la lista de víctimas de la indolencia de las autoridades, denuncian;
en ese mismo ataque una familia de puras mujeres pierde a los únicos tres
hombres de un solo golpe.
Toma clandestina en ducto de Pemex
provoca explosión en Tierra Blanca, Veracruz; hay al menos 4 muertos
Ignacio Carvajal
Ciudad de México, 14 de mayo
(SinEmbargo/BlogExpediente).- Las cuatro personas que perdieron la vida en una
explosión, producto del derramamiento de combustible por una toma clandestina
en este municipio, no se dedicaban a perforar los ductos de Pemex, como se ha
especulado entre autoridades y algunos medios de comunicación.
Ante esos comentarios, que se
han ido colando en notas informativas, Cerritos (234 habitantes) está molesto.
En el cuadro de pelota, que
colinda con la casa de tres de las víctimas, se arremolinan pequeños montones
de jóvenes entre los 15 y los 20 años. La mayoría se notan tristes y de vez en
cuanto se dan apretones de manos, palabras de aliento y abrazos.
Todos son conocidos de los
hermanos Felipe y Rodrigo Reyes Morales, de 19 y 14 años de edad,
respectivamente.
Ellos han venido a presentar
sus condolencias a la familia, pues en la tragedia que ya es noticia nacional,
también perdió la vida el padre de los dos, Cayetano Reyes Medina, de 50 años.
Una de las familias reclama porque les
dicen huachicoleros. Foto: Blogexpediente
La mañana que murieron,
cuentan en su casa, los tres iban rumbo a Cuitláhuac a dejar a Rodrigo a un
curso de computación que toma desde hace unos meses. Su otro hermano, Felipe,
dejó de estudiar y se dedicaba a las labores del campo con su padre.
“Mi tío y mi primo iban a
dejarlo a la Universidad de Cuitláhuac, así se conoce el sitio donde estudia,
mi otro primo no tenía nada que hacer, y los acompañó, y el otro muerto es un
señor que les había pedido el aventón, un vecino, don Martín”, relata una de
las familiares.
El joven Rodrigo tenía esa
rutina desde tiempo atrás, y la ruta para llegar a la ciudad no era la que
tomaron este sábado y que les llevó a la muerte, siempre tomaban otra más
corta, pero que esta vez se vio bloqueada por las anegaciones dejadas por la
lluvia, horas antes, esa madrugada.
Autoridades catean propiedades de
presuntos líderes huachicoleros; hallan autos de lujo
Cuando ellos pasaron en su
coche y notaron el charco de agua, no sintieron temor, pues acababa de llover,
jamás pensaron que había gasolina condensada que se había fugado toda la
madrugada de una toma clandestina detectada en el poliducto Minatitlán-Ciudad
de México, que lejos de dejarles algún beneficio, siempre les causa problemas.
Ante la fuga, tampoco se
pudieron percatar del aroma del hidrocarburo, era muy temprano para que sus
vapores comenzaran a subir. Cuando el coche cruzó el charco, un chispazo de la
bujía, tal vez la temperatura del escape, piensan, generó el flamazo el cual se
llevó de golpe la vida de cuatro personas.
Las mafias de la gasolina robada
incendian también Veracruz, en la frontera con Puebla y Oaxaca
“Nombre, escuchamos la
explosión, y jamás pensamos que eran ellos, según esto ellos habían tomado otra
ruta.
La explosión les cambió la
vida, cuentan los deudos mientras se organizan para el triple funeral del padre
y los dos hijos. Quedan en la soledad la esposa y una hija menor de edad,
hermana de los chicos.
“¿Y ahora su mamá qué va a
hacer, se queda sola con una criatura? Qué desgracia” dice la hermana del
finado.
A nivel de la familia, la
tragedia es mucho mayor, en la casa donde murieron, la familia nuclear
básicamente está compuesta por mujeres, el patriarca, Eleuterio Reyes Flores,
de 69 años, padre de Cayetano, ya no puede trabajar y heredó la tierra a los
hijos, a Cayetano le tocó parcela de dos hectáreas de caña de azúcar y la
responsabilidad de cuidar al padre, enfermo de un mal renal.
Una familia de puras mujeres pierde a
los únicos tres hombres de un solo golpe. Foto: Blogexpediente
“Mi hermano era el que se
encargaba de mi papá, era quien lo llevaba al doctor cada vez que tenía su
cita, ahora hasta el carrito que usábamos para eso se perdió. Esto nos ha
destrozado la vida”, retoma la hermana mientras busca en su cabeza las ideas
necesarias para no desfallecer mientras habla con los reporteros.
Los tres hombres de la casa
se han ido de un solo revés, lamentan los deudos. Las mujeres de este solar se
han quedado solas, algunas más jóvenes con el patriarca enfermo. Hay otros
hermanos, pero no viven acá o cuentan con otras responsabilidades. El accidente
le ha puesto a esta humilde familia un reto por delante para volverse a
organizar ante los problemas en el horizonte.
De los comentarios de que
eran ladrones de gasolina, los quieren totalmente descartados, “mi hermano no
era eso, se dedicaba al campo, un hombre trabajador, de familia y preocupado
por salir adelante”, relata la hermana quien informa que Cayetano sacó adelante
a su familia con las dos hectáreas de tierra con caña de azúcar, de ahí también
le daba seguridad social al padre, y salía para los jornales.
Un padre de familia que perdió la vida
dejó en la orfandad a una niña. Foto: Blogexpediente
En medio del patio se levanta
la casa edificada por Cayetano para su familia, hasta hace poco se acaban de
mudar a ella, antes vivía con su padre en condiciones de hacinamiento. Es de
ladrillos, con láminas de zinc y sin ventanas. No hay muebles de lujo, apenas
unas cuanta camas y espacio, eso sí, para muchas personas.
“Estaba orgulloso de haber
terminado su casita, me contaba, y mire ahora lo que pasó, esto no es justo”,
finaliza la joven mujer.
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REDACCIÓN / MAYO 14, 2017, 6:30 PM)
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