Presentan denuncia de hechos para
investigar cómo se contrató la obra
La forma en cómo la empresa
Osuna y Osuna Arquitectos, sin tener la experiencia requerida, obtuvo cuatro
contratos de obra por 51 millones de pesos y siete convenios de ampliación a
cada uno de esos contratos, para aumentar las fechas pactadas y los montos, en
la construcción del Tiburonario de Mazatlán, es una de las líneas de
investigación que plantea la primera denuncia de hechos que un ciudadano
presenta contra esta obra.
El ex diputado panista de
Mazatlán, Roberto González Gutiérrez, presentó en días pasados la denuncia de
hechos por faltas administrativas graves ante la Secretaría de Transparencia y
Rendición de Cuentas del Gobierno de Sinaloa y aseguró que en los próximos días
hará lo mismo ante la Auditoría Superior de la Federación, por tratarse de una
obra que fue edificada con recursos federales.
En el expediente de la
denuncia, que consta de 12 páginas, González Gutiérrez realiza un recuento de
los contratos que se licitaron en 2010, 2011, 2012 y 2013, todos ganados por
Osuna y Osuna Arquitectos, a pesar de tratarse de una empresa sin experiencia
para el tipo de proyecto.
De acuerdo con el portal
Compranet del gobierno federal, en donde se guardan todos los expedientes de
obras públicas realizadas con recursos federales, Osuna y Osuna Arquitectos,
propiedad del líder de la Cámara de Comercio de Mazatlán, Omar Osuna Osuna,
sólo tiene en su historial los cuatro contratos del tiburonario y un contrato
de 2008 para realizar un parque recreativo en la colonia Francisco Villa de
Mazatlán.
CONVENIOS ILEGALES
A pesar de que la ley de
Obras públicas de Sinaloa marca porcentajes específicos para aumentar el plazo
de construcción de una obra o aumentar el monto de los contratos, en el
proyecto del Tiburonario esas reglas no se respetaron.
La empresa mazatleca amplió
las fechas y los montos de sus contratos en siete ocasiones a lo largo de
cuatro años.
En 2010 por ejemplo, la
empresa tenía un plazo de 139 días para concluir la obra “remodelación de la
fachada del Acuario y tiburonario” pero al no lograrlo, al año siguiente en
2011 se le ampliaron los tiempos por otros 170 días más y luego, se le dieron
24 días más.
De acuerdo con el artículo 38
de la ley de Obras Públicas de Sinaloa, la autoridad puede celebrar convenios
para modificar el monto o el plazo fijado en el contrato, siempre y cuando la
ampliación no rebase el 25 por ciento del monto y plazo pactado.
En el caso del primer
convenio de ampliación que obtuvo Osuna y Osuna Arquitectos, el porcentaje de
ampliación de días alcanzó el 122 por ciento.
En lugar de que la obra se
realizara en cinco meses, se llevó 15 meses: casi un año y medio.
Para 2011, recibió otros dos
contratos, uno para construir un sistema refuerzo de cimentación de la
estructura que ya había construido y otro contrato para la construcción de obra
civil, estructuras metálicas en accesos y fachadas complementarias y suministro
y colocación de acrílicos de polímeros transparentes, este último uno de los
que tronó el pasado febrero de 2017.
En el primer contrato de
2011, la obra se debería realizar del 11 de enero de 2012 y terminar el 15 de abril de 2012, pero de
nuevo, las fechas se movieron y se autorizó que la obra iniciara el 23 de
febrero y concluyera el 27 de mayo de 2012.
No conforme, día después se
autorizó otro convenio para ampliar la fecha del 27 de mayo al 21 de julio de
2012.
En lugar de terminar la obra
en cuatro meses como lo planteaba el contrato inicial, a Osuna y Osuna
Arquitectos se le permitió terminarla en seis meses.
Ese mismo año, en el otro
contrato que la misma empresa tenía para colocar, entre otras cosas, los
polémicos acrílicos, los plazos extendidos se dieron de nuevo.
La empresa tenía la misma
fecha para comenzar y concluir, de enero a abril. Pero aquí también obtuvo dos
convenios para diferir el inicio y mandarlo hasta febrero con una terminación
en mayo.
Pero cuando no se pudo
concluir en mayo, se autorizó terminarlo en julio. En este caso, el contrato
también pasó de un proyecto para edificarse en cuatro meses a una obra que se
llevó seis meses.
En su último contrato de 2013
por 18 millones 665 mil pesos para construir una tercera etapa del tiburonario,
Osuna y Osuna Arquitectos tuvo un convenio de ampliación de monto por casi un
millón de pesos.
La denuncia que entregó
González Gutiérrez fue recibida por el coordinador de Contraloría de la
Secretaría de Transparencia y Rendición de Cuentas, Rogelio Aviña Martínez,
quien aseguró que a la par de la denuncia se lleva a cabo una auditoría propia
en el caso del Tiburonario.
CONTRATOS DEL TIBURONARIO CON OSUNA Y OSUNA
ARQUITECTOS:
2010 — 11 millones de pesos (Aumento del monto por 1 millón 580 mil
pesos)
2011 — 3 millones 675 mil pesos
2011 — 16 millones 071 mil pesos
2013 — 18 millones 665 mil pesos (Ampliación del monto
por 971 mil 828 pesos).
(RIODOCE/ Miriam Ramírez/ 13 febrero,
2017)
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