CIUDAD DE MÉXICO (apro).-
Clemente Rodríguez Moreno, padre de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno
de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, admitió que en la búsqueda
de sus hijos se acercaron al gobierno y le dieron “un poquito de confianza” a
la Gendarmería y a la Procuraduría General de la República (PGR), pero “ellos
ya sabían lo que estaba pasando… Fueron construyendo la ‘verdad histórica’”
expresada por el exprocurador Jesús Murillo Karam.
“Cuando íbamos a las
búsquedas en Iguala, incluso con la Gendarmería, cuando íbamos a las cuevas, no
sabíamos que andábamos caminando con el enemigo”, subrayó Rodríguez Moreno en
la presentación del libro “El tiempo de Ayotzinapa” (escrito por Carlos Beristaín,
ex miembro del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes), en la
Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
En representación de los
familiares de las víctimas de Ayotzinapa, destacó que pese al dolor, también
depositaron su confianza en los peritos argentinos y en el GIEI, quienes “le
fueron derrumbando su ‘verdad histórica’ al gobierno. Fueron armando ellos este
rompecabezas que al gobierno de algún modo le fue incomodando”.
Acompañado de Jesús Romualdo
Alejo y Adrián Trujillo Sandoval, Rodríguez Moreno comentó que el gobierno no
dejaba trabajar al GIEI, al que de alguna manera desprestigió y prácticamente
corrió. Sin embargo, agregó, el GIEI dio a los familiares de los desaparecidos
“la fuerza para seguir adelante”.
Sobre El tiempo de
Ayotzinapa, dijo a su autor: “Gracias, Carlos, por todo, por este libro, por
darlo a conocer a la gente. Ahí está la verdad”.
Y subrayó que los padres de
familia tienen todavía la esperanza de que los 43 normalistas estén vivos,
porque saben que hay cárceles clandestinas.
“Así nos lo ha dicho gente
que ha estado desaparecida, detenida, que no perdamos la esperanza también, que
sigamos adelante y que los vamos a encontrar… ¡porque vivos se los llevaron,
vivos los queremos!”.
UN CAMINO DE VUELTA
Carlos Beristaín, autor de
“El tiempo de Ayotzinapa”, dijo que el libro es un camino de vuelta al lugar
donde trabajaron (el GIEI). El texto relata muchos detalles, da cuenta de la
profundidad de la historia y está escrito para que quien quiera leerlo pueda
acompañar ese proceso, sostuvo.
“Trata de conocer la verdad,
pero no está escrito como una verdad cerrada, pues cada lector podrá sacar sus
conclusiones. Está escrito como un diario donde se van viendo diferentes pasos
y situaciones, y redactado desde la reflexión del hacer. Además, trata de poner
elementos en el camino para tener claridades respecto a los hechos, y aunque
refleja la perspectiva de Beristaín y del GIEI, carece de ficción”.
De acuerdo con Beristaín, él
y el GIEI vinieron a México a ayudar y a transformar. Y dijo que entendieron
desde el principio que hay una herida “y esa herida la hemos conocido en muchos
países… La herida de los desaparecidos, la herida de los familiares, una herida
abierta, de la desaparición forzada. Y hay una herida en el país, en el caso de
Ayotzinapa”.
A su vez, el periodista
Ricardo Raphael señaló que el de los 43 normalistas desaparecidos no es un tema
que se deba permitir “morir” con el ciclo de opinión pública de dos semanas, de
dos meses. “Y aunque sigamos siendo pocos (los interesados) las víctimas y sus
familiares se merecen la misma atención que pusimos el primer día”, concluyó.
(PROCESO / LA REDACCIÓN/ 25 ENERO, 2017)
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