CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La
casa Alberione de Tlaquepaque, Jalisco, manejada por la arquidiócesis de
Guadalajara, daba rehabilitación a sacerdotes pederastas, confirmó Juan
Sandoval Iñiguez, arzobispo emérito de esa circunscripción eclesiástica.
Sandoval precisó que este
albergue para sacerdotes dejó de atender a pederastas debido a que, en 2001, el
papa Juan Pablo II envió una carta a todos los episcopados pidiéndoles que
dejaran de encubrir a los clérigos que estuviera abusando sexualmente de
menores de edad.
En una entrevista para la
agencia EFE, a propósito de la presentación de su libro de memorias “Con mi
propia voz”, el prelado dijo:
“Desde que estaba yo en el
cargo, antes sí, pero cuando en 2001 el Papa Juan Pablo II dijo que los
pederastas tenían que salir del ministerio, entonces di la disposición a la
casa Alberione para que no admitiera ningún sacerdote pederasta”.
Y agregó:
“Un pederasta no (es
aceptado), primero porque nos va a dañar la obra, y segundo porque de todas
maneras tiene que dejar el sacerdocio, ¿para qué estamos ya gastando en él?”.
Indica que la prohibición de
Juan Pablo II se dio a raíz de los escándalos de pederastia sacerdotal
ocurridos en la arquidiócesis de Boston, Estados Unidos. Entonces el Papa
elaboró un documento que clasificaba a la pedofilia como un pecado, y “puso en
marcha reformas que se han ido endureciendo cada vez”, añadió Sandoval.
Con estas reformas, los
obispos tienen hoy la obligación de investigar “inmediatamente” y “a fondo” si
saben de un caso de pederastia, para enviar el expediente a Roma.
Entrevistado en su casa,
situada en el centro de Tlaquepaque, a poca distancia del albergue, el cardenal
retirado en 2011 señala que durante los 17 años que estuvo al frente de la
arquidiócesis afrontó “un solo caso” de pederastia clerical.
Señala que el cura abusador
“fue a dar a la cárcel, ahí lo dejé y después lo soltaron porque ya estaba
viejo”.
La casa Alberione de
Tlaquepaque pertenece a la red de albergues que en todo el país tiene la
Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a fin de dar atención médica y
sicológica a los clérigos que tienen problemas de alcoholismo, drogadicción,
depresión u otras enfermedades.
Por lo general, estos centros
de rehabilitación cuentan con un equipo de médicos, sicólogos y siquiatras. Uno
de sus principales impulsores es el obispo Marcelino Hernández, quien además de
clérigo es sicólogo.
Siempre ha corrido la versión
de que ahí van a recluirse varios sacerdotes pederastas para recibir
tratamiento sicológico… y para evadir a las autoridades judiciales.
Ahora Sandoval Iñiguez
confirma que, por lo menos en la casa de Tlaquepaque, se atendía a estos curas
abusadores.
Actualmente, el papa
Francisco ha endurecido las medidas contra la pederastia sacerdotal, al grado
de que anunció la creación de un tribunal para juzgar exclusivamente a los
obispos que encubran a sus sacerdotes abusadores.
(PROCESO/ RODRIGO VERA / 8 JUNIO, 2016)
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