La Procuradora General de la
República, Arely Gómez, no lo declara. Porque no lo sabe, porque está siendo
reservada, porque no lo quiere compartir, o por alguna otra razón, pero en un
Juzgado Federal con sede en Jalisco, existen dos causas penales, con dos
órdenes de aprehensión por cumplimentar contra Héctor “El Güero” Palma Salazar.
Personal del juzgado federal
confió los datos a reporteros de ZETA, pero, ante la secrecía de la
Procuraduría General de la República (PGR), por el momento obviaron las razones
de las causas penales que estarían vigentes contra el narcotraficante que fue
parte del Cártel de Sinaloa, y que incluso fue señalado de ayudar en la primera
fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, su compinche, cuando los dos purgaban sus
sentencias en el penal de Puente Grande, Jalisco, pero de la cual salió airoso.
Lo que sí adelantaron en el
juzgado fue que los delitos por los cuales se integraron esas causas penales
los cometió Palma Salazar en territorio nacional, y que las investigaciones se
iniciaron mientras éste purgaba la condena en Estados Unidos luego de haber
sido extraditado a aquel país en 2007, y donde cumplió solo nueve años de una
sentencia de 16.
Considerando que de 1995 a
2007 estuvo en la prisión mexicana, y que las investigaciones que se le
abrieron en ese periodo fueron resueltas por sus abogados de manera óptima para
el acusado de crimen organizado, todo indica que los delitos por los que ahora
es juzgado Palma Salazar pudo haberlos cometido antes de 1995, cuando era
prófugo de la justicia mexicana.
En aquellos años no se había
tipificado como delito en México la delincuencia organizada, por tanto eso
queda descartado.
Y considerando los delitos
graves a esa fecha, aquellos donde es posible promover la no prescripción, dado
que habrían ocurrido hace 21 años o más, nos quedan dos probables: homicidio y
secuestro.
Ninguno de los dos hechos
criminales ha escapado en la vida de los integrantes del Cártel de Sinaloa,
especialmente considerando que Héctor “El Güero” Palma era cabecilla de la
organización junto a Joaquín Guzmán Loera, y fueron conocidos, de manera
ministerial, extraoficial, y públicamente, sus actos de terror en la guerra que
en el primer lustro de los noventa enfrentaron con los hermanos Arellano Félix,
por venganzas personales, familiares y por el control del trasiego de droga en
la frontera norte de México.
Se supo entonces de
secuestros, decapitaciones, asesinatos de familiares de unos y otros, de
defensores de la sociedad civil y los derechos humanos, de policías, de
venganzas mafiosas.
Las causas penales que
existen contra “El Güero” Palma, y de las que no habla la Procuradora Arely
Gómez, revisten importancia dado que el viernes 10 de junio, el sentenciado en
ambos países recobró su libertad.
Ese día fue liberado de la
prisión de Atwater, California, Estados Unidos, e inmediatamente retenido por
el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE son sus siglas en inglés)
de los Estados Unidos, y remitido a un centro de detención y deportación de los
muchos que existen en la frontera norteamericana, pero del cual no se ha
revelado información sobre su ubicación. Del centro de detención “El Güero”
Palma será deportado a México.
Antes de conocerse de los dos
asuntos penales en el estado de Jalisco, se presumía que el narcotraficante
sería liberado, que mantendría su libertad en México, dado que fuera de esos
que salieron de último momento, no tiene pendientes con la justicia mexicana.
No porque no haya cometido
otros delitos por los que no ha sido juzgado, sino porque en este país el
Ministerio Público federal resalta por su incapacidad y falta de preparación
científica para elaborar averiguaciones previas que terminen en procedimientos
judiciales y generen órdenes de aprehensión.
Por muchos delitos no sólo
Palma Salazar, sino otros narcotraficantes, permanecen –aun en la cárcel- en la
impunidad, debido a la falta de preparación, personal, presupuesto,
investigación y atención del Ministerio Público Federal.
En Estados Unidos, temen que
una vez deportado a este país, “El Güero” vuelva a delinquir.
Está comprobado con las fugas
de “El Chapo” Guzmán, la liberación temprana de Rafael Caro Quintero por parte
del Estado Mexicano, y las innumerables liberaciones que se dan todos los días
de sicarios y lugartenientes de los distintos cárteles que criminalizan nuestro
territorio, que cuando un narcotraficante es liberado o se fuga de prisión,
regresa y con mayor fuerza a la vida ilícita que llevaba antes de ser
capturado.
Arely Gómez no ha dicho a los
mexicanos cuántas órdenes de aprehensión existen en México contra el mafioso
sinaloense, esto puede contribuir a la impunidad del narcotráfico que al ser
deportado, sea puesto en libertad.
Por lo pronto, tanto en la
PGR, autoridad que “recibiría” a Héctor Palma Salazar para fincarle nuevos
cargos, como en el ICE, nada se sabe del traslado del ex convicto a suelo
mexicano. Lo más probable, dice, es que sea deportado por la frontera
bajacaliforniana.
Sea por la ciudad de Tijuana
o por Mexicali, la capital del estado. Y de ahí, según la Procuradora,
trasladado a la Ciudad de México, situación que se daría en caso de encontrarse
órdenes de aprehensión en su contra.
México está a la espera de
uno de los narcotraficantes más sanguinarios, violentos y prósperos que haya
tenido el cártel de Sinaloa, junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán, e Ismael “El
Mayo” Zambada (¿Por cierto se habrán olvidado las autoridades de él? Ni lo
detienen ni se ve que lo investiguen ni que le sigan los pasos siquiera), y la
PGR al menos de manera pública y ante la falta de información, sigue entrampada
respecto al futuro del capo. La fecha límite para la deportación de Palma es el
miércoles 15 de junio.
Queda nada para que la
autoridad federal, que encabeza Enrique Peña Nieto, decida si considerando los
casos judiciales de Jalisco lo reaprehende, o si como sucedió con Caro
Quintero, le dejan libre para que siga con su vida criminal.
(SEMANARIO ZETA/ Foto: archivo/ "El
Güero Palma" / Adela Navarro Bello /Miércoles, 15 junio, 2016 10:33 AM)
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