Las cosas inéditas que se
están viendo en las campañas electorales de este año son tan inverosímiles, que
cuesta trabajo comprenderlas y procesarlas. El sábado pasado se vio lo que,
quizás, es lo más importante por magnitud y trascendencia de lo que hasta ahora
se haya conocido.
En un boletín de 143
palabras, el dirigente nacional del principal partido político del país
denunció que un cártel de drogas tomó abiertamente partido por el candidato de
un partido contrario, buscando apoyos con plata o plomo.
Por primera vez, un líder
político nacional señaló claramente que el narcotráfico tiene partido y que
quiere que el candidato al que apoya, gane la gubernatura. Por supuesto,
hablamos de Tamaulipas.
El boletín fue difundido por
el PRI el sábado por la tarde, donde se informó que el líder del partido,
Manlio Fabio Beltrones, había expulsado a tres candidatos postulados por los
priistas por presuntos vínculos con la delincuencia organizada.
“Los tres candidatos fueron
amenazados o comprados por el crimen en Tamaulipas y que hemos decidido
expulsar, apoyan abiertamente al PAN”, dijo Beltrones. “El PRI no se prestará
para dar votos a quienes ceden o están coludidos con el crimen... Preferimos no
tener candidatos en ninguno de esos tres municipios a concederles un voto de
legitimidad a los ‘malos’ que están atrás de ellos”.
Beltrones no los mencionó por
nombre, pero el antecedente está el 22 de abril, cuando en un evento monumental
del candidato del PAN a la gubernatura, Francisco García Cabeza de Vaca en el
municipio de Hidalgo, en el centro de Tamaulipas, frontera con Nuevo León, el
candidato del PRI a la Presidencia Municipal, Reyes Wenceslao Zúñiga Vázquez,
anunció su respaldo al abanderado panista.
Al mismo evento acudieron los
candidatos del PRI a las alcaldías de Mainero, Luis Cesáreo Aldape Lerma, y de
Villagrán, Gustavo Estrella Cabrera, que también fueron expulsados por
Beltrones.
En el mítin, donde se
colgaron pancartas del PRI en apoyo a García Cabeza de Vaca, asistieron los
líderes locales del PRD, PT, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza, partidos que
hasta ahora no han dicho nada al respecto.
La denuncia de Beltrones no
se origina en averiguaciones previas de las autoridades o en documentación que
se haya podido obtener sobre los malos pasos de los políticos. Según fuentes
vinculadas al dirigente priista, se produjo como resultado de denuncias de
amenazas directas de los criminales a los candidatos.
“En todos los años que llevo
haciendo campaña”, dijo un estratega veterano, “nunca había visto algo similar.
Lo que pasa en Tamaulipas produce terror”. El crimen organizado decidió entrar
de lleno en la campaña por la Gubernatura.
El Instituto Nacional
Electoral dijo este fin de semana que van a retirar a su personal de Ciudad
Victoria, Matamoros y Reynosa, porque no es posible trabajar ante el clima de
inseguridad. Varias empresas de opinión pública dejaron de encuestar en el 30%
del territorio tamaulipeco por las mismas razones.
¿Qué tanto se puede
establecer una línea mecánica entre el apoyo del crimen organizado y un
candidato? ¿Hay realmente una vinculación del narcotráfico con García Cabeza de
Vaca? No le ayuda al candidato del PAN un pasado donde ha estado y cruzado, en
ocasiones, los límites de la legalidad. En febrero de 1986, por ejemplo, la
Policía de McAllen, Texas, lo arrestó por robar armas de fuego junto con sus
amigos, Antonio Barba, Alfredo Cerda y Alberto Gómez, asesinados años más
tarde.
Las muertes con olor a crimen
lo persiguen. En enero de 2005, durante su campaña para presidente municipal de
Reynosa, su jefe de seguridad René Izaguirre apareció ejecutado en una
carretera. Apoyado por Marta Sahagún de Fox a través de su hijo Manuel
Bribiesca, ganó la Alcaldía y en 2006 autorizó a Osiel Cárdenas, legendario
jefe del cártel del Golfo y fundador de Los Zetas, el uso del estadio de
beisbol para el festival del Día del Niño.
Pese a ello, a García Cabeza
de Vaca nunca se le han probado nexos con el narcotráfico. Con esa asidera se
puede entender la respuesta del líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, a las
imputaciones de Beltrones. La expulsión de los tres candidatos priistas a la
Alcaldía, reviró, confirma la infiltración histórica de los grupos criminales
en el priismo tamaulipeco. Palabras fuertes, pero vacuas. El litigio
político-mediático no debe ocultar el fondo de la problemática expuesta por
Beltrones.
Hidalgo, el municipio que
está en el centro de este escándalo, era territorio de Los Zetas hasta hace
aproximadamente tres años, cuando el cártel del Golfo lo expulsó. Días después
del respaldo de abril pasado, el grupo “Columna Armada General Pedro José
Méndez”, relacionado con el cártel del Golfo, que apareció en Hidalgo, Mainero
y Villagrán en 2014, salió a las calles con pancartas de apoyo a García Cabeza
de Vaca. ¿Hay un apoyo real del narcotráfico al panista o lo que se busca en el
fondo es desacreditarlo? O ¿cuál es la mano que realmente mece esa cuna?
Las preguntas obligan a
buscar respuestas al interés del narcotráfico para meterse tan abiertamente en
una campaña a favor de un candidato a gobernador. Lo que sucede es demasiado
lineal y simple para creerlo en automático.
Pero al mismo tiempo, pensar
que todo es parte de una guerra sucia electoral y enmarcarlo en ese contexto,
sería un error. La putrefacción en Tamaulipas es real y tiene que atacarse.
(ZOCALO/ COLUMNA “ESTRICTAMENTE PERSONAL” DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 12 DE MAYO 2016)
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