En 2013, la revista Líderes
consideró a Ernesto Canales como una de las personas que más inspiraban en
México. Impulsor de una organización que ofrece defensa legal a quienes menos
dinero tienen para defenderse de las injusticias de la Ley mexicana, vinculado
al Grupo Monterrey y a la clase política neoleonesa, llamó lo suficientemente
la atención a El Bronco Jaime Rodríguez, que lo incluyó en su proyecto de
gobierno en Nuevo León: en diciembre pasado lo nombró fiscal anticorrupción.
Nadie sabía, no quiso ver, o fue engañado por Canales, que ocultó un gran
pecado legal que hoy lo tiene en el umbral de la cárcel por un fraude de seis
millones de dólares que avergonzará a quienes lo apoyaron, proyectaron y
llevaron al puesto donde él no era, claramente, uno de los más calificados.
El problema en el que se
encuentra Canales comenzó hace tres años, como secuela del litigio por la
sucesión testamentaria de 16% de las acciones de Televisa de Emilio El
TigreAzcárraga, a favor de su viuda, Paula Cusi. El litigio por ese paquete
accionario comenzó con un juicio civil en 2007 entre la señora Cusi y la parte
que reclamaba para sí las acciones de Azcárraga, entre los que se encontraban
sus hijos Emilio, Carla, Ariana y Alejandra, el vicepresidente ejecutivo de
Televisa, Alfonso de Angoitia, sus albaceas, Grupo Televicentro, que era el
grupo tenedor de las acciones de Televisa, y su afiliada Grupo Alameda. Los
abogados de la señora Cusi, su tercera y penúltima esposa, fueron Canales
y César Francisco García Méndez.
El litigio se convirtió en
una batalla que llevó a la cárcel a la señora Cusi el 23 de abril de 2011
acusada por el delito de falsedad ante las autoridades. Aunque quedó libre por
falta de elementos –no pudieron probarle nada de ello durante el tiempo de
ley-, haber pasado varios días en la prisión de Santa Martha Acatitla de la
Ciudad de México, la llevó a aceptar un acuerdo con Azcárraga Jean, actual
presidente de Televisa, quien era la principal voz de la parte acusatoria. No
parecían estar dispuestos los hijos de El Tigre a que el testamento se
dividiera en seis partes iguales y que una fracción de la empresa quedara en
manos ajenas a la sangre Azcárraga. Los abogados de la señora Cusi, Canales y
García Méndez, negociaron con los demandantes la transferencia de las acciones
por su libertad y 50 mil pesos, adicionalmente a una contraprestación por seis
millones de dólares (65 millones de pesos al tipo de cambio del momento) que le
serían entregados a la viuda.
El documento se firmó el 28
de abril de 2011, donde la señora Cusi cedió “todos y cada uno de sus derechos”
de la sucesión de El Tigre, a Emilio Azcárraga Jean. Canales era el apoderado
de la señora Cusi y le informó del finiquito de los 50 mil pesos, pero nada
más. Todo se habría quedado ahí, hasta que de manera fortuita, meses después de
haber recuperado su libertad, la señora Cusi se enteró por voz de
representantes de Televisa, que Azcárraga Jean había autorizado que se le diera
la contraprestación de seis millones de dólares. La inesperada revelación llevó
a la señora Cusi a buscar otros representantes legales y contrató al abogado
Jacinto Guillén, quien se convirtió en su apoderado.
Lo primero que hicieron fue
cancelar los poderes plenos que tenía Canales y luego procedieron a demandarlo.
La denuncia se presentó el 26 de marzo de 2012 en la Procuraduría General de
Justicia del Distrito Federal, donde afirmó el abogado Guillén que Canales y
García Méndez “se apoderaron y dispusieron en su beneficio” los seis millones
de dólares pagados por Televisa, “obteniendo un lucro indebido y generado un
detrimento patrimonial” a la señora Cusi. Canales y García Méndez han negado
cualquier ilegalidad en su proceder, y el actual fiscal anticorrupción de Nuevo
León trató de frenar por todas las vías legales cualquier acción que, se ha
visto, lo incriminara. Paradójicamente, cuando El Bronco, como Gobernador
electo, ya lo tenía en la cabeza como el encargado de combatir la corrupción en
Nuevo León, Canales seguía luchando por esconder los pagos que recibió de
Televisa que nunca reportó a quien era su cliente.
Lo que Canales buscaba, de
acuerdo con la documentación analizada sobre el caso, era evitar que Televisa
mostrara los documentos de las transferencias de los seis millones de dólares
que nunca reportó a la señora Cusi. Desde febrero del año pasado Canales buscó
impedir la instrucción del ministerio público para que Televisa presentara los
recibos de la transferencia de los seis millones de dólares a su favor, que fue
ganando mediante amparos durante prácticamente todo el año pasado. El último,
dictado a su favor el 11 de noviembre pasado, no fue admitido como recurso por
ser una cosa juzgada. La instrucción a Televisa fue que presentara la
documentación solicitada. Los abogados de Azcárraga no ocultaron nada. Desde
que comenzó el juicio contra Canales y García Méndez, ya habían presentado las
transferencias electrónicas, que obran en actuaciones. Con ellas queda al
descubierto lo que el abogado Guillén llama “administración fraudulenta”. Lo
que Televisa entregó fueron dos recibos pagados a empresas de Canales de tres
millones de dólares cada uno, en mayo de 2011.
MAÑANA: EL FRAUDE DEL FISCAL
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(EJECENTRAL.COM.MX/ ESTRICTAMENTE
PERSONAL | LA COLUMNA DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 30 DE MARZO DE 2016)
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