Inesperados, violentos, impactantes.
Sucesos que poco dejan a la imaginación y son tan complicados de ver, como de
apartarles la mirada. Hoy en día, con herramientas como YouTube y Periscope,
una transmisión en vivo no es el gran evento que hace algunos años provocaba la
televisión, cuando interrumpía su programación regular para mostrar imágenes
que paraban a países enteros, o lograban sorprender con hechos salidos de
control que tuvieron la suerte – o el infortunio- de tener cámaras para dejarlo
a la posteridad.
Ciudad de México, 30 de enero
(SinEmbargo).- Así, una noche de 2003, vimos las primeras bombas caer sobre
Bagdad. Alarmados recibimos la noticia de un ataque ¿nuclear? cuando apenas
salíamos de la incertidumbre de la Guerra Fría. Años más tarde, observamos a un
político priista borracho irrumpir un noticiero en el prime time de Televisa.
“En vivo desde la Luna”,
fueron las palabras con las que Jacobo Zabludovsky informó a los mexicanos, en
ese mismo canal, que a las 8:56 pm del 20 de julio de 1969, el hombre había
dado el “gran paso”.
En vivo también, se anunció
la muerte de John Lennon en diciembre de 1980 y se siguieron los homenajes que
cientos de fanáticos realizaron afuera del edificio Dakota, en Nueva York. 17
años más tarde, británicos, propios y extraños, atestiguaron los funerales de
la Princesa Diana de Gales.
Así también, se repitieron
como en loop las escenas del intento de asesinato al Presidente de Estados
Unidos Ronald Reagan, del atentado contra el Papa Juan Pablo II (o a Sinead O’connor
rompiendo su retrato). Y de manera local, las del homicidio del candidato a la
presidencia de México, Luis Donaldo Colosio.
Juicios, accidentes,
atentados, persecuciones. El televisor fue el gran testigo del Siglo XX.
(SINEMBARGO.MX/ SANDRA SÁNCHEZ Y DANIELA
MEDINA/ REDACCIÓN / ENERO 30, 2016 -
00:00H)
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