7 de enero de 2016.- Un año
sin Julio Scherer, sin el maestro fundador de Proceso. Un año sin Cabu, Tignous,
Wolinsky, Philippe Honoré y Charb, los caricaturistas y el director de Charlie
Hebdo, que, junto a seis personas más, fueron asesinados en la redacción de la
revista. 7 de enero, un día triste para el periodismo independiente, crítico.
Un día negro para la libertad de expresión.
No pasaron muchos años, a
partir que el profesor Carlos Hank González envió a su hijo, Jorge Hank Rhon a
Tijuana, para que pronto se convirtiera en una amenaza para la sociedad que en
esta tierra se ha desarrollado.
En la misma década de los
ochenta, cuando en mala hora arribó su jefe de seguridad, Antonio Vera
Palestina, apoyado por otros colaboradores de Hank Rhon, asesinaron a Héctor
“El Gato” Félix Miranda en 1988, cuando era codirector de Semanario ZETA.
Ni entonces ni ahora, la
Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California investigó al
junior ya entrado en años, a pesar de que todos los pasos llevaban al Hipódromo
de su propiedad -antes de la Nación- en
la autoría intelectual del homicidio del periodista. A partir de ahí, Hank Rhon
se confirmó como la amenaza que representa para una parte de la sociedad. Para
la sociedad independiente a su círculo, para las familias de bien, para los
periodistas independientes, para los bajacalifornianos que caen en la
ludopatía, incluso para ciertos criminales.
Jorge Hank Rhon ha sido
señalado como presunto responsable de muchos delitos. Homicidio -entre ellos el
su nuera y caso por el que se solicitó un arraigo sobre su persona que el Poder
Judicial negó-, lavado de dinero y asociación delictuosa por parte de autoridades
de los Estados Unidos, acopio de armas, contrabando, tráfico de animales,
amenazas, evasión de pagos e impuestos, entre otros.
Por pocas de esas sospechas
ha sido investigado, y en los casos que ha llegado al Ministerio Público,
mayormente Federal, la ha librado no por presumir inocencia, sino por falta de
pruebas o desestimación de las mismas.
En 2011, el Ejército Mexicano
-entonces a cargo del General Alfonso Duarte Mújica en la II Región- y el
General Gilberto Landeros Briseño en la II Zona Militar, aprehendió a Jorge
Hank y lo consignó junto con la Procuraduría General de la República (PGR) por
el delito de acopio de armas. Era junio y el casinero pasó 10 días encarcelado
en la prisión de mediana seguridad “El Hongo” en Baja California. Al final, los
abogados demostraron que la detención no había sido en términos de la Ley, y
una jueza federal lo liberó por falta de elementos para procesar, pese a que ni
ella, ni en la PGR, sabían después qué hacer con las armas que fueron
decomisadas en las inmediaciones de la casa de Hank, dentro de su propiedad.
También estuvo detenido, aun
durante horas, por contrabando cuando del extranjero llegó a México con pieles
de animales en peligro de extinción, marfiles, gemas y otros objetos exóticos
que, también al final para la autoridad federal, terminaron siendo baratijas e
imitaciones.
En muchas ocasiones Jorge
Hank ha burlado tanto a la justicia mexicana como a la norteamericana, pero no
logró retener la visa que le permitía entrar a los Estados Unidos. En 2009, un
oficial de Migración que lo atendió en la Garita Internacional de Tijuana-San
Ysidro, al introducir su nombre al sistema, observó la cantidad de sospechas
que en su país pesaban sobre el casinero. Haciendo uso de su facultad, el
representante del gobierno de la Unión Americana le retiró la visa, la rompió
delante de él, y lo regresó a territorio mexicano.
Por las múltiples sospechas
que pesan sobre él, y porque para la autoridad estadounidense Jorge Hank
representa una amenaza, no le permiten entrar a ese país. Hace algunos meses,
por mediadores, intentó recuperar la visa de turista para pisar suelo
norteamericano, incluso se sabe que del Gobierno Federal de Enrique Peña Nieto,
realizaron alguna auscultación para ver si podían solucionar el “problema” de
la visa de Hank, pero la contundente respuesta de Washington, D.C. hizo a los
mexicanos recular. Los intentos de Hank por recuperar su pase a los Estados
Unidos no han cesado.
El 1 de mayo de 2015, el
asesino sentenciado por el homicidio de Héctor Félix Miranda salió de prisión
al cumplir los 25 años de condena que un Juez del Fuero Común le dictó en 1992,
luego que estuvo detenido desde 1990. Horas después, Jorge Hank se lució y
apareció públicamente con el ex convicto en Tijuana. Presumió que le dio trabajo.
Que lo arropaba bajo su ala una vez más. En aquel entonces, periodistas,
reporteros y fotógrafos se volcaron sobre
la bizarra imagen: el asesino sentenciado con pena compurgada, y el
sospechoso de siempre juntos.
Magnificaron a Vera Palestina
como hicieron ahora que salió Hank Rhon a declarar que el Teniente Julián
Leyzaola Pérez no es una buena opción como candidato a la presidencia municipal
de Tijuana, porque “tiene antecedentes” e implicaría “dar pasos atrás”; además,
que tiene “mala relación con los norteamericanos”. Asombrosamente, quienes
reportaron los hechos, resaltaron las declaraciones de Hank sin mencionar que
los tres juicios de valor que el ex reo hace sobre la persona de Leyzaola,
aplican… ¡Pero a él!
Que Jorge Hank Rho sea
candidato otra vez a gobernador -perdió ya en una ocasión, luego que utilizó la
alcaldía de Tijuana que ganó en 2004, para traer inseguridad, corrupción y
poquísima obra- sería para el PRI, para la sociedad bajacaliforniana, para el
electorado, “dar pasos atrás”, especialmente por los “antecedentes” que tiene y
las investigaciones que aun congeladas, existen en la PGJE por homicidios,
todos relatados por un ex guardia de seguridad de él que estuvo en calidad de
testigo protegido. “La mala relación con los norteamericanos” la tiene Jorge
Hank Rhon, luego que, por ejemplo, una Corte de Nueva York determinó a empresas
privadas no proveer la señal de justas ecuestres al del Estado de México, por
sospechas de delincuencia organizada. O que la Comisión de Juego de Nevada negara
la oportunidad de venderle máquinas tragamonedas. Situaciones que, entre muchas
otras, llevaron a un oficial de Migración a retirarle la visa y romperla, para
negar definitivamente a Jorge Hank, el paso a territorio de los Estados Unidos.
Pero nada de esto destacaron
quienes magnificaron las declaraciones de Hank contra el Teniente Coronel
Leyzaola, ni siquiera resaltaron en el hecho que estaba flanqueado por el
asesino del periodista Héctor Félix Miranda, que recuperó la libertad luego de
purgar la pena de 25 años de prisión. Por supuesto el ex secretario de
Seguridad Pública de Tijuana, Julián Leyzaola Pérez, sí respondió a los juicios
de valor de Hank. “Los tijuanenses nos sentimos indignados por los actos y la
impunidad de la que han gozado políticos como él. En todo caso, si algo se le
tendría que agradecer a Hank es que me esté considerando como el próximo
alcalde de Tijuana”, escribió en un comunicado de prensa.
Amplió: “Los antecedentes que
tengo siempre han sido velando por la seguridad y la tranquilidad de Baja
California. En 2003, fui director del Centro de Readaptación Social ‘El Hongo’,
por cierto, donde años después Jorge Hank fue huésped. En todo caso, mis pretensiones políticas y de
seguridad ponen bajo amenaza a los grupos delictivos y corruptos”. El Teniente tituló su comunicado así: “Para
Hank y la delincuencia, soy una amenaza”.
Ciertamente, a como se ve el
panorama electoral de 2016, ninguno de los aspirantes representa una amenaza
para los bajacalifornianos, como sí lo ha sido desde que llegó a esta tierra el
ex reo del “Hongo”, jefe del asesino de Héctor Félix Miranda y sospechoso
común: Jorge Hank Rhon.
Los bajacalifornianos no
podemos darnos el lujo de perder la memoria, ni la histórica, ni la de nuestros
muertos.
(SEMANARIO ZETA/ SORTILEGIOZ/
Adela Navarro Bello / Fotos. Archivo/
11 de Enero del 2016 a las 12:00:51)
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