MÉXICO, DF (apro).- Los
magnates mexicanos y el presidente Enrique Peña Nieto sostuvieron hoy un
encuentro para expresarse confianza, declarar que la economía del país es
sólida, congratularse una vez más por las reformas estructurales y pronunciarse
por una mayor generación de empleo.
Como nunca, los más ricos de
México aceptaron que, sólo en parte, la reunión fuera pública, porque como
siempre ellos aceptan cualquier petición presidencial. No lo dicen, pero por
primera vez en cinco décadas abrieron sus puertas a petición de la Presidencia
de la República.
Cierto es que la membresía
del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMN, pues no hace mucho quitaron
de su organización el sesgo sexista y admitieron una mujer) cada vez es más
conocida, pero de ahí a admitir a la prensa en una de sus sesiones ya era mucho
decir… hasta hoy.
Desde 1962, cuando a
instancias del expresidente Miguel Alemán y sus socios fundaron el organismo,
no hay registro de una sesión pública y ni siquiera lo hay de su membresía
completa de manera oficial.
A través de los años, algunos
periodistas e investigadores lograron desentrañar la selecta lista de
afiliados, no sin encontrar numerosos obstáculos para luego confirmar lo que
todo mundo sabe: si alguien quiere saber del verdadero poder en México, debe
buscar en el CMN, un organismo discreto, creado declaradamente para agrupar a
la oligarquía mexicana.
Los hombres de la cúpula de
cúpulas, según unas estimaciones son 34 socios quienes integran el CMN; otras
tasan la membresía en 39 y algunos más en 50. Sean los que sean, ese puñado de
hombres representa 28.4% del Producto Interno Bruto del país; 15 de ellos
forman parte de las listas de millonarios del mundo y, sólo en lo que va del
sexenio de Peña Nieto han invertido 87 mil millones de dólares dentro de
México.
La conclusión es que, si un
día decidieran sacar sus capitales de México provocarían una profunda crisis…
quizás lo han hecho y, coincidentemente o no, el pasado día 12 el gobernador
del Banco de México Agustín Carstens expresó su preocupación por una posible
fuga de capitales, al grado de pedir medidas inmediatas al gobierno de Peña
Nieto.
Hoy, la reunión es “atípica”,
dice Alejandro Ramírez Magaña, el actual presidente del CMN, “es una sesión
extraordinaria” que se había cancelado originalmente y, luego, vuelto a convocar
por petición presidencial.
Micrófono en mano, la
explicación de Ramírez Magaña –que es el presidente y director general de
Organización Ramírez, la empresa propietaria de la cadena Cinépolis– es a
quienes ya llegaron al salón y, a manera de disculpa, primero, porque la
Presidencia pidió que hubiera una sesión pública con acceso a medios de
comunicación y, segundo, porque debido a la premura “no encontraron otro salón
disponible”, un impedimento que cuando menos es curiosidad tratándose de los
hombres más poderosos de México.
Y vaya que no se trata de
cualquier salón, es uno de los que se ubican en el Club de Empresarios Bosques,
un exclusivo lugar repleto de mármol y maderas, con reflectores que iluminan
las muy numerosas obras de arte que decoran sus paredes, donde hay un ejército
de meseros y servidumbre que abastecen a su clientela con los legendarios
platillos de Banquetes Mayita. Para llegar ahí hay que rodear por verdes
avenidas y barrancas en breña, interminables las mansiones de Las Lomas.
Algunos medios de
comunicación han identificado el Club como la sede del CMN. Si no lo es, lo
parece.
***
Una hora antes del arribo de
Peña Nieto el vestíbulo ya había una veintena de potentados. Muy cerca del
acceso, Germán Larrea Mota Velasco (dueño de Grupo México, segundo o tercero
más rico de México, dependiendo el año), vaso jaibolero en mano, sonríe en
alegre conversación con Bernardo Quintana (presidente del deteriorado Grupo
ICA).
Por ahí pasa a saludar
Antonio de Valle Ruiz (Mexichem y Grupo Financiero B+) preguntando dónde está
el baño, mientras que Ricardo Martín Bringas (Grupo Soriana) luce como un
político en campaña, con su cabello engominado y deteniéndose en todos los
grupos de conversación.
Más al fondo, Lorenzo
Servitje y su hijo (Bimbo, Marinela), porque los relevos generacionales están
en puerta aunque no todos llegan de la mano de su padre, como Carlos Slim Domit
(Carso, Telmex) que anda solo.
Emilio Azcárraga (Televisa)
es la imagen del desenfado, distante del joven Slim. Roberto Hernández
(Banamex) ríe a carcajadas.
Ramírez Magaña, con Eduardo
Tricio Haro (Grupo Lala) y el secretario de Economía Ildefonso Guajardo están
listos para apurarse a la entrada y recibir al presidente de México. Son el
comité de recepción.
Las cortesías se dispensan
para la única mujer, Blanca Avelina Treviño de la Vega, quien les ganó a todos
en la era de la tecnología y de quien dependen muchas de las empresas propiedad
de los ahí reunidos. Es la única mujer, al menos por hoy, que se ha dado cita
como integrante del CMN.
Muy solicitados, Claudio X.
González (Kimberly Clark México), Antonio Madero (San Luis Rassini) y Alberto
Bailleres (Grupo Bal, Peñoles y Palacio de Hierro) parecen concentrar la
simpatía de veteranos en el CMN. El eslogan de las tiendas de este último
podría definir a todos los presentes: son parte de tu vida, de la de todos los
mexicanos.
***
La salutación presidencial
recorre el salón, donde se dispuso una mesa rectangular, pletórica de arreglos
florales al centro. Uno a uno, Peña Nieto les tiende la mano, los abraza y los
palmea, sin ocultar sus afectos.
En Emilio Azcárraga se
detiene. Saludo de mano, chascarrillo y abrazo, nuevo comentario y ambos ríen.
Sigue rápido hasta llegar a Alberto Bailleres, a quien hace unas semanas le otorgó
el Senado la “Medalla Belisario Domínguez” a instancias de la Presidencia y,
después de un comentario breve, continúa con Bernardo Quintana, cordial pero
sin demora.
Desde que inició su
administración, Peña Nieto se reúne al menos dos veces al año con el CMN. En
2014 lo hizo en junio. Aquella vez como todas, hasta ahora, la reunión fue
privada y los fotógrafos de la Presidencia fueron los únicos que pudieron
retratar a los asistentes. Semanas después, en agosto, la Presidencia difundió
una fotografía de Germán Larrea Mota Velasco, sobre quien hasta entonces no
había fotografía ni video ni se podía saber su identidad. Hoy Larrea aparece en
la transmisión en vivo de la Presidencia, abierta la toma, después de unas seis
décadas de cuidarse para no perder su anonimato.
Ramírez Magaña lo expone: no
se tenía contemplado hacer la reunión.
Pero ahí están, agraviados o
beneficiados, todos los hombres del dinero.
***
Es claro que los ahí reunidos
no son las mejores personas del país y que en el recuento más elemental de
agravios a la nación han sido protagonistas. En lo más inmediato: se
beneficiaron y crecieron sus negocios, la mayoría al amparo del poder con
concesiones, contratos y políticas públicas; saludaron las represiones brutales
como la de 1968; participaron activamente en los ataques a la libertad, como el
boicot publicitario al Excélsior de Julio Scherer.
Se beneficiaron de los
bancos, las minas y la industria paraestatal durante las privatizaciones
salinistas a precios de ganga y, cuando no pudieron manejarlas, los rescató el
gobierno con cargo al bolsillo de los mexicanos con el Fobaproa; malos negocios
y la banca se vendió a extranjeros, lo mismo que las siderúrgicas y grandes
empresas otrora propiedad de la nación.
Durante todos esos años
financiaron las campañas de los presidentes en los regímenes priistas y
facilitaron “la alternancia” con los panistas, pues una amplia mayoría formó
parte de los “Amigos de Fox” en el 2000 y patrocinó la campaña del “peligro
para México” en 2006 contra Andrés Manuel López Obrador, ahora presidente
nacional de Morena.
Son responsables de muertes
como las de los mineros de Pasta de Conchos o del desastre ambiental en Sonora,
ambos por empresas de Larrea; de terribles impactos ambientales y daños a la
salud de niños y mujeres, como en el caso de Peñoles, de Bailleres, en Torreón,
Coahuila; de la obesidad y los problemas de salud derivados que aquejan a los
mexicanos con la profusión de alimentos “chatarra”, como los de Servitje. De la
televisión-basura y hasta ahora duopólica de Azcárraga y Salinas Pliego, aunque
este último no apareció. Ni siquiera pagan impuestos o, al menos, no los que
deberían.
Pero esos no son temas en
este lugar. No hay asomo de crítica entre capitalistas y gobierno, ni siquiera
por los agraviados como Bernardo Quintana, el presidente de Grupo ICA, cuya
empresa está en crisis por la falta de pago del gobierno y la negativa a
otorgarle las obras que en el pasado le dieron esplendor.
Ramírez Magaña, en su
discurso, tiene una insistencia: cumplir con los plazos establecidos para
concretar los sistemas anticorrupción y de transparencia, en cuyas iniciativas,
afirma, incidió el CMN.
***
La tarde inicia para esa
plenaria del poder, con una declaración del dirigente del CMN al presidente
Peña Nieto:
“Tenemos plena confianza en
su liderazgo”.
En general, Ramírez Magaña
robó el discurso peñanietista, destacando las reformas estructurales, las
coberturas petroleras, el fortalecimiento del mercado interno, pero también
hizo un reconocimiento a nombre del grupo a Peña Nieto por “su compromiso con
una economía abierta”.
Felicitó a Peña Nieto por la
captura de uno de los criminales más buscados, “siempre con el apoyo de
nuestras Fuerzas Armadas”.
Peña Nieto debe improvisar.
Le han ganado sus estadísticas, sus cifras sobre inversión extranjera directa,
sobre empleo y los resultados de las reformas y de su política de seguridad.
No sin ciertos tropiezos
discursivos, nada significativo frente a otros episodios protagonizados por el
mandatario, su mensaje es de calma a los capitalistas mexicanos, pues a pesar
de la “difícil y volátil” desaceleración que vive el mundo, México sigue
creciendo, si bien admitió que no “al potencial” que tiene.
“Esto deja ver que México
sigue proyectando ante el mundo confianza. Y ese es, quizá, el valor hoy más
ausente o que menos estamos viendo en el mundo entero, ante esta volatilidad y
ante la desaceleración económica”.
Peña Nieto es persistente y
declara que no dejará de repetir los beneficios de las reformas estructurales.
“Sin embargo, es claro que
México está mejor preparado a partir, fundamentalmente, de las reformas
estructurales… son pilares fundamentales para que México realmente, ante este
escenario incierto que el mundo nos está presentando, tenga mayor solidez y
pueda seguir construyéndose un mejor futuro”, puntualiza.
Aunque no lo declara, vuelve
a la carga con los datos que ha desplegado en las últimas semanas sobre la
inflación más baja desde 1970, sobre el crecimiento que no se compara al de las
administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón, a quienes no menciona pero
sí los primeros trienios de sus respectivos periodos.
Una sola petición a los más
ricos del país: que generen más empleos.
A Ramírez Magaña, igual que a
Peña Nieto, se le niega esta vez la interrupción de aplausos. Entre los
reunidos sólo hay ovaciones discretas, refinada la atmósfera, al final de cada
turno.
La sesión concluye. La transmisión
se cierra. La reunión y el diálogo público han concluido. En un salón del
exclusivo Club de Empresarios Bosques los integrantes del CMN continuarán en un
diálogo con el mandatario, después de la media hora de exhibición pública pero
como siempre ha sido, a puerta cerrada.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ ARTURO
RODRÍGUEZ GARCÍA/ 14 DE ENERO DE 2016)
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