Lo que sienten los residentes del
fraccionamiento Valle de las Palmas es temor, y por ello piden mayor atención
de las autoridades. Explican que cada vez es más común saber de robos, asaltos,
ser testigos de ataques armados y de homicidios. La oscuridad del desarrollo y
la cantidad de casas abandonadas, se vuelven el escenario idóneo para delinquir
(EDICIÓN IMPRESA) El
asesinato de Yadira González es un acontecimiento del fraccionamiento Valle de
las Palmas de Tijuana que pocos desconocen. Desde ese tiempo para acá, cosa de
10 meses, residentes coinciden en que los hechos delictivos de la zona se
recrudecieron.
El miércoles 11 de marzo por
la noche, Yadira, una joven que el miércoles 18 –de marzo– cumpliría 19 años de
edad, fue ejecutada con un disparo en la frente y tirada en una de las
vialidades principales del fraccionamiento, envuelta en una alfombra.
“Ella solo tenía un disparo.
Yo supongo, no sé, es la primera vez que me matan a un pariente, y yo no sé si
en el acta de defunción pongan todo, pero en la que me dieron dice que fue el
puro balazo. No dice que me la hayan violado, torturado, pero aquí –en el fraccionamiento-
se dice de todo”, platica Estela González, su madre.
A un lado del comedor de la
casa de Estela, permanece lo que queda de un altar que fue colocado en honor a
Yadira. En repisas: sus fotografías, dibujos, flores y sus cenizas.
“Sí andaba mal, no le voy a
decir que no, ella andaba metida en drogas, pero yo siento que no era para que
la mataran así. A mí el ministerial lo único que me dijo…yo la verdad me cansé
de ir porque no me solucionaban nada…lo que me dijo fue que el muchacho declaró
que no la quería matar, que le quería dar un susto. O sea, un susto con un
balazo aquí”, y se lleva el índice a la frente.
La poca iluminación de Valle
de las Palmas.
Yadira terminó la secundaria
y dos años después fue inscrita en una preparatoria abierta, a la que acudió en
seis sesiones y ya no regresó. A sus 18 años, su rutina: consumir drogas,
dormir y comer, luego volver a dormir. Quería terminar la preparatoria para ser
policía ministerial, pero dice su madre que lamentaba frente a ella: “‘mami, sí
quiero, pero me quiero ir de aquí, aquí no voy a lograr nada’, ella sabía que
aquí no iba a ser nada”.
Estela identifica al asesino
de su hija como “El Chispas”. No sabe su nombre, solo que aunque fue detenido
está en libertad y fuera de la ciudad de Tijuana.
“Somos un lunarcito de
Tijuana”, dice un residente de la zona.
VALLE DE LAS PALMAS
A 10 kilómetros al sur de la
carretera libre Tijuana-Tecate –a partir del kilómetro 33–, está Valle de las
Palmas, uno de los fraccionamientos ideados como detonadores de un nuevo polo
de desarrollo del municipio de Tijuana.
Hoy parece que ahí oscurece
más que en otros lugares. “Somos un lunarcito de Tijuana”, dice quien pide el
anonimato por su seguridad. La inexistencia de alumbrado público, hace que la
luz que sale de las casas sean las que eviten las tinieblas.
Además, las viviendas
abandonadas, otras más a medio terminar, han contribuido en la construcción de
un escenario que los residentes califican como idóneo para la venta y consumo
de drogas, y práctica de actividades
delictivas.
Consultados relatan que desde
hace meses, 9 o 10, los asaltos y robos son más recurrentes, también las
detonaciones de arma, ataques directos y ejecuciones.
Hablan, además de la muerte
de Yadira, del homicidio de un hombre –dedicado a la herrería– dentro de una
tienda de abarrotes; del hombre –identificado como Fernando Pusián Mejía– que
fue bajado de un camión y ejecutado
frente a su hija entrando al fraccionamiento.
“La gente con este tipo de
hechos, sí se impacta. Es gente –los agresores– que aquí, además de dañar la
imagen, traen la intranquilidad, la inseguridad que se vive”, dice otro
residente.
De acuerdo a lo que han
identificado, los responsables de la violencia en el fraccionamiento se ocultan
en las casas abandonadas y se reúnen en establecimientos comerciales que no se
someten a revisiones municipales, porque ahí no entran los inspectores.
“Primero era gente deportada
del otro lado, después empezaron a utilizar a menores de edad. Hoy vemos gente
armada a cualquier hora”, comparte una madre de familia, que además agrega que
han logrado identificar a dos grupos rivales, el de los 18´s en la parte norte
del desarrollo y el de los 13´s en la parte sur.
"EL MIKE"
Uno de los últimos ataques
fue hace un mes, aproximadamente a las 4 de la tarde, contra José de la Cruz
Sánchez, alias “El Mike”. El joven que resultó ileso, es identificado como uno
de los protagonistas de distintos hechos delictivos en la demarcación.
“El Mike” fue detenido el
sábado 5 de diciembre dentro del fraccionamiento, como responsable de la
detonación de arma de fuego contra tres personas, que a diferencia de la
mayoría, han decidido colaborar con las autoridades para evitar su liberación.
Durante las primeras horas de
ese día, Sandra y Juan terminaban de celebrar el segundo años de su hijo en
unas de las privadas del fraccionamiento. Caminaron hacía un café internet para
comprar cigarros, pero debieron regresar corriendo y sintiendo de cerca los
balazos.
Sandra cayó lesionada con
heridas en ambas piernas y en la espalda, Juan ileso, y su hermano, quien había
acudido a ayudarlos, con diversas heridas por rozones en las piernas.
EL CÍRCULO DE IMPACTO
El miércoles 9 de diciembre,
los residentes fueron citados en el centro comunitario del fraccionamiento,
acudió un representante de la Policía Municipal, de la Procuraduría General de
Justicia del Estado (PGJE), entre otras autoridades.
Los residentes que acudieron,
en su mayoría mujeres, explicaron su temor por la inseguridad, pero también por
denunciar los hechos. En ocasiones, manifestaron, los policías que rondan por
sus calles, no les hacen caso.
Reclamaron también los
recorridos largos que tiene que hacer la única patrulla que se acerca al
fraccionamiento, situación que aumenta el tiempo de respuesta en caso de ser
requerida.
“Se estuvo trabajando con
vinculación ciudadana de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, se
hacían reuniones de prevención, se hablaba con los comités de cada privada. Se
estuvo trabajando muy bien, desgraciadamente no sabemos qué intereses haya en
la policía, que a la persona que nos tenían en vinculación ciudadana la
cambiaron, viene otra persona que hasta la fecha solo ha hecho dos reuniones,
curiosamente hace siete meses”, manifiesta una de las asistentes a este
semanario.
Edwin Montes, comandante
regional de la Policía Municipal que bajo su responsabilidad tiene esa zona,
por su parte explica que dentro del análisis que se ha hecho del
fraccionamiento, resultan fundamentales la falta de iluminación y las viviendas
abandonadas, para entender la percepción de inseguridad y la comisión de
delitos.
Las detonaciones de arma,
ataques directos y ejecuciones; delitos comunes en Valle de las Palmas.
Por ello, y porque no tienen
facultades para desalojar las viviendas que han sido invadidas, insiste en que
la solución es la colaboración de la ciudadanía, cuya confianza pretenden ganar
con el acercamiento personalizado.
“Cubrimos lo que llamamos
círculo de impacto, es el fenómeno que se da cuando sucede una situación que
inquieta a la comunidad y genera esa perspectiva de inseguridad en esa región,
entonces nosotros tenemos que entrarle duro con la vinculación ciudadana con el
propósito claro de orientarlos”, para que también acudan a denunciar los hechos
formalmente.
Mencionó que en lo que va del
mes de diciembre, se han registrado 18 delitos, la mayoría relacionados con
lesiones, portación de armas o droga.
El mando comentó, a
diferencia de los habitantes del fraccionamiento, que no se han identificado
grupos delictivos que peleen la zona, ni el reclutamiento de menores de edad.
Además, que con la adquisición de tres patrullas para la delegación Presa Este,
una de ellas podrá ser dirigida al fraccionamiento, adicional a la que ya está
fija en el lugar.
Tan solo en diciembre, 18
delitos
(SEMANARIO ZETA/ EZENARIO/ Saúl
Alejandro Ramírez / Fotos. Agustín Reyes/
15 de Diciembre del 2015 a las 18:58:24)
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