Nadie, medianamente enterado,
puede llamarse sorprendido por el súbito sentido crítico de el imparcial
(minúsculas deliberadas) hacia el gobierno del estado.
Particularmente, después de seis
años en los que ese periódico se convirtió, sin pudor y sin recato, no sólo en
el diario oficial del gobierno de Guillermo Padrés, sino en el inmaculado
templo para el culto a la personalidad del gobernante, donde el humo del
incienso no dejaba ver, ni remotamente, falla, error u omisión.
Más aún: la posibilidad de
que San Guillermo del Chayote fuera tocado con el pétalo de una línea ágata en
las páginas de el imparcial (minúsculas deliberadas), era considerada
blasfemia, herejía, anatema.
Seis millones de pesos
mensuales, directos del presupuesto estatal a las arcas imparcialeras y la
inclusión de los Healy en sociedades financieras divinas, donde se expolió a
proveedores desesperados por la falta de pago y dispuestos a vender sus cuentas
por cobrar a un 70% de su valor, así como la participación en otros negocios,
bien valían el silencio y la quema de incienso.
Durante seis años, el
imparcial (minúsculas deliberadas) realizó el sueño largamente acariciado de
cogobernar Sonora. Y lo hizo de la mano del gobierno más corrupto del que se
tenga memoria.
Como altar a San Guillermo
del Chayote, valladar de la crítica y retablo del periodismo boletinero, sus
estados financieros crecieron en sentido inversamente proporcional a su
credibilidad. Hoy son, sin lugar a dudas, los mentirosos más ricos de la
comarca.
Sin el principal activo de un
medio de comunicación, que es la credibilidad y el profesionalismo en el
abordaje de la realidad, su nuevo espíritu crítico sólo puede sorprender a los
ingenuos.
En seis años se fueron hasta
el cielo en sus finanzas, pero cayeron hasta lo más bajo en credibilidad. Sobre
todo porque en ese lapso, las redes sociales tuvieron un despegue inusitado y
se posicionaron indiscutiblemente como el foro público donde todos los temas se
debaten, donde todo trasciende. El viejo apotegma “Si no se publica en el
imparcial, no existe”, dejó de tener sentido.
A seis meses de la derrota
del PAN, y en un escenario en el que sus principales financieros andan a salto
de mata, buscados por la justicia para que respondan por sus trapacerías, el
imparcial desempolva las cartucheras y se las cruza al pecho para defender la
causa del padrecismo, de la que fue cómplice y beneficiario. Pero tiene la
pólvora mojada.
Con un agravante: en los
últimos años también se deshizo de sus reporteros con más experiencia y
formados en la escuela de la crítica. La mayoría de ellos se fueron a la nómina
del gobierno estatal, a donde se los llevaron Jorge Morales y Javier Alcaraz
como enlaces de comunicación en todas las dependencias. Allí les quitaron el
filo y los convirtieron en burócratas de medio pelo. Pasaron de la crítica al
silencio y la validación de un gobierno corrupto, cuando no al degradante papel
de troles.
Es claro que el imparcial
(minúsculas deliberadas) no busca en estos días reivindicar su siempre
interesado papel de medio crítico, sino rescatar millonarios convenios con el
gobierno a cambio de su silencio y, en el mejor de los casos, negociar
impunidad.
Resultará muy interesante
ver, comenzando el próximo año, si el gobierno se dobla ante las exigencias de
un medio que está muy lejos de ser lo que algún día fue, o si lo ubica en su
nueva realidad de brazo armado editorial de un padrecismo en fuga.
Ya se pusieron a la cabeza de
las arengas contra las primeras acciones de gobierno y sus resultados han sido
magros. Casi nadie les cree. Al contrario, frente a una comunidad con acceso
abierto a las redes sociales y otros medios de comunicación, las amenazas y
chantajes de el imparcial (minúsculas deliberadas) se parecen más al petate de
un muerto que no asusta a nadie, que a un intento serio por recuperar un poco
de la credibilidad perdida en el estercolero del padrecismo.
II
LA FORMA, DICEN, EN POLÍTICA ES FONDO.
La votación del paquete
presupuestal en el Congreso local provocó un ruptura -aún no se sabe si
definitiva- en la bancada del PAN, que es motivo de análisis en las instancias
partidarias y al interior de la propia fracción parlamentaria, por lo que puede
representar para su futuro en los próximos tres años.
Hay diputados que, al calor
de las pasiones el día de la votación del presupuesto, montaron en cólera y
exigieron con flamígero dedo la quema en leña verde de quienes consideran
traidores. En algunos de ellos, la furia no ha cesado.
Hay, por otra parte, una
posición más mesurada que valora las consecuencias de una ruptura que deje al
PAN como una minoría sin mayor relevancia en el pleno, pero que con esa misma
mesura evalúa la conveniencia de mantener una unidad ficticia que, llegado el
momento y en posteriores votaciones trascendentales, cuatro de sus integrantes
vayan a contrapelo de los lineamientos de su partido.
Es un estado de cosas
delicado donde lo menos que se necesita son actitudes viscerales. Por eso causó
cierto revuelo ayer la información que trascendió en redes sociales en el
sentido de que a los cuatro ‘rebeldes’ se les había negado el acceso a la
reunión de bancada, previa a la sesión del pleno, versión que fue desmentida
por el coordinador Moisés Gómez Reyna, quien explicó que ni siquiera hubo tal
reunión previa.
Sin embargo se suscitó otro
hecho: cuando se votó la iniciativa de ley de maternidad, presentada por
Carolina Lara Moreno, una de las cuatro ‘rebeldes’, algunos legisladores
blanquiazules salieron del salón de plenos. La iniciativa fue aprobada, pero no
contó con el voto de Célida López, Javier Dagnino, Carlos Fú y el propio Gómez
Reyna, que por una razón u otra, no estaban en el pleno.
La iniciativa tiene aspectos
importantes, pues eleva a rango de ley la atención médica para todas las
mujeres de Sonora en todas las etapas de su embarazo, entre otros beneficios y
por ello fue aprobada por el resto de los legisladores, incluyendo a los del
PAN que sí estaban presentes. Pero el mensaje que envía el ala dura de la
fracción, señaladamente López-Dagnino-Fú no aporta a una eventual política de
reconciliación.
Por otro lado, el resto de
los diputados no sólo la aprobaron, sino que algunas del PRI rubricaron su voto
con un aplauso, lo que ilustra esa eventual nueva correlación de fuerzas. En
política, pues, la forma es fondo.
Y si en el fondo de este
asunto se encuentra, como cada vez más espacios periodísticos consignan,
negociaciones de alto nivel entre personeros del actual gobierno estatal con
algunos personajes como Roberto Romero López, Alejandro López Caballero y Cuauhtémoc
Galindo (ex secretario de Gobierno, ex alcalde de Hermosillo y alcalde de
Nogales, respectivamente), pues entonces se entienden esas formas que hoy
estamos viendo.
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@Chaposoto
(DOSSIER POLITICO/ COLUMNA “MARQUESINA
POLITICA/ DE ARTURO SOTO MUNGUÍA /DOSSIER POLÍTICO/ 2015-12-16)
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