Raymundo Riva Palacio
OHL está atrapada en el
escándalo. Tampoco dejan manos desconocidas que desaparezca. Cada vez que
parecía que las imputaciones de tráfico de influencias se ahogaban en las
complejidades técnicas y legales de un litigio judicial y político por un
sistema de verificación de peaje en carreteras del Estado de México, surgían
grabaciones ilegales que obligaban a que la presión pública impidiera el
silencio. Esa campaña de desprestigio de OHL ayudó a algo más: que las
autoridades reguladoras se asomaran a las entrañas de OHL. En la torcida
democracia mexicana, cometer un delito ayuda a sancionar otro delito.
Como consecuencia de ello se
involucró la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que anunció la
semana pasada que en el primer trimestre del próximo año quedará concluida la
investigación contra esa empresa española y su filial mexicana, por el manejo
inadecuado de la contabilidad sobre la rentabilidad de sus subsidiarias, y de
emitir presunta información indebida al mercado. OHL lo niega, pero debe tener
una señal clara. Si bien el presidente de la CNBV, Jaime González Aguadé, tiene
autonomía para actuar, también es cierto que el secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, no ha hecho nada por frenarlo.
Este tema, no las
grabaciones, son el problema de fondo de OHL. Las evidencias se encuentran en
los reportes que la misma empresa ha enviado a la Bolsa Mexicana de Valores con
información para accionistas e inversionistas.
En esos reportes, por
ejemplo, no explican cómo en dos construcciones similares, el ingreso por
cuotas de peaje y lo que llaman “otros ingresos”, puedan ser tan significativamente
diferentes, o porqué pagaron el impuesto sobre la renta sobre lo devengado, y
no sobre el flujo, como dice la ley.
En el viaducto Bicentenario
aparece por cuota de peaje un ingreso de 465 millones de pesos, y en el rubro
de “otros ingresos” la suma asciende a 2.6 millones, mientras que en la vía
Urbana Norte, que es el segundo piso del periférico, la cuota de peaje se
mantiene en 422.29 millones de pesos, pero en la columna de “otros ingresos” se
va a casi 4 mil millones de pesos, superior notablemente a lo que informaron
otras empresas que también participaron en esa obra. La pregunta de por qué
cobró OHL más caro en la segunda obra, sin motivo aparente, es uno de los
puntos que llamó la atención a la CNBV.
Los reportes a la Bolsa
muestran otras discrepancias. En el de 2013 registraron el pago de impuestos a
la utilidad por 3 mil 255 millones de pesos, mientras que en 2014 pagaron
impuestos, igualmente sobre lo que devengaron, por 2 mil 861 millones.
Pero al ver el flujo
efectivo, que es la utilidad antes de pagar impuestos, el impuesto a la
utilidad pagada fue de 8 millones en 2013 y 93 millones en 2014. ¿Dónde
colocaron la diferencia?
Una vez más se puede ver en
los reportes a la Bolsa, en el capítulo del balance de pasivos: en 2013 pagaron
8 mil 900 millones de pesos, y en 2014 11 mil 200. Es decir, el ingreso inflado
lo colocaron en el casillero de la utilidad, cuando tendría que haber sido
colocado al balance de resultados acumulados.
Con esta operación el monto
de lo que se presume son falsos activos asciende a poco más de 29 mil millones
de dólares.
Esta forma de reportar llevó
a la CNBV a realizar una auditoría, donde cuestionó a la empresa y a las cuatro
firmas auditoras que le dejaron pasar las irregularidades, y recomendar que vuelva
a redactar el informe a la Bolsa para el ajuste contable, a fin de reducir el
monto de los “otros ingresos” a una cantidad que sea congruente con el valor
presente de la posible extensión de plazo del convenio marco sobre carreteras
con el Estado de México, que tome en cuenta la capacidad máxima de cada una y
la demanda frente a posibles incrementos de tarifa, sin olvidar que hasta ahora
las peticiones de incremento en tarifa y extensión de plazo solicitadas han
sido con información falsa.
“El ajuste a la baja en los
otros ingresos repercutirá en la utilidad de cada año, por lo que la reducción
en las utilidades de los ejercicios anteriores implicará una reducción en el
capital contable”, dijo un experto financiero.
“Esta reducción hará más
difícil refinanciar sus deudas con bancos y bonos estructurales, por lo que
probablemente les produciría una crisis de liquidez, que resultaría en
incumplimientos con sus acreedores.
“Si incumplen, será
relativamente fácil armar un caso de fraude, dado que el dinero de los créditos
se fue a pagar a la constructora, que es una empresa relacionada, y los
créditos se obtuvieron con información financiera que no era veraz”.
El ajuste contable que deben
hacer no será por el total de los ingresos, pero será muy significativo, lo que
colocaría en aprietos mayores a la empresa. OHL empezó en España un plan de
desinversión para ampliar su capital en mil millones de euros para enfrentar el
problema en México.
No son pocos quienes
preguntan si acabarán en la cárcel los ejecutivos de la OHL, pero la misma
razón por la que la CNBV los cuestionó y multó es la puerta de escape de la
cárcel. Reconocer un engaño en los reportes a la Bolsa, de acuerdo con la Ley
del Mercado de Valores, no tiene consecuencias penales. Entonces, se les podrá
acusar de todo, menos de tontos.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
/ twitter: @rivapa
(ZOCALO/ COLUMNA “ESTRICTAMENTE PERSONAL”
DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 16 DE DICIEMBRE 2015)
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