EDITORIAL
Como nunca antes, Sonora experimenta niveles de
“barbarie electoral” y destellos de violencia generada por la decadencia y
descomposición de los institutos políticos denominados Partido Acción Nacional
y Partido Revolucionario Institucional, donde sus candidatos, de llegar a la
Gubernatura, vivirán la ausencia de la legitimidad. Y eso no es lo que desea,
lo que quiere el sonorense. No, definitivamente no. Por el contrario, lo que se
desea es un Estado fuerte, con un gobernador fuerte derivado de un proceso
electoral limpio, civilizado y transparente, un mandatario dispuesto a
erradicar las distorsiones, corrupción, excesos y abusos del poder y aplicado
en recobrar la confianza, el respeto y la aprobación a su gestión.
Dossier Político, en su responsabilidad social y como
medio de comunicación crítico a las acciones de Gobierno, partidos, y otros
actores e instituciones del sistema político estatal, en aras de abonar a esa
civilidad política, paz social y estabilidad económica que tanto se desea en el
estado, ha registrado y dado a conocer la vorágine de esta guerra sucia donde
el derroche y el dispendio de recursos públicos para enlodarse unos a otros,
son la constante ante una autoridad electoral como el INE y el IEE, ciega,
sorda y muda; sumisa a la voluntad del poder.
La construcción y posterior operación del Acueducto
Independencia, la persecución y represión a integrantes de la Tribu Yaqui; las
promesas de campaña no cumplidas, el desfondo del Fondo de Pensiones del
Isssteson, los recursos desaparecidos como por arte de magia, sin que nadie
atine a justificar bien su destino; el “blindaje electoral” a la directora
Teresa Lizárraga Figueroa, al ex secretario de Gobierno, Roberto Romero López y
al secretario particular del mandatario, Agustín Rodríguez, entre otros actos
de corrupción padrecista, marcan el origen de esta debacle.
La tragedia ecológica provocada por la negligencia e
irresponsabilidad de los dueños de la mina “Buenavista del Cobre”, propiedad
del Grupo México del poderoso Germán Larrea, exhibió los niveles de
descomposición del Nuevo Sonora, del gobierno federal y de políticos
relacionados con el PRI Sonora.
La publicación de sendos reportajes de medios
nacionales, que ante la falta de periodismo serio y objetivo en el estado,
revelaron el destino de cientos de millones de pesos que los sonorenses pagan
de impuestos para poder trabajar y contar con un patrimonio para sus
familias... son la punta visible de iceberg que oculta bajo el agua una
descomunal montaña de sospechas de manejos turbios de la administración más
cuestionada en la historia política del estado.
Desde el arranque del proceso electoral, severos casos
de corrupción gubernamental que involucran
al propio gobernador de Sonora y a su familia fueron revelados por grupos políticos de
oposición como el caso particular de la llamada “Presa de Padrés” o “Pozo
Nuevo”. Un verdadero escándalo nacional que ha sometido a Guillermoo Padrés al
"desprestigio brutal", que señalara recientemente el periodista Oscar
Marios Beteta.
Una danza de millones de pesos desfiló, ha desfilado y
desfilará para intentar ocultar una realidad que lesiona severamente el Estado
de Derecho, ante la indiferencia y el olvido de las autoridades judiciales para
frenar los excesos y abusos cometidos por personas al servicio del Poder
Ejecutivo en Sonora.
El fracaso de la llamada Transformación Educativa y el
sistema de Salud Pública con escuelas y hospitales colapsados con inversiones
de fachada en Sonora, principalmente por el ejercicio como deporte de los
llamados “moches”, agravan la debacle y caída del sistema de Gobierno
denominado Nuevo Sonora, que a casi seis años de su arribo lo único nuevo que
mostró es su rápido aprendizaje y hasta superación de escuela priista de
corrupción.
El espionaje telefónico a políticos, empresarios,
líderes sociales y periodistas sonorenses por parte de funcionarios al servicio
del Gobierno del Estado, cifra su utilidad en la exhibición pública de
grabaciones de audio de la candidata del PRI, Claudia Pavlovich Arellano.
La intervención de empresas internacionales especializadas
en tecnología de audio y video, de origen estadounidense, contratadas por la
candidata priísta y el PRI para deslindarse de los audios publicados en medios
nacionales, resultan un ingrediente mediático que empaña aún más la contienda
electoral rumbo a la Gubernatura.
Personas relacionadas al PRI, han respondido de la
misma forma y encabezan una campaña de desprestigio contra Javier Gándara
Magaña por su cercanía y relación con Padrés Elías y sus huestes; además, por
actos de corrupción cuando fue Presidente Municipal de Hermosillo.
Las denuncia a nivel nacional sobre el uso y renta de
avionetas de un empresario constructor por aparentes favores otorgados por la
Senadora de la República, quien bajo su gestión solicitó asignaciones de
licitaciones para la carretera Cuatro Carriles ante altos funcionarios de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes, son la nueva cara de esta “barbarie
electoral” en Sonora.
Tráfico de influencias, corrupción, desvío de
recursos, peculado y daños a patrimonio de la Nación, han sido denunciados por
el PAN y PRI ante la Procuraduría General de la República sin que hasta el
momento se registre un mínimo de avance en las investigaciones.
La intromisión evidente del PRI nacional, vía Manlio
Fabio Beltrones y César Camacho, a través del Gobierno de la República en esta
dinámica del golpeteo político a los panistas sonorenses, además de los
Delegados Federales en el estado, alimentan esta muestra de la descomposición,
ante una sociedad apática, temerosa y muda no obstante vislumbrar claramente el
enorme daño que la clase política en el poder hace al patrimonio de las futuras
generaciones.
La realidad agrede arteramente a las y los sonorenses,
a las familias, a los empresarios, a la sociedad civil organizada, a los comerciantes,
a los maestros, a los trabajadores aglutinados en sindicatos; a las
universidades y todos los niveles de educación y particularmente, propician el
desinterés de miles de jóvenes que por primera vez están en condición de votar
el próximo 7 de junio.
Mientras el bipartidismo se derrumba por acciones que
atentan contra la conciencia colectiva, la demagogia y el saqueo continúan, con
la pobreza recibiendo cada vez más a familias que antes vivían en la justa
medianía. Sonora, pues, camina directo al abismo social, político y económico
por la irresponsabilidad de quienes juraron servir y proteger a los sonorenses.
Hermosillo, en particular bajo la gris administración
del ex secretario de Hacienda, Alejandro López Caballero, responsable en parte
del caos financiero en Sonora, se cae en pedazos con vialidades similares a los
sitios de guerra en el mundo. Y qué decir del desempleo, los avatares de las
empresas para sostenerse ante la escasez de trabajo. Es un hecho que en la gra
mayoría de hogares del estado existe al menos un integrante que no encuentra
acomodo laboral, incluso aquellos que cuentan carreras y posgrados
Lo más claro, es que independientemente de quién
resulte ser el relevo del gobernador más señalado en la historia de Sonora, éste
llegará sin poder legítimo y con un estado con arcas vacías y en quiebra
técnica ante el saqueo inclemente de parte de los altos funcionarios del Nuevo
Sonora en complicidad con algunos diputados federales y locales del PRI.
Así las cosas, y ante unos sectores de la sociedad
apáticos ante el derrumbe de la civilidad y la legalidad en Sonora, sobre todo
ante la inutilidad e inacción del Instituto Nacional Electora y el Instituto
Estatal Electoral y de Participación Ciudadana integrado por consejeros afines
a Acción Nacional y al Revolucionario Institucional, Dossier Político avizora
una elección fallida que todo indica será resuelta, una vez más, por el Trife.
Definitivamente lo menos deseable y perjudicial para los sonorenses, si
juzgamos por los resultados y la experiencia de los últimos gobiernos.
Al tiempo.
(DOSSIER POLITICO/EDITORIAL / 2015-05-01)
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