José Manuel García Soto “El Zafado”, de
Los Zetas, fue agredido en el “Altiplano” por Mario Casarrubias Salgado, de
Guerreros Unidos, y Mario Hidalgo Argüello “El Nariz”, del Cártel de Sinaloa.
En el mismo penal, César Alejandro Guadarrama García “El Salivotas”
-secuestrador de Los Satánicos- participó en una riña colectiva. En el CEFERESO
2 “Occidente”, en Puente Grande, Juan Francisco Sillas Rocha golpeó a otro
interno. Al integrante del Cártel Arellano Félix lo castigaron 15 días. En
cárceles de máxima seguridad, la sobrepoblación causa graves conflictos humanos
y materiales
Aunque las 17 prisiones del
sistema penitenciario federal cuentan con espacios para más de 31 mil internos
y en la actualidad existen 24 mil 978 recluidos en dichas instalaciones, siete de los penales a cargo de la Secretaría
de Gobernación cuentan con sobrepoblación, lo que ha ocasionado riñas entre los
presos, agresiones a terceros, autoagresiones e insuficiencia en los servicios.
Hacinamiento, instalaciones
inadecuadas, falta de atención médica, malos tratos, pésima alimentación y
sanciones excesivas, son algunas de las circunstancias que los internos de los
penales federales han denunciado a través de cartas dirigidas a la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), juicios de amparos o cartas a
funcionarios y medios de comunicación.
Lo anterior y el perfil
criminológico de los presos en ese tipo de centros penitenciarios han vuelto
difícil la convivencia. Cualquier roce es pretexto para reñir. En este tipo de
incidentes, de los que ZETA tiene conocimiento, durante los últimos meses han
participado delincuentes tristemente célebres.
Uno de los casos más
recientes, es el de la agresión que sufrió el recluso José Manuel García Soto
“El Zafado” en uno de los pasillos del Centro Federal de Readaptación Social
“Altiplano”, en Almoloya de Juárez, el 22 de septiembre de 2014. El miembro del
grupo delictivo Los Zetas fue golpeado por Mario Casarrubias Salgado, líder de
Guerreros Unidos y por Mario Hidalgo Argüello “El Nariz”, del Cártel de
Sinaloa.
“El Zafado” dijo desconocer
por qué ambos reos -que son sus compañeros de estancia- lo agredieron. Cree que
fue por algún chisme. Cuestionados, los narcotraficantes aceptaron su
participación y advirtieron a la autoridad que si García Soto regresaba a su
estancia lo volverían a golpear. Cambiaron al “Zeta” y a sus atacantes les
aplicaron un correctivo disciplinario de 120 días de restricción de tránsito a
los límites de su estancia, suspensión total de estímulos, incluyendo visita
familiar e íntima y no salir al patio.
También en el ex penal de La
Palma, el 4 de junio de 2014, en el comedor del módulo VII se registró una riña
colectiva. El reporte de seguridad señala que varios internos, entre ellos
César Alejandro Guadarrama García “El Salivotas”-miembro de la banda de
secuestradores Los Satánicos- intercambió golpes en el área de la barra de
alimentos. En una revisión posterior en la estancia del reo se localizó una
punta metálica de 22 centímetros.
En el CEFERESO 2 “Occidente”,
en Puente Grande, ocurrió una situación similar a mediados del año pasado,
cuando el narcotraficante Juan Francisco Sillas Rocha “El Ruedas” se aproximó a
otro prisionero y le tundió a golpes en los momentos que bajaba de su estancia
a cenar. Sillas argumentó que él no fue el atacante y que otro preso lo mandó
golpear, sin revelar nombres. Al integrante del Cártel Arellano Félix le
castigaron 15 días.
La hora de ingerir alimentos
se presta de sobremanera para este tipo de incidentes. También en Jalisco, el
interno Alonso García García fue sancionado 76 días con suspensión total de
estímulos, incluyendo la visita familiar e íntima y restricción de tránsito a
los límites de su estancia, por alterar el orden y disciplina. Los presos eran
conducidos al comedor y Alonso comenzó a golpear a uno de los internos, que a
la vez le profería insultos.
¿Y LA MÁXIMA SEGURIDAD?
Así como al plagiario
Guadarrama le encontraron una varilla puntiaguda en su estancia, a otros
“ilustres” huéspedes de las penitenciarías del sistema federal les han hallado desde
drogas hasta objetos prohibidos por el reglamento o las leyes penales que
presuntamente no deberían ingresar a las instalaciones.
En Almoloya de Juárez, al
sobrino del narcotraficante Rafael Caro Quintero, José Gil de los mismos
apellidos, le acusaron de estar sentado demasiado cerca de un pequeño
envoltorio plástico que contenía polvo blanco que resultó ser cocaína. Los
hechos acontecieron en el patio correspondiente al área de Tratamientos
Especiales. A pesar de negar los hechos, al “Jogil” le aplicaron correctivo de
120 días sin salir de su estancia.
A Jesús Pineda Montes,
secuestrador de la banda de Los Tolmex, apenas en noviembre último le
aseguraron en su camarote del módulo VII, del mismo reclusorio federal, un
envase de talco que contenía cuatro pastillas envueltas dentro de un papel y
cuya composición química se desconoce. El preso dijo que eran píldoras “para
dolores”. Fue sancionado.
Lo mismo ha ocurrido en el
complejo penitenciario de las Islas Marías y otras prisiones federales. Las
incidencias de las autoridades carcelarias no informan de ese tipo de asuntos,
solo trascienden cuando los convictos acuden ante la justicia de la unión para
solicitar amparo debido a los castigos que les fueron aplicados.
Uno de los casos más curiosos
de criminales que fueron sancionados con una severidad parecida a la de quienes
violan de manera grave la reglamentación, es el del hijo del capo del CAF,
Ismael Higuera Guerrero “El Mayel”, Aldo Ismael Higuera Ávila “El Mayelito”. Al
junior le impusieron un correctivo disciplinario de 76 días por cantar.
El reporte de los elementos
de seguridad detalla que el 9 de noviembre de 2014, en el penal del
“Altiplano”, en el área de comunicación, “El Mayelito” estaba platicando con
otro reo, por lo que le pidieron guardar silencio. En vez de callarse, Aldo
Ismael empezó a tararear una canción. El preso, que ya ha infringido el
reglamento del centro en otras once ocasiones, dijo en audiencia “estaba
cantando para mí, por el estrés”.
COMIDA Y ATENCIÓN MÉDICA
Las cartas dirigidas a la
CNDH con cientos de presuntas firmas de los presos de los penales federales
-algunas esas rúbricas cuestionadas-
plasman en parte lo que algunos reos reclaman vía juicio de amparo, como es el
caso de Carlos Alberto Cerda Torres, preso en el reclusorio de máxima seguridad
de Puente Grande.
Cerda, uno de los
extraditables mexicanos, se quejó de la comida que le dan, calificándola de
“muy mala calidad, repetitiva y en cantidades mínimas”. Asegura que en siete
meses perdió 27 kilogramos de peso y requiere una dieta alta en frutas y
verduras variadas. Pide que le quiten las carnes rojas y le den sus tres
comidas diarias. “Sí el problema es que el CEFERESO 2 o el Gobierno federal no
tienen los recursos para darme una alimentación digna y variable, yo estoy
dispuesto y con mucho gusto a pagar mis alimentos”, expresó el prisionero al
juez de amparo.
Alejandro Cabrera Sarabia,
otro extraditable del Cártel de Sinaloa, alojado en uno de los módulos del
penal de máxima seguridad de Jalisco, demandó “la omisión de proporcionar una
dieta adecuada acorde a sus condiciones de salud”. Los médicos del presidio
solicitaron al jefe del Departamento de Producción de Alimentos, proporcionar
al quejoso un menú “alto en fibra, blanda, sin carnes rojas”. Cabrera presenta
un cuadro de estreñimiento.
En el CEFERESO 8 Norponiente,
en Guasave, Sinaloa, el sicario del CAF, Manuel Martínez González “La Mojarra”,
ha solicitado en diversas ocasiones, asegura, atención psiquiátrica, ya que
presenta un cuadro de ansiedad e insomnio de larga evolución que le fue tratado
con Tafil y Clonazepam desde que estaba internado en Almoloya de Juárez. Las
autoridades carcelarias ordenaron su valoración y se le otorgó plan
terapéutico, así como medicamentos.
En la “cárcel de las mil reinas”,
el Centro Femenil Noroeste de Nayarit, las demandas de amparo son constantes
por las reclusas. Desde el año pasado, cuando estaba presa Sandra Ávila Beltrán
“La Reina del Pacífico”. La mexicalense sobrellevó el encierro tejiendo
alianzas durante el último año. Encontró en Sara María Aldrete Villarreal “La
Narcosatánica” a su mancuerna perfecta para encabezar constantes reclamos a
favor de la mejora de condiciones para ellas y sus compañeras de cárcel.
La convivencia no es fácil de
llevar en la penitenciaría femenil de El Rincón. Existe una especie de coctel
molotov donde cohabitan sicarias y jefas de células de Los Zetas y de los
cárteles del Golfo, Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y otras profesionales del
delito, entre ellas secuestradoras y robacarros. El principal reclamo es la
falta de atención médica.
Los casos más recientes en
los diferentes CEFERESOs, los han manifestado Miguel Ángel Márquez Treviño “El
Micky”, quien tiene cáncer; Roberto Alejandro Aguilar Chávez, que padece
diabetes; y Gerardo Garibay Espinoza, el cual alega estar perdiendo la vista
gradualmente.
A ellos se adhieren un sinfín
de narcotraficantes, secuestradores y criminales de cuello blanco que sin
especificar sus males, piden amparo y protección, como Ismael Zambada Principal
“El Mayito Gordo”, Servando Gómez Martínez “La Tuta” y su hermano Flavio, por
mencionar algunos.
Sin duda todo este movimiento
revela que, aunque los delincuentes siempre quieren estar mejor y más cómodos,
algo está dejando de hacer la autoridad penitenciaria federal que, en un futuro
no muy lejano pudiese enfrentar alguna contingencia carcelaria, como ya ocurrió
a principios del sexenio de Enrique Peña Nieto en las Islas Marías, complejo
penitenciario que por cierto, continúa subutilizado.
LOS PEORES CEFERESOS
Centros Federales de
Readaptación Social como los más antiguos del sistema, en el Estado de México,
Jalisco, Tamaulipas y Nayarit, sufren las consecuencias de albergar a más
reclusos de los que pueden atender en el anhelado proceso de reinsertarlos a la
sociedad. Si acaso el penal federal tamaulipeco se desahogó hace un par de
meses con el traslado de reos al nuevo CEFERESO de Durango.
Sin embargo, casos como el
del penal federal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, llaman la
atención, pues ya casi tiene el doble de la población carcelaria para su
capacidad y es uno de los establecimientos con mayor número de incidencias
negativas y reclamos de sus huéspedes y familiares.
De acuerdo con estadísticas
del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social
(OADPRS), dependiente de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), de la
Secretaría de Gobernación, durante los primeros 60 días del año se registraron
121 incidencias en los reclusorios a su cargo. Solo el CEFERESO 11 en
Hermosillo, Sonora, y el Número 4 Femenil, en Nayarit, no reportaron
altercados.
El penal federal de Durango,
semiprivatizado, fue el centro penitenciario con mayor número de incidencias
-34 en los primeros dos meses de 2015-. Le siguen el CEFERESO 4 de El Rincón,
Nayarit, con 29 casos negativos; CEFERESO 2, Jalisco, con 18; CEFERESO 5, en Veracruz, con 25 incidentes; y el
CEFERESO 13, Oaxaca, con 21.
Aunque en ese lapso de tiempo
las autoridades de los centros penitenciarios federales no reportan homicidios,
fugas y motines, destaca el registro de 121 riñas, la mayoría en cárceles que
albergan a más internos de los que deberían tener, lo que dejó un saldo de 25
reclusos heridos. Las agresiones también alcanzaron al personal técnico, administrativo
y operativo, así como a los familiares de los propios presos, como lo muestran
los números del OADPRS:
INCIDENCIA
CANTIDAD
Riñas
121
Internos en riñas 312
Internos lesionados 25
Suicidios
7
Huelgas de hambre 1
Agresiones a terceros 56
Internos en agresiones 91
CEFERESO 1 Altiplano, Estado de México
836
1120
CEFERESO 2 Occidente, Jalisco
938
1771
+ 88.81 %
CEFERESO 3 Noreste, Tamaulipas
836
841
+ 0.6 %
CEFERESO 4 Noroeste, Nayarit
2640
3451
+ 30.72 %
CEFERESO 4 Noroeste Femenil, Nayarit
1120
1073
-4.2 %
CEFERESO 5 Oriente, Veracruz
2538
3353
+ 32.11 %
CEFERESO 6 Sureste, Tabasco
648
357
-44.91 %
CEFERESO 7 Nor-Noroeste, Durango
480
409
-14.79 %
CEFERESO 8 Norponiente, Sinaloa
656
488
-25.61 %
CEFERESO 9 Norte, Chihuahua
934
1042
+ 11.56 %
CEFERESO 10 Nor-Noreste, Coahuila
964
358
-62.86 %
CEFERESO 11 CPS Sonora
2520
3214
+ 27.54 %
CEFERESO 12 CPS Guanajuato
2520
1848
-26.67 %
CEFERESO 13 CPS Oaxaca
2520
1425
-43.45 %
CEFERESO 14 CPS Durango
2520
1527
-39.4 %
Complejo Penitenciario Islas Marías
8040
2395
-70.21 %
Centro Federal de Readaptación Psicosocial
460
306
-33.48 %
Fuente: Órgano Administrativo
Desconcentrado de Prevención y
Readaptación Social (OADPRS), de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).
Febrero 2015
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/Luis Carlos
Sáinz Martínez / 05 de Mayo del 2015 a las 12:00:00)
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