Casos en Jalisco y Nuevo León han demostrado que la
capacidad de fuego del narco es muy superior a la de las corporaciones
policiacas y militares. Testimonios de elementos estatales reconocen la
desventaja y denuncian las condiciones con las que tienen que enfrentar a la
delincuencia
"Los compañeros se tienen que
relevar las armas, no es cierto que cada uno tiene armas cortas y largas . Hay
como 50 unidades nuevas, guardadas, ¿por qué no las sacan? Las tienen en la
academia del Estado, guardadas, para que cuando les llegue la otra partida
presupuestal"
Roberto
Elemento de la Fuerza Única Jalisco
En la última semana, en
Jalisco y Nuevo León, el alto poder de fuego del narco ha exhibido a las corporaciones
policiacas y militares.
En ambos casos la
delincuencia organizada –el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en
Jalisco y el de los Zetas en Nuevo León- ha demostrado su alta capacidad de
armamento en contra de las fuerzas policiacas y del Ejército.
Hace una semana el anillo de
seguridad de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, líder del CJNG, derribó un
helicóptero militar en el municipio de Villa Purificación. Los miembros del
cártel utilizaron un lanzacohete RPG. El saldo fue de siete integrantes de las
Fuerzas Especiales del Ejército muertos.
Pero esa no fue la primera
vez que el CJNG ataca así a las corporaciones en el estado.
El mes pasado, integrantes de
este mismo cártel –uno de los más peligrosos del país- emboscó y mató a 15
policías de Fuerza Única de Jalisco.
También esta semana, en Nuevo
León, quedó de manifiesto la superioridad del crimen organizado ante las
dependencias estatales.
Elementos de Fuerza Civil
fueron emboscados en los límites de ese estado con Tamaulipas por integrantes
del Cártel de Los Zetas.
Los criminales mataron a un
elemento, retuvieron a una mujer policía y se hicieron de la patrulla que
tripulaban.
Hoy Reporte Indigo presenta
testimonios de un agente de Fuerza Única de Jalisco y de una policía de Fuerza
Civil de Nuevo León que revelan que las fuerzas policiacas no están preparadas
–en armamento y equipamiento- para enfrentar la capacidad de fuego de los
comandos del narcotráfico.
“Los compañeros se tienen que
relevar las armas, no es cierto que cada uno tiene armas cortas y largas”,
comenta el policía.
Una situación similar viven
los policías de Fuerza Civil en Nuevo León.
Esta semana, desde la radiofrecuencia
de la patrulla asegurada a los elementos policiacos de ese estado, un criminal
-que se identificó como comandante de Los Zetas- se burló del equipamiento de
las fuerzas del orden.
“Pobre gente inocente que
traen a la muerte nomás”, comentó por la radio. “Ni balas ni cargadores les
dan. Les debería de dar vergüenza”.
(REPORTE INDIGO/CÉSAR CEPEDA/ VIERNES 8
DE MAYO DE 2015)
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