Los hermanos Pedro y
Margarito Flores, principales distribuidores de droga del Cártel de Sinaloa,
habrían sido uno de los primeros puentes para que las autoridades ubicaran y
posteriormente arrestaran a Joaquín el Chapo Guzmán, según revelan documentos
del Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ).
De acuerdo al
expediente 1:09-CR-0083, ambos hermanos habrían sido informantes de la DEA
desde finales de 2007, cuando el Chapo Guzmán hacia llegar a los hermanos
Flores hasta dos toneladas de cocaína al mes, las cuales eran transportadas en
tren de la frontera con México hasta Illinois, donde distribuían la droga.
Según se expone en
un documento en poder de Ríodoce, fue a mediados de noviembre de 2007 que los
hermanos Flores notaron la posibilidad de que el Cártel de Sinaloa se
debilitara, por lo que acordaron colaborar con la DEA.
“Yo sabía que era
una posibilidad, pero además sabía que no podíamos continuar con una vida en el
narcotráfico por siempre”, expone Pedro Flores en su testimonio presentado ante
el Juez de Distrito Rubén Castillo.
A partir de
entonces, se explica en el documento, se empezaron a grabar todas las
conversaciones que había entre ellos, y el principal puente que se tenía con
Guzmán Loera, Alfredo Vásquez Hernández, coordinador para el trasiego de droga
de Sudamérica a México y Estados Unidos.
Pero no sólo los
diálogos con Vásquez Hernández fueron documentados, los agentes de la DEA
pidieron lograr conversaciones grabadas entre los hermanos Flores y el Chapo
Guzmán, las cuales, afirma el USDOJ, ocurrieron y deberán de ser suficientes
para que fiscales federales acusen al ex líder del Cártel de Sinaloa.
Justo el miércoles
de la semana pasada, la defensa del Chapo Guzmán, recluido en la cárcel del
Altiplano, en Almoloya de Juárez, habría solicitado un amparo contra su posible
extradición a Estados Unidos, argumentando que se violarían sus derechos
constitucionales como mexicano.
En el expediente
1085/2014, los abogados de Guzmán Loera argumentaron que extraditar a su
cliente violentaría sus garantías individuales establecidas en los artículos 1,
14, 16, 17, 18 y 20 de la Constitución.
La solicitud de
amparo se hizo a pesar de que, aún cuando ya pasaron nueve meses desde el
arresto de Guzmán Loera, Estados Unidos no ha hecho al gobierno mexicano la
solicitud para extraditar al capo.
No obstante, según
el titular del juzgado Undécimo José Alfonso Montalvo, sería en los próximos
días cuando se determine si el amparo procede o no.
EU CONTRA EL CHAPO
Pero el expediente
1:09-CR-0083 no es el único que existe contra Guzmán Loera, también acusaciones
pendientes en distritos de Nueva York, Texas, California, Illinois, entre
otros, donde los cargos contra el Chapo están bien documentados.
No sólo son los
hermanos Pedro y Margarito Flores, también hay una serie de testigos protegidos
que podrían testificar contra el antiguo capo, incluyendo miembros de alto
rango en el cártel de Sinaloa que ya fueron extraditados a Estados Unidos, como
es el caso de Héctor el Güero Palma, Ovidio Limón Sánchez, Vicente Zambada
Niebla, éste último, admitió incluso el uso de un gran arsenal por parte de
integrantes del cártel.
Pero serían los
testimonios de Pedro y Margarito Flores y las conversaciones grabadas a lo que
más apostaría el gobierno de Estados Unidos al momento de procesar a Guzmán
Loera, quien fuera arrestado el 22 de febrero pasado en Mazatlán, producto de
un trabajo de inteligencia que iniciara años antes, gracias al contacto que
hicieran los hermanos Flores, entonces distribuidores del capo en Estados
Unidos.
LA TRAICIÓN
De acuerdo al
testimonio de Margarito Flores, ellos siempre supieron que si traicionaban a el
Chapo o a Ismael el Mayo Zambada, líder de la otra fracción del cártel de
Sinaloa, en cualquier momento los podrían matar.
Por eso, junto con
su hermano Pedro, debían jugar las cartas muy bien, y ser demasiado discretos,
porque el primer error les costaría la vida. Para mediados del 2007, ambos
hermanos se habían convertido en los principales distribuidores de droga en
Illinois, pero también habían expandido su territorio a ciudades como Nueva
York, Washington DC, Filadelfia, Cincinnati, Los Ángeles y Detroit, incluyendo
a Vancouver Canadá.
Eran los reyes de la
droga y sus ganancias eran millonarias. Pero Pedro sabía que ese negocio no les
podía durar por siempre. Sabían que todos los grandes capos caen, y ellos no
podrían ser la excepción, así que empezaron a maquilar su boleto para salirse
del negocio.
Fue entonces que
ambos hermanos acordaron acercarse a la DEA, que ya sabía de ellos, para
proponerles información sobre sus actividades y sus proveedores en México, a
cambio de seguridad y una sentencia menor: pondrían a sus proveedores y
eventualmente se convertirían en testigos protegidos.
Fueron los hermanos
Flores quienes primero informaron a la DEA como recibían, transportaban la
droga, y como hacían llegar el dinero a el Chapo y el Mayo, según con quienes
hicieran el negocio.
En su declaración,
los hermanos Flores señalaron que conocieron a Alfredo Vásquez Hernández en
2005, en un hospital de Guadalajara, donde Alfredo se recuperaba de una cirugía
plástica a que se había sometido. Esta persona era uno de los hombres de más
confianza para el trasiego de droga de Joaquín el Chapo Guzmán, por lo que
ambos se asociaron en el negocio, y a partir de entonces hacían llegar
toneladas de cocaína a Chicago en trailers y “troques”.
El acuerdo era que,
la gente del Chapo era responsable de la droga mientras ésta estuviera en
México, pero una vez que cruzaba a Estados Unidos era responsabilidad de los
hermanos Flores.
Fue por ello que, a
finales de 2006 y principios de 2007, los hermanos Flores acordaron hacer
llegar la droga desde la frontera con México hasta Illinois mediante una serie
de compartimientos secretos instalados en trenes, lo cual tuvo una inversión de
600 mil dólares.
Pronto el trasiego
de droga creció, y la DEA comenzó a ubicarlos, sobretodo porque tres hermanos
amigos del Chapo, de quienes no se revelan sus nombres en el documento, se
integraron en el trasiego. Fue entonces que los hermanos Flores determinaron
retirarse del negocio.
Para entonces, el
Chapo se había vuelto más sofisticado para el trasiego de droga, porque tenía a
su disposición 747 aviones para transportar cocaína a Estados Unidos, pero
además se había invertido en un submarino que traía la cocaína de Colombia
hasta México, y de Sinaloa generalmente se pasaba la droga hasta Estados Unidos
por aire.
Pero también los
aviones que tenía el Chapo eran enviados a Centroamérica llenos de ropa,
supuestamente para ayuda humanitaria a esos países, pero llegando allá rápido
bajaban la ropa, y volvían a cargar el avión con droga, y así, completamente
cargado el avión regresaba a México.
Los aviones
aterrizaban en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y el Chapo
con sus contactos, sacaba la droga del aeropuerto y la ponía en lugares
seguros.
“A mí Alfredo me
decía que traían de mil 700 hasta 12 mil kilos en un solo viaje”, expuso
Margarito en su testimonio.
Para entonces ya
habíamos hecho el contacto con la DEA y había conversaciones grabadas con
Alfredo, pero a partir de ese momento se empezó a tener un contacto más
estrecho con el Chapo Guzmán, y nosotros empezamos a grabar todas las
conversaciones.
Discutíamos desde
cosas simples, hasta el precio por kilo de cocaína, que negociábamos de 3 mil
500 dólares a 30 mil, y de pronto estábamos hablando de millones. Y variaba,
por ejemplo, un kilo de cocaína en Guadalajara lo podíamos conseguir a 18 mil
dólares, pero ese mismo kilo en Chicago costaba 30 mil.
La forma de pago era
siempre la misma, mandábamos camiones llenos de dinero a México, los cuales
eran entregados en casas de seguridad que los capos tenían.
De acuerdo a
fiscales estadounidenses, todas esas conversaciones grabadas, además de los
testimonios de los hermanos Flores, serán usadas contra el Chapo una vez que
éste enfrente a la justicia en Estados Unidos.
AUTORIDAD PÚBLICA
Los hermanos Flores,
actualmente presos en una cárcel de mediana seguridad en Illinois, gozaron de
autoridad pública, según puede evidenciarse en los expedientes del USDOJ. Es
decir, con anuencia de las autoridades, ellos hicieron llegar droga a Estados
Unidos.
Ese mismo recurso
habría sido utilizado por la defensa de Vicente Zambada Niebla; sin embargo
ésta no prosperó, aún cuando la DEA reconoció haberse entrevistado con el
Vicentillo en la ciudad de México, horas antes de su arresto. El hijo del Mayo
se declaró culpable en abril pasado y ahora esta en espera de sentencia.
El caso contra los
hermanos Flores, hoy los principales enemigos del Chapo en las cortes
estadounidenses, aparentemente sí prosperó, aunque el USDOJ dijo que no
comentaría al respecto.
(RIODOCE/
MIGUEL ÁNGEL VEGA/ noviembre 23, 2014)
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