La nota no fue que
hayan detenido a Rafael Félix Núñez, el Changuito, un pistolero de poca monta
que escaló gracias a que detuvieron a Rodrigo Aréchiga Gamboa, el Chino Ántrax,
sino que resultó yerno del subdirector de la Policía Ministerial, Martiniano
Vizcarra Burgos.
Ana Lilia Vizcarra
Vega, hija del primer matrimonio del comandante, se casó en 2006 con el
Changuito y tuvo dos hijos. El 12 de septiembre de 2014, según se documenta en
una resolución judicial, obtuvieron el divorcio.
Algunos funcionarios
del Gobierno entraron en pánico cuando se enteraron. Uno de ellos fue el
gobernador. Así que optó por revirar a los reporteros para evadirse:
“Si usted tiene algo
que aportar con las afirmaciones que ha expresado sería muy buenos para
incorporarlos a la investigación”, respondió Mario López Valdez a una
periodista de Ríodoce, al cuestionarle la relación familiar entre el Changuito
Ántrax y el subdirector de la policía ministerial del Estado.
López Valdez dijo
desconocer el parentesco familiar de Félix Núñez y el subdirector de la Policía
Ministerial.
Incluso, el
mandatario de Sinaloa afirmó que Vizcarra Burgos es un elemento que en los
últimos años ha dado buenos resultados en el combate a la delincuencia.
“No teníamos
conocimiento de esa supuesta relación que usted menciona y que pues Martiniano
es policía, no sé, 20 o 30 años, desconozco cuántos años lleva en la
corporación, y sé que a últimas fechas ha sido un elemento muy comprometido
para combatir la delincuencia”, expresó López Valdez.
El gobernador dijo
que habría una investigación respecto a la información que Ríodoce había
difundido sobre el parentesco entre el líder delictivo y el jefe policíaco.
Pero los ímpetus
investigativos duraron lo que una bomba de jabón, pues tres días después,
entrevistado por los medios durante los festejos del día de la Revolución
Mexicana, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, jefe de la Policía Ministerial, salió
en la defensa de su “brazo derecho” diciendo que metería el cuerpo entero por
la honorabilidad de Vizcarra Burgos.
“Es verdad que esa
persona —Rafael Guadalupe Félix Núñez, conocido como el Changuito—, está casada
con una hija del comandante Martiniano Vizcarra, pero a él ni le avisaron
cuando se iban a casar”, explicó a Ríodoce, en una entrevista aparte, el jefe
policiaco.
“Martiniano se
divorció de su primera esposa, madre de esos muchachos, hace muchos años y vive
con otra familia”, abundó.
En defensa de su
subordinado, Aguilar Íñiguez informó que la hija de Vizcarra Burgos, Ana Lilia
Vizcarra Vega, se divorció del Changuito el presente año. En junio pasado
solicitó el divorcio porque tenía problemas con su pareja, y el 23 de
septiembre un juez de Costa Rica le extendió el acta.
Dijo que en el
documento, Rafael Félix se compromete a pagar mensualmente 15 mil pesos como
ayuda para los dos hijos que procrearon. Se casaron en 2006, cuando el
comandante Vizcarra Burgos tenía problemas con la justicia, a raíz de los
hechos de la Plaza Cinépolis Culiacán el 11 de septiembre de 2004, cuando
asesinaron a Rodolfo Carrillo Fuentes.
Martiniano tiene más
de 30 años de servicio y es un hombre serio, comprometido con su trabajo, dijo
Chuytoño.
Martiniano Vizcarra.
Viejas sospechas.
La breve carta de
Martiniano
El comandante
Martiniano Vizcarra es un hombre de pocas palabras, por eso no acepta dar una
entrevista y mejor manda una tarjeta breve a la Redacción. Pero su explicación
es, por decir lo menos, fantástica.
“Soy padre como
cualquier otro y acepto ser el padre de Ana Lilia Vizcarra Vega, y por respeto
a su madre me permito omitir su nombre, por problemas personales vivo separado
de ellas.
“El hecho de que
haya decidido unirse en matrimonio fue una decisión que no tuve nada que ver,
hasta hoy me entero que se casó con una persona que aparece en medios ya que
tiene problemas con la justicia, este a quien no conozco y niego
categóricamente que me una alguna relación de amistad o bien que en mi carácter
de servidor público en el área policial, haya yo favorecido o éste se hubiese
aprovechado de mi puesto”.
CHANGUITO Y MONKI: DEL ESCAPE A LA OLLA
Rafael Guadalupe
Félix Núñez, el Changuito y José Miguel Arano Montoya, el Monki, habían librado
a los soldados de la Marina por una casualidad. Estando en la misma casa donde
dormía Ismael Zambada Imperial esa mañana que lo capturaron, decidieron “dar
una vuelta” en una cuatrimotor. No llevaron radios.
Estando en el monte
se dieron cuenta del movimiento de helicópteros que, como buitres enormes,
rondaban sobre la Estancia de Los Burgos. Al verlos aterrizar supieron que le
habían “caído” al Mayito Gordo.
Se escondieron todo
el día y por la noche en el monte, y al día siguiente salieron a la carretera,
donde fueron recogidos por su gente.
Más tardaron en
recuperarse del trajín y establecer conexión con sus cómplices, cuando la
Marina los atrapó. Al Changuito lo detuvieron al día siguiente cuando se
encontraba en un auto Nissan, en el cruce de las calles Bugambilias y 12 de
octubre, de la colonia 10 de Mayo.
Al revisarlo, la
Marina le encontró un fusil AK-47 con su cargador abastecido con 29 cartuchos
útiles; un cargador abastecido con 30 cartuchos útiles calibre 7.62 x 39
milímetros y una pistola .9 milímetros.
En la cajuela, dijo
la PGR en un comunicado, le hallaron un kilogramo de cocaína.
Esa misma mañana
también fue detenido el Monki.
Según el parte de la
Marina, siendo aproximadamente las 9:50 horas los federales patrullaban la
colonia Ruiz Cortines y al ir circulando por la calle Severiano M. Morenos,
notaron que sobre la citada calle, se encontraba una persona que portaba un
chaleco antibalas mientras subía a una camioneta.
Era una Mercedes
Benz, color gris plateada, con placas del estado de Durango. Le taparon el paso
con la unidad federal y José Miguel Arano echó a correr hacia la avenida Gral.
Fernando Cuen, por lo que un oficial de marina corrió tras él.
Carlos Ontiveros.
Víctima de las complicidades.
Le dieron alcance
sobre la misma calle. Se le encontró una pistola calibre 9 milímetros con un
cargador insertado con siete cartuchos útiles y uno en la recámara. También
tres cargadores abastecidos.
En la camioneta
encontraron en el asiento del copiloto un arma calibre 7.62×39, de las
conocidas como cuerno de chivo, con cargador insertado y abastecido con 29
cartuchos útiles y uno en la recámara. En el piso del vehículo se encontró un
cargador abastecido con 27 cartuchos útiles calibre 7.62 x39 milímetros.
Ingresados los dos
al penal de Culiacán el sábado, días después el Juez Primero de Distrito les
dictó auto de formal prisión por su probable responsabilidad en la comisión de
los delitos contra la salud, en la modalidad de posesión de clorhidrato de cocaína,
con fines de comercio; y violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y
Explosivos, en las modalidades de portación de arma de fuego y posesión de
cartuchos del uso exclusivo de Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
VIEJOS LODOS
Tanto el Changuito
como el Monki, junto con otro gatillero, fueron detenidos el 16 de abril de
2013, cuando en un operativo realizado por la Policía Municipal en el sur de la
ciudad y comandado por el entonces secretario de seguridad Pública, Carlos
Alfonso Ontiveros Salas, se les aseguraron al menos cuatro fusiles AK-47.
Los trasladaron a
las instalaciones de la Policía de Culiacán e ingresaron los datos a la base de
información criminal conocida como Plataforma México, mientras que el arsenal
fue bajado en la parte trasera de la oficina del director de la corporación.
Esa vez, elementos
que tomaron parte en la detención del grupo armado informaron que entre los
detenidos se encontraba una persona identificada como el Changuito y otra
apodada como el Monki.
Mientras procedían a
fichar a los detenidos, entró a las oficinas de los jefes policiacos la llamada
de un alto mando de la Policía Ministerial del Estado, gestionando para que los
liberaran, accediendo a ello la misma noche del 16 de abril.
Esto motivó que
tanto Ontiveros Salas como otros jefes policiacos fueran amenazados de muerte,
lo cual originó la renuncia del secretario, después de haberse escondido fuera
del estado durante 15 días.
También se
recibieron amenazas de muerte contra Ontiveros Salas, Hernández Hipólito y otros
mandos policiacos que participaron en el operativo referido, entre estos el
jefe de la Unidad Especializada Contra el Robo de Vehículos de la DSPM,
viéndose obligados a salir del estado por cuestiones de seguridad personal.
Ontiveros Salas
estuvo en la Ciudad de México hasta que el 6 de mayo reapareció en Culiacán
para presentar su renuncia como secretario de Seguridad Pública y Tránsito
Municipal. La información precisa que Hernández Hipólito se reincorporó a la
DSPM, pero ya no como subdirector sino como primer oficial.
No quedó en la
Policía Municipal ningún registro o parte informativo sobre estos hechos.
Detenidos el
Changuito y el Monki, solo quedan en la vieja estructura de Los Ántrax tres de
sus principales elementos: René Velázquez, el Sargento Phoenix, quien
recientemente salió de la cárcel; el Tracka y el Cheyo (Eliseo Imperial, primo
hermano del Mayito Gordo).
Noviembre de 2008.
Asesinan a hijo del comandante.
LA MUERTE DEL FELLO
Martiniano Vizcarra
Burgos perdió un hijo de manera trágica. Alfredo Vizcarra Vega, quien comandaba
originalmente al grupo que después se denominaría Los Ántrax, fue asesinado el
4 de noviembre de 2008, en el marco de la guerra que se desató al interior del
cártel de Sinaloa, a raíz de la detención de Alfredo Beltrán Leyva.
Se encontraba en un
lavado de autos ubicado por la calle 21 de Marzo, de la colonia 10 de Mayo,
cuando un grupo de sicarios arribó al lugar en dos camionetas y empezó a
disparar. También murió otra persona y dos más resultados heridas.
El Fello vivía a dos
cuadras de allí, por la calle Azucena, domicilio de Martiniano Vizcarra hasta
que tuvo que salir huyendo de la ciudad después de que la PGR lo buscaba, junto
con Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, bajo la presunción de que protegían
narcotraficantes cuando estuvieron —igual que ahora—, al frente de la Policía
Ministerial en el sexenio de Juan Millán Lizárraga.
A la muerte de
Alfredo Vizcarra, quien tomó el mando del grupo fue su compadre Rodrigo
Aréchiga Gamboa, quien le había bautizado a su hijo mayor. Tiempo después le
puso nombre al equipo de sicarios: Los Ántrax.
(RIODOCE/
ISMAEL BOJÓRQUEZ/ noviembre 23, 2014)
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