México,
DF.- La muerte de Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, parece ser una
leyenda.
De
acuerdo con agencias de inteligencia, la última pista que hubo del capo del
cártel de Sinaloa era un supuesto ingreso al Hospital Real San José de Zapopan,
Jalisco, entre el sábado 7 y domingo 8 de junio.
Ese
mismo fin de semana surgió la versión del fallecimiento de Esparragoza, uno de
los pocos líderes del narcotráfico vigentes en su longevidad, con tres
temporadas en prisión desde 1970, año en que empezó a traficar drogas.
Una
de las versiones en ese momento fue que el capo había fallecido en el hospital
San Javier, también en Zapopan, donde el domingo 8 hubo un movimiento inusual
de camionetas de aspecto sospechoso.
Agencias
de inteligencia de México y Estados Unidos no creen hasta hoy en la versión de
su muerte, según fuentes consultadas por “Reforma”. Conforme las fuentes
después de una búsqueda en varios hospitales, sólo tienen una hipótesis: que
habría visitado el nosocomio Real San José y que no falleció en el lugar.
Por
escuchas de radio y telefónicas a integrantes del crimen organizado en
Guadalajara, corporaciones involucradas en la búsqueda del capo fueron
alertadas con el primer dato sobre la muerte del traficante.
Las
conversaciones interceptadas mencionaban que había muerto la noche del sábado 7
de junio; luego, algunos informantes señalaron un lugar: el Hospital Real San
José de Zapopan.
Las
investigaciones verificaron que ese fin de semana no murió en el hospital
ninguna persona con el nombre, apellido, edad o fisonomía de Esparragoza. No
hay un solo dato en los archivos internos que sugiera su fallecimiento, dijeron
fuentes de inteligencia.
En
los registros de los servicios funerarios de la ciudad tampoco se hallaron
datos sobre un velatorio o incineración de una persona parecida a “El Azul”.
Tampoco
hay evidencias concluyentes en las 41 cámaras de vigilancia del hospital. Las
imágenes del circuito cerrado no registran ninguna pista el sábado.
El
único aspecto que ha llamado la atención de las agencias de inteligencia es una
secuencia que tiene lugar hasta el domingo 8 de junio a las 20:06 horas, en que
ingresa al área de urgencias un sujeto de edad madura con bigotes, pantalón
oscuro, camisa gris de manga corta y una gorra deportiva del mismo color.
Este
hombre llega detrás de una anciana en silla de ruedas, llevada por un empleado
con gafete del hospital, quien a su vez es seguido por una señora de lentes y
vestido blanco con detalles oscuros.
El
hombre de bigotes camina a la distancia con un libro o agenda en la mano
izquierda, hasta llegar al mostrador donde toma una silla giratoria que está al
frente.
De
pronto, una doctora se le acerca, intercambia unas palabras y luego se retira,
mientras las demás empleadas continúan con sus labores.
A
las corporaciones involucradas en la búsqueda de “El Azul”, les ha resultado
prácticamente imposible realizar un análisis concluyente sobre las imágenes de
este hombre, debido a la baja calidad del video.
Este
hombre parecido a Esparragoza, a primera vista aparenta ser menor a los 64 años
de edad del capo sinaloense y tener un tono de piel menos oscuro, aunque su
andar no es precisamente el de un joven y se pudo saber que las imágenes fueron
aclaradas para resaltar los rasgos y analizarlos.
MIEDO A MORIR
El
capo, además, es fumador desde los 15 años y los estudios que le practicaron en
prisión siempre arrojaron que tenía “rasgos de personalidad hipocondriaca”.
Pero no sólo temía a las enfermedades.
El
11 de marzo de 1986, cuando fue encarcelado por tercera y última vez, las
autoridades penitenciarias del DF le practicaron un estudio de personalidad en
donde confesó: “La mayoría de mis amigos no saben que tengo miedo de morir”.
Antes
de ser trasladado al Penal Federal del Altiplano, el Departamento de Psicología
de la Penitenciaría del DF –a la que había ingresado el 9 de julio de 1990–, le
pidió responder un test de 60 frases incompletas.
(ZOCALO
/ Reforma /11/09/2014 - 04:05 AM)
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