Nueva
York, EU.- A 13 años de los ataques a las Torres Gemelas y a las instalaciones
del Pentágono, todavía existen muchas preguntas sin contestar: ¿cómo cayó el
edificio número siete? ¿Qué causó la destrucción de las Torres Gemelas? ¿Fue
realmente Osama bin Laden el autor o más bien el pretexto para una nueva
geopolítica de dominación mundial? ¿Dónde estaba realmente escondido Osama bin
Laden durante todo este tiempo? ¿Por qué tardó tanto en ubicarlo el espionaje
estadounidense? ¿Fue Osama bin Laden verdaderamente la persona capturada y
eliminada en gran secreto en Paquistán o fue un show para engañar a la opinión
pública mundial y justificar la falta de respuestas? ¿Por qué no se le capturó
y juzgó entonces? ¿Son aquellos que cuestionan la historia oficial del 11 de
septiembre de 2001 “peligrosos teóricos” de la conspiración?
Los
académicos e intelectuales que han intentado responder estas interrogantes han
sido ignorados o ridiculizados por los grandes medios corporativos (e incluso
por progresistas de izquierda), expertos, políticos y funcionarios del
Gobierno, que claramente se proponen silenciar el llamado Movimiento por la
Verdad sobre el 11 de septiembre o a cualquier persona que dude de la
cuestionada postura oficial sobre este asunto. Sin embargo, las preguntas no
dejarán de aparecer y cada vez se pedirán más respuestas.
Hasta
la primavera de 2010, más de mil 200 arquitectos e ingenieros habían pedido una
nueva investigación sobre lo ocurrido aquel día. Estos académicos y
profesionales de la construcción están motivados por varios elementos: las
múltiples explicaciones del Informe de la Comisión 11-S han resultado
probadamente erróneas, las aclaraciones científicas son imperfectas y
contradictorias, y los estadounidenses merecen una explicación basada en los
hechos.
Al
mismo tiempo, en las trazas de polvo de las torres del World Trade Center (WTC)
y del edificio siete, ubicado en el mismo complejo, se han encontrado nuevas
evidencias de explosivos que se utilizan para demoliciones controladas. Después
de un cuidadoso examen de la versión oficial sobre el 11 de septiembre (donde
la Comisión incluso nunca menciona el edificio siete) y de datos forenses
omitidos en los informes, estos profesionales concluyeron que hace falta
realizar una investigación independiente y transparente sobre estos enormes y
misteriosos defectos estructurales.
Richard
Gage, un arquitecto de San Francisco y fundador de Arquitectos e Ingenieros por
la Verdad sobre el 11 de septiembre, dijo: “Los informes oficiales de la
Agencia Federal de Gestión de Emergencias y del Instituto Nacional de
Estándares y Tecnologías (NIST, por sus siglas en inglés) proporcionan
explicaciones insuficientes y fraudulentas sobre las circunstancias de la
destrucción de las torres”.
Gage
y otros arquitectos e ingenieros atacaron el primer informe del NIST hasta el
punto de que ese organismo cambió finalmente sus conclusiones, presentó nuevas
evidencias y en 2008 emitió una primera versión del reporte.
En
los 30 días posteriores a su presentación, el NIST recopiló las dudas sobre
dicho informe. El grupo encabezado por Gage envió una carta que cubría las
muchas inconsistencias y omisiones del documento; sin embargo, el reporte final
de 2008 no se refirió a casi ninguna de las inquietudes planteadas. El método
científico no estuvo presente en ese estudio.
Las
acciones de Gage y Arquitectos e Ingenieros por la Verdad sobre el 11 de
septiembre obligaron al NIST a reconocer que el rascacielos metálico de 47
pisos llamado edificio siete del WTC no había sido impactado por un avión y se
desmoronó con una aceleración de caída libre superior a 30 metros por segundo.
El NIST no proporcionó explicación de cómo o por qué se había desplomado de esa
manera: continúa planteando que la observación de los materiales que contenían
termita hallados en la Zona Cero, incluidos en la teoría de la demolición, “no
tenía que ser necesariamente concluyente”. A pesar de su propia afirmación de
que las pruebas de la demolición son poco concluyentes, decidieron no comprobarlas
ni tenerlas en cuenta en absoluto, como si esto no pudiera y no hubiera
sucedido. Una vez más, las agencias gubernamentales eludieron completamente el
método científico.
EL MISTERIO DE OSAMA BIN LADEN
En
otros temas relacionados con el 11 de septiembre de 2001 sigue en pie el
misterio respecto al paradero del supuesto perpetrador, Osama bin Laden. A
pesar de que Bin Laden no se adjudicó el atentado (de hecho alegó lo contrario;
tampoco la Oficina Federal de Investigación estadounidense, FBI, lo tiene como
sospechoso de esos crímenes por falta de pruebas), funcionarios gubernamentales
de ambos partidos (republicanos y demócratas) regularmente se refieren a él
como el responsable de los ataques.
DESPRESTIGIAR A LOS ACTIVISTAS
Otro
conflicto referido al 11 de septiembre, y en pleno desarrollo en el frente
interno, se refiere a que el profesor de derecho en Harvard, Cass Sunstein,
nombrado por el presidente Barack Obama para dirigir la Oficina de Información
y Asuntos Regulatorios, propuso que el Gobierno estadounidense debe infiltrar
agentes y desacreditar a los grupos de activistas.
En
relación con esto último, el llamado de Sunstein incluye a los Activistas de la
Verdad 11-S (llamados en inglés Truthers 11-S), quienes desafían la visión
oficial de los hechos, y aunque reconoce que en el pasado el Gobierno de
Estados Unidos ha estado implicado en conspiraciones, cree confiadamente que
eso ya no es un problema (para abundar sobre el tema, véase la sección
“Emergencia por la Verdad” y el capítulo seis de Censored 2011).
Sunstein
asegura que los grupos que cuestionan la versión oficial sobre los
acontecimientos del 11 de septiembre son peligrosos y podrían conducir a
algunas personas a la violencia, pero no presenta ninguna prueba concreta para
corroborar su afirmación.
El
profesor de Derecho en la Universidad de Harvard asevera que no resulta
productivo refutar a estos grupos en público y, en cambio, sugiere que es más
eficaz infiltrar agentes y desacreditar premeditadamente sus fuentes internas.
En esencia, Sunstein está pidiendo un regreso del Cointelpro (Counter
Intelligence Program o Programa de Contrainteligencia del FBI), de los días de
la Guerra Fría (cuando agentes encubiertos del Gobierno estadounidense eran
infiltrados secretamente entre los grupos antibelicistas, ecologistas y de
derechos civiles para intentar destruirlos desde adentro y desacreditar sus
actividades).
El
Cointelpro provocaba violencia o los agentes infiltrados planificaban actos
ilegales que llevaran a los grupos a ser juzgados por cargos criminales. El
llamado de Sunstein concierne fundamentalmente a determinados grupos de
activistas que buscan encontrar la verdad sobre el 11 de septiembre, y lo más
preocupante es que puedan ser objeto de infiltración y más tarde juzgados por
cargos fabricados de terroristas o criminales (véanse los temas seis y 20 de
Censored 2009 y 2008, respectivamente).
Tal
clima de miedo e intimidación no es un buen presagio para los derechos de la
Primera Enmienda ni para la libertad de cátedra en Estados Unidos, y menos aún
para descubrir la verdad sobre el 11 de septiembre de 2001.
» Según el doctor David Ray Griffin, ex
profesor de la Escuela de Teología de Claremont, California, y autor de
numerosos libros sobre las incógnitas del 11 de septiembre de 2001, sugiere que
Osama bin Laden pudo haber muerto hace casi nueve años, exactamente el 13 de
diciembre de 2001, a causa de insuficiencia renal o alguna enfermedad
relacionada con el riñón.
» Existen registros de tratamientos
médicos proporcionados a Bin Laden en un hospital militar de EU en Dubai por
una infección urinaria, ligada a menudo a enfermedades del riñón, y también
documentación sobre un pedido de una máquina portátil de diálisis, esencial
para su supervivencia, que fue enviada a Afganistán.
» Griffin cita a un grupo de médicos y
plantea que sería imposible que Bin Laden sobreviviera en una cueva con esa
máquina durante cualquier periodo sustancial de tiempo.
» Observó que EU y el Gobierno británico
están conscientes de la muerte de Bin Laden, pero la han ocultado para
continuar la guerra antiterrorista.
(ZOCALO/
Agencias / 11/09/2014 - 07:41 AM)
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