MÉXICO,
D.F., (proceso.com.mx).- Eliseo Caballero, ex corresponsal de Televisa en
Michoacán, justificó que se vio obligado a “parecer ‘amistoso’” en la reunión
que sostuvo con el capo Servando Gómez “La Tuta”, líder del grupo criminal Los
Caballeros Templarios.
Relató
que agentes del grupo criminal le llamaron por teléfono para presionarlo para
asistir a la reunión:
“Entonces
llega la ‘convocatoria’ a interactuar con la tuta, una ‘invitación’ precedida
por un llamado telefónico de advertencia ‘esta no es una petición, es una orden
y si no vas, nosotros te llevamos’ recuerdo palabras más palabras menos,
acompañado de un listado de nombres de personas allegadas a mí de las que
dijeron saber todas sus actividades, sólo para asegurar mi asistencia.
“Fue
entonces que me vi obligado a pensar en mi seguridad, de pensar en como evitar
pasar por otro periodo amenazas o de ataques directos contra mi vida, el no
acudir a la cita no era opción, quienes optaron por ese camino terminaron o
muertos o perseguidos. Me vi obligado entonces a conocer al convocante y una
vez en su presencia, hacer todo lo posible por parecer ‘amistoso’ para el,
alguien a quién no viera como su enemigo sino como alguien en quien ‘confiar’,
pero siempre con la intención de buscar no ponerme en su mira y de evitar a
toda costa que se enfadara y cambiara su actitud hacia mi; se que sí no hacía
eso, tarde o temprano me exigiría publicar notas que no podría publicar y con
ello vendría el consiguiente castigo…” (sic).
Caballero
envió una carta a colegas y medios de comunicación que este jueves reproduce de
manera íntegra el portal Animal Político.
En
la misiva, el reportero justifica que haberse reunido con el capo le ayudó a
obtener “información de primera mano”.
También
defendió su reputación: “No soy un delincuente”, y, de paso, a Televisa,
empresa que esta semana lo despidió, tras difundirse el video de su encuentro
con “La Tuta”:
“Creo
que no es necesario recordar que los controles editoriales de la empresa
Televisa hacen imposible que hubiera habido una nota aceptada (ni siquiera la
hubo como propuesta) con las características que estos grupos requerían y que
eran: ataques directos a autoridades federales, al ejército, a los gobernantes,
ocultamiento de información o difusión de mantas, datos y acontecimientos
falsos o tendenciosos), lo cual se pude confirmar con los archivos históricos
de todas mis coberturas periodísticas”.
(PROCESO/
LA REDACCIÓN/ 25 DE SEPTIEMBRE DE 2014)
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