El 60 por ciento de los trabajadores en México está en la informalidad, lo que representa una cuarta parte del PIB. Este símbolo de la improductividad nacional deja a millones de personas fuera del sistema tributario, sin seguro social ni acceso al crédito
Los datos del Inegi muestran que la productividad quedó estancada en ambos
sectores, formal e informal, entre el 2004 y el 2012
60%
de la fuerza laboral se encuentra en la informalidad
25%
del PIB es generado por esa economía informal
75%
del PIB es generado por el empleo formal
40%
de los trabajadores en méxico estan en la economía formal
En
cualquier ciudad de México te encuentras con un tianguis que ocupa una
calle o banqueta y en donde se puede comprar casi cualquier cosa.
Es difícil conocer a una persona que nunca haya comprado en alguna de
estas tienditas. Y es fácil conocer a alguna que cuente con su propio
changarro para mantener a su familia.
La abundancia de estos negocios son un síntoma de una de las más
grandes enfermedades económicas que padece el país desde hace décadas:
la informalidad.
Este sector incluye, además de los puestos de la calle, a miles de
empresas que realizan sus operaciones en la sombra sin rendir cuentas
ante Hacienda, dejando a sus trabajadores sin seguro social.
A pesar de que es difícil medir el tamaño de esta economía, el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó la semana
pasada por primera vez un estudio a profundidad sobre el tema.
El principal hallazgo, que concuerda con todas las estimaciones
realizadas hasta la fecha, señala que el 60 por ciento de la población
ocupada en México se encuentra dentro de la economía informal.
Pero más preocupante que los millones de mexicanos que no pagan
impuestos, no cuentan con seguro social y difícilmente tienen acceso a
un crédito, es el valor nominal que representa la informalidad.
De acuerdo con el Inegi, este sector representa el 25 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que refleja dos serios
problemas económicos.
El primero tiene que ver con la productividad. Las empresas formales
son más pequeñas en cuanto a número de trabajadores, pero producen dos
cuartas partes del PIB.
Esto quiere decir que los negocios informales son muchos e
improductivos. Expertos han señalado que el verdadero obstáculo al que
se enfrenta México para conseguir un verdadero crecimiento es aumentar
la productividad.
Por más inversiones que generen las reformas estructurales, el país
no conseguirá avanzar si no consigue producir más con lo que ya tiene.
El otro problema es que una cuarta parte de la economía nacional opera bajo sus propias reglas sin pagar impuestos.
Brecha de productividad
En un reporte sobre la productividad, el Centro de Investigación para
el Desarrollo (CIDAC) hace un llamado a realizar un cambio de paradigma
respecto del crecimiento de la economía nacional.
El CIDAC considera que la productividad debe de representar la variable clave del crecimiento.
En opinión del instituto, el crecimiento del la productividad es el
indicador más importante sobre la salud de las economías: “impulsa los
ingresos reales, la inflación, las tasas de interés, las ganancias y los
precios de las acciones”.
La productividad, medida por la razón del PIB por cada puesto de
trabajo, difiere sustancialmente entre la economía formal e informal.
La brecha es significativa, la productividad promedio de la economía
formal entre el 2004 y el 2012 fue de 287 mil 355 pesos (a precios
constantes del 2008).
Por otro lado, la productividad promedio de la economía informal para
el mismo periodo fue de 118 mil 523 pesos. El trabajador formal es 2.3
veces más productivo que el trabajador informal.
El crecimiento de la productividad en México fue de 1.6 por ciento en
el 2012. El incremento de 4.3 por ciento en la economía formal se
contrarrestó con la baja de 0.5 por ciento en la economía informal.
La economía formal comparte con su contraparte informal la falta de crecimiento de la productividad.
Los datos del Inegi muestran que la productividad quedó estancada en
ambos sectores entre el 2004 y el 2012. Sin embargo, analistas coinciden
en que la formalización de la economía informal cerraría la brecha de
productividad, lo que a la larga impactará positivamente en el
crecimiento del PIB.
Además, la formalización del 25 por ciento del PIB representa un alto potencial recaudatorio en términos fiscales.
La consultora de contabilidad BDO Castillo Miranda emitió un reporte
en el 2007 en el que asegura que la informalidad es causal de la baja
recaudación en México.
Un estudio tributario de la OCDE sitúa a México como el país con la
recaudación más baja del grupo, esto es 19.6 por ciento del PIB.
Informales por sector
La economía informal tiene un rol preponderante en ciertos sectores
de la economía nacional. Este es el porcentaje por sector del valor
agregado aportado por la informalidad:
> 93.1 por ciento
Agricultura, ganadería, pesca y aprovechamiento forestal
Agricultura, ganadería, pesca y aprovechamiento forestal
> 78.7 por ciento
Servicios personales, reparaciones y mantenimiento
Servicios personales, reparaciones y mantenimiento
> 52.1 por ciento
Comercio
Comercio
> 32.5 por ciento
Transportes, correos y almacenamiento
Transportes, correos y almacenamiento
> 23.1 por ciento
Industria manufacturera
Industria manufacturera
> 14.6 por ciento
Construcción
Construcción
> 10.3 por ciento
Otros sectores
Otros sectores
Fuente: Inegi
EL MÉXICO INFORMAL
EL MÉXICO INFORMAL
México, la informalidad tiene efectos negativos
para el crecimiento económico del país, ya que es menos eficiente que el
sector formal.
La consultora McKinsey & Company muestra que la producción por empleado en México cayó de 18.3 dólares por hora en 1981 a 17.9 dólares por hora en el 2012.
Esta caída en la productividad ha resultado en un menor crecimiento económico durante el mismo periodo.
Para alcanzar un objetivo de crecimiento del 3.5 por ciento, McKinsey estima que la productividad del país tendría que ser tres veces mayor a la actual.
McKinsey argumenta que la caída en la productividad se debe a las diferencias de productividad entre las empresas grandes (aquellas con 500 ó más empleados), y las pequeñas (aquellas con 10 ó menos empleados), en especial porque las segundas representan una parte cada vez mayor de la fuerza laboral.
En promedio, en las grandes compañías la productividad ha crecido 5.8 por ciento anualmente desde 1999, mientras que la de las pequeñas empresas ha caído 6.5 por ciento cada año durante el mismo periodo.
Así, las empresas más pequeñas mantienen un nivel de productividad 50 veces más bajo que el de las empresas más grandes.
Informalidad y desigualdad
El crecimiento de la participación del sector informal en la fuerza laboral también tiene como consecuencia la permanencia de la desigualdad.
Esto se debe a que en promedio las empresas pequeñas e informales pagan salarios mucho menores que los de las grandes empresas, utilizan personal menos capacitado y tienen mayores probabilidades de fracasar.
Además, al operar dentro de la informalidad las empresas pueden pagarle a sus empleados en efectivo, sin contribuir a los servicios públicos de salud y de pensiones.
La revista The Economist reporta que las empresas pequeñas e informales le cuestan al país en términos de eficiencia, tecnología e innovación, y son más vulnerables a extorsión por parte del crimen organizado y autoridades corruptas.
Informales sin crédito
La consultora McKinsey & Company señala la falta de financiamiento como uno de los grandes problemas al que se enfrentan las empresas mexicanas.
La gráfica muestra cómo, en comparación con Estados Unidos, en el país conseguir cualquier tipo de financiamiento es más costoso.
Esta diferencia crece exponencialmente cuando se trata de créditos dirigidos a pequeñas y medianas empresas.
Sin acceso a un buen crédito, el crecimiento de las empresas se entorpece. Además, la falta de recursos impide que la mayoría de los informales realicen el salto a la formalidad.
De acuerdo con el Banco Mundial, aproximadamente el 53 por ciento de las empresas medianas en México no pueden satisfacer sus necesidades en el sistema financiero actual.
Esta cifra crece de manera considerable en el sector informal, donde a menudo es más necesario.
La consultora McKinsey & Company muestra que la producción por empleado en México cayó de 18.3 dólares por hora en 1981 a 17.9 dólares por hora en el 2012.
Esta caída en la productividad ha resultado en un menor crecimiento económico durante el mismo periodo.
Para alcanzar un objetivo de crecimiento del 3.5 por ciento, McKinsey estima que la productividad del país tendría que ser tres veces mayor a la actual.
McKinsey argumenta que la caída en la productividad se debe a las diferencias de productividad entre las empresas grandes (aquellas con 500 ó más empleados), y las pequeñas (aquellas con 10 ó menos empleados), en especial porque las segundas representan una parte cada vez mayor de la fuerza laboral.
En promedio, en las grandes compañías la productividad ha crecido 5.8 por ciento anualmente desde 1999, mientras que la de las pequeñas empresas ha caído 6.5 por ciento cada año durante el mismo periodo.
Así, las empresas más pequeñas mantienen un nivel de productividad 50 veces más bajo que el de las empresas más grandes.
Informalidad y desigualdad
El crecimiento de la participación del sector informal en la fuerza laboral también tiene como consecuencia la permanencia de la desigualdad.
Esto se debe a que en promedio las empresas pequeñas e informales pagan salarios mucho menores que los de las grandes empresas, utilizan personal menos capacitado y tienen mayores probabilidades de fracasar.
Además, al operar dentro de la informalidad las empresas pueden pagarle a sus empleados en efectivo, sin contribuir a los servicios públicos de salud y de pensiones.
La revista The Economist reporta que las empresas pequeñas e informales le cuestan al país en términos de eficiencia, tecnología e innovación, y son más vulnerables a extorsión por parte del crimen organizado y autoridades corruptas.
Informales sin crédito
La consultora McKinsey & Company señala la falta de financiamiento como uno de los grandes problemas al que se enfrentan las empresas mexicanas.
La gráfica muestra cómo, en comparación con Estados Unidos, en el país conseguir cualquier tipo de financiamiento es más costoso.
Esta diferencia crece exponencialmente cuando se trata de créditos dirigidos a pequeñas y medianas empresas.
Sin acceso a un buen crédito, el crecimiento de las empresas se entorpece. Además, la falta de recursos impide que la mayoría de los informales realicen el salto a la formalidad.
De acuerdo con el Banco Mundial, aproximadamente el 53 por ciento de las empresas medianas en México no pueden satisfacer sus necesidades en el sistema financiero actual.
Esta cifra crece de manera considerable en el sector informal, donde a menudo es más necesario.
Martes 5 de agosto de 2014)
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