Distrito Federal— En
cuatro meses el promedio diario de renuncias se duplicó en el Ejército.
De enero a abril,
4.6 militares por día abandonaron las filas castrenses por voluntad propia. En
todo 2013, el promedio de renuncias fue de 2.4 efectivos.
Entre las
principales razones, explicó un ex mando militar, destacan las diferencias con
los oficiales superiores, amenazas, malos tratos y dificultad para adaptarse a
la vida en los cuarteles.
Del 1 de enero de
2013 al 30 de abril pasado un total de
mil 443 militares han decidido truncar su vida militar.
El número equivale a
más de dos batallones del Ejército y al personal desplegado actualmente por la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Tabasco y Chiapas.
El fenómeno ocurre a
pesar de las prestaciones laborales que ofrece la Sedena, que incluyen prima
vacacional, compensaciones, seguro de vida, ayuda para gastos de sepelio, casa
habitación en renta, servicios médicos y becas para los hijos.
“Hay compañeros que
se ven presionados por mandos para que dejen el Ejército. Con eso la
dependencia se evita gastos. Ese tipo de fricciones hacen que el personal se
frustre y deje el Ejército. También pasa porque no hay vocación de servicio”,
comentó un ex militar que laboró en la Dirección de Personal.
De los militares que
optaron por dejar los cuarteles en lo que va de la actual administración, 877
eran soldados, 271 cabos, 152 sargentos segundos, 53 sargentos segundos, 10
subtenientes, 47 tenientes, 12 capitanes segundos, 9 capitanes primeros, 8
mayores, 3 tenientes coroneles y un coronel.
La Ley del Instituto
de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) establece que
quienes abandonan el Ejército pierden su derecho al seguro colectivo de retiro
y al seguro de vida militar, sin importar el tiempo que hayan permanecido en
las filas castrenses.
A este escenario se
suma la deserción de elementos, aunque registra un descenso.
En los primeros
cuatro meses de este año desertaron un promedio de 3 militares al día; en 2013
se ubicó en 5.5 y en 2012 en 6.8.
Para cubrir las
vacantes, la Sedena ha echado mano de los conscriptos que realizan su Servicio
Militar Nacional, de las convocatorias a sus planteles y del reclutamiento en
sus distintas regiones y zonas militares.
DESPERDICIO
Los integrantes del
Ejército reciben un adiestramiento básico y cursos avanzados durante su
estancia en los campos militares.
En el Centro de
Adiestramiento Militar Básico Individual (CAMBI) aprenden a desplazarse dentro
de una unidad, realizan prácticas de tiro, y reciben adiestramiento físico, en
primeros auxilios y en técnicas de patrullaje, entre otros aspectos.
En las unidades de
armas o de servicios se ofrecen además especialidades militares y formación
para sargentos.
La Infantería, base
operativa del Ejército, instruye a sus integrantes en el uso de fusiles,
ametralladoras, morteros y cañones de acompañamiento.
“Exige crear en el
soldado reflejos suficientemente arraigados que le permitan actuar con eficacia
y seguridad en el combate”, establece el reglamento de Infantería.
El personal de la
Fuerza Aérea, en tanto, adquiere conocimientos de aviación y bombardeo.
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ Agencia Reforma | Sábado 02 Agosto 2014 | 21:34 hrs)
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