A juzgar por las cifras del Sistema Nacional de Seguridad
Pública, la estrategia federal para la pacificación y el desarrollo de
Michoacán funcionó al revés: la incidencia de prácticamente todos los
delitos subió este año, no sólo en comparación con 2013, sino también
respecto del macabro 2011, el más sangriento de la administración de
Felipe Calderón. En medio de ese desastre, el comisionado Alberto
Castillo, a quien popularmente ya se le conoce como el “virrey” , sigue
pregonando sus logros, entre otros, la detención del doctor José Manuel
Mireles…a cambio de la liberación de miembros del Cártel de Jalisco
Nueva Generación.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El pasado enero, cuando el
presidente Enrique Peña Nieto nombró a Alfredo Castillo comisionado para
la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, el objetivo era
pacificar el estado y dar mejores condiciones de vida y seguridad a la
población. Pero tras su llegada la violencia y el crimen crecieron a
niveles nunca antes vistos.
Actualmente en esa entidad se vive la mayor crisis de inseguridad de
la última década en el marco de una política pública de justicia
selectiva.
De acuerdo con un análisis realizado por Proceso
tomando como base las “cifras de incidencia delictiva” del Sistema
Nacional de Seguridad Pública (SNSP), de enero a junio de 2014 se
dispararon las cifras de homicidios, secuestros, extorsiones y robos de
vehículos, comparadas con las de iguales periodos de años anteriores,
incluyendo 2011, el más violento del sexenio de Felipe Calderón.
En los últimos meses el gobierno federal ha anunciado como un éxito
la muerte o captura de los principales líderes de Los Caballeros
Templarios, como Nazario Moreno, El Chayo; Enrique Plancarte Solís, Dionisio Loya Placarte, Samer José Servín, y los hijos de Servando Gómez Martínez, La Tuta: Huber Gómez Patiño y Luis Alfredo Aguilera Esquivel.
También, el 27 de junio, se anunció la detención de José Manuel
Mireles, uno de los fundadores del movimiento de autodefensas, acusado
de delincuencia organizada y delitos contra la salud en la modalidad de
posesión.
Pero mientras en Michoacán se aplica todo el peso de la ley contra
unos, el Estado de derecho es laxo para otros. Según expedientes
judiciales a los que este semanario tuvo acceso, en los últimos dos
meses decenas de integrantes de autodefensas con cargos similares a los
que se le imputan a Mireles han salido de las prisiones de Michoacán y
Veracruz por instrucciones del “virrey” Castillo –como se le apoda
insistentemente en círculos políticos y sociales–, incluyendo miembros
del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) detenidos en marzo del año
pasado por militares.
A lo anterior se suma el hecho de que Rodrigo Vallejo, hijo del
exgobernador Fausto Vallejo, ha aparecido en videos celebrando reuniones
y tomando cerveza con La Tuta, sin que hasta el momento las autoridades hayan actuado de manera decidida al respecto.
(fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 1970, ya en circulación)
/2 de agosto de 2014)
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