La Viña del Señor
“Entre
más obra, más sobra”, decía el profesor Carlos Hank González, exregente
del D.F. con José López Portillo y jefe del grupo Atlacomulco, hoy en
el poder y puesto jaque por el cineasta Alfonso Cuarón, quien tiene rato
cuestionando nuestra pobre democracia.
Y
la cita viene al cuento cuanto el alcalde Otto Claussen Iberri, está
envuelto en un lío que involucra la construcción de una prometida unidad
deportiva en terrenos empleitados y que en su momento fueron
adjudicados al constructor José Ordaz Aguiar, en un juicio laboral
amañado en contra de la familia Fourcade y en donde aparecieron como sus
“socios” el actual líder de la CTM estatal Javier Villarreal y los
abogados de dicha central Juan Barraza y su primo Carlos Rodríguez
Barraza, quien para más señas fue abogado del contralor Héctor
Hernández, en su demanda contra el IMSS y que nunca le pagó al Choche,
pues se le fue como el mayate…con todo el hilito.
Historia de un fraude anunciado
El
terrero tiene su historia: Está ubicado a espaldas de la Hacienda
Fourcade, la cual fue adquirida por Francisco Razcón Manzana y forman
parte de muchas hectáreas de las que se adueñó Ordaz en el mencionado
litigio simulado en donde las autoridades de la Junta de Conciliación y
Arbitraje del sur del Estado con sede en Ciudad Obregón sucumbieron al
tráfico de influencias y a los chorros de dinero y doña Norma Fourcade
Rogers, está segura de ello.
Igual
sucedió con el terreno de Las Tinajas, el cual supuestamente le vendió
Norma Rogers, pero que alega la familia Sierra, les pertenece y que
Antonio Astiazarán en su administración le “liberó” a Ordaz al
desistirse la entonces síndica Hortensia Díaz Frayde de un juicio de
amparo previa donación de cinco millones de pesos que pagó el gringo Jon
Mellen, a quien José le había vendido Las Tinajas en varios millones de
dólares y cuya operación tampoco reconoce, cuando la lana entró a
cuentas de su hermana Catalina Ordaz o de Villas Sirenas, la sociedad
formada entre la dama y el norteamericano, que involucra otra trama
sheksperiana digna de ser contada en otra ocasión.
En
la bronca de Las Tinajas, en donde aparece la mitad amparada en una
escritura levantada por Enrique Ahumada Tarín, salió de pleito con su
entonces abogado Rodolfo Pelón Léon, muy cercano a los efectos del Otto y
de Luis Gato Bárcenas, quien lo demandó por lo pactado, que era una
parte considerable del inmueble en disputa.
Profesional
de la transa como es Ordaz, para salvar un adeudo de 5 millones de
predial, urdió “donar” los terrenos vendidos a Razcón y que tienen en
riesgo una inversión de 14 millones de pesos, a pesar de que los
personajes conocedores de la trama sabían desde un principio los
peligros existentes que de un momento a otro podían aflorar y con ello
poner freno a la concreción del proyecto.
Los personajes de la trama… mejor dicho de la transa
En
el enredo figura en rol estelar Ramón Monchy Leyva Montoya, para mayor
precisión operador político del Ayuntamiento porteño en su calidad
secretario de la comuna y por su papel de abogado de Ordaz, en su
demanda contra Razcón Manzana, a quien se vendieron en 300 mil dólares
los lotes de la discordia en una operación realizada en la notaría de
Sergio Llanes Rueda y que entonces regenteaba Cuauthémoc Benavides, por
la calle 20.
Por
cierto en la transacción estuvo metida la mano del contador de Razcón
Jesús García, el Chuy Pesado, cerebro financiero de César Lizárraga
Hernández, durante todo su trienio.
Ordaz alega a su favor que no se le pagó el precio pactado, mientras su contraparte sostiene lo contrario.
Así
las cosas, a nadie parece sorprender, solo a los metidos en el
“movimiento”, que donde aparece la persona de Ordaz, lo acompaña un tufo
de que algo anda mal, o mínimo está bajo sospecha. Y en el caso la
realidad volvió a dar la razón a los creyentes en el dicho aquel que
sostiene “dime con quien andas…” y como es sabido el alcalde Claussen no
es tonto… sino al contrario es muy laaaargo y no puede llamarse timado,
pues desde un principio sabía a lo que le tiraba aliándose con el
depredador constructor, quien ha sido señalado por los comparadores de
terrenos del Roca Fuerte y de la Petrolera, por negarse a escriturar los
lotes que le compraron y cuyos pagos les recibió.
Por
algo Ordaz, despuesito del triunfo electoral del germano, se le vio
buscando un acercamiento con el futuro alcalde y arreció “pa´quedar
bien” a través de su testaferro Víctor el Buitre Parra y su
fantasmagórica organización “Guaymas, tu puerto” una campaña de
denostación en contra de la administración panista de Lizárraga.
¿A poco le robaron los huevos al águila?... Nadie se traga ese cuento.
Otto
Claussen, Ramón Leyva y José Ordaz, conocían bien los riesgos al
echarse ese trompo a la uña y en donde los intereses de los porteños es
lo que menos importa y 14 millones es algo de feria. De ahí el
apanicamiento.
¡¡Mira que vivitos nos resultaron los pillos!!
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna Viña del Señor / Lunes, 05 de Mayo de 2014 12:05)
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