CUERNAVACA, MOR. (Proceso).- La marcha ciudadana contra la
inseguridad, en la cual se exigió la renuncia del gobernador de Morelos,
Graco Ramírez, revivió el recuerdo de exmandatarios morelenses que
dejaron cuentas pendientes: Jorge Carrillo Olea, acusado de proteger a
Amado Carrillo, así como Sergio Estrada Cajigal y Marco Antonio Adame,
ambos presuntamente ligados con los hermanos Beltrán Leyva.
Pero Edmundo Javier Bolaños Aguilar, coordinador del grupo
parlamentario del PAN; el perredista Juan Ángel Flores Bustamante,
presidente del Congreso local; Tania Valentina Rodríguez Ruiz,
comisionada política del Partido del Trabajo, y Javier Sicilia,
dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, coinciden
en que la renuncia del gobernador sería un error que debilitaría más al
estado frente a la delincuencia organizada.
Excepto Flores Bustamante, todos opinan que Ramírez Garrido se
equivocó al asegurar que en 18 meses limpiaría de narcotraficantes al
estado y ahora incurrió en otro error al decir que la marcha ciudadana
del martes 1 fue motivada por “adversarios” personales y “revanchismos”
políticos.
Gerardo Becerra Chávez, dirigente de la Coordinadora Morelense de
Movimientos Ciudadanos, cabeza de la marcha que el martes 1 reunió a por
lo menos cuatro mil ciudadanos, explica:
“En 2013 hicimos la primera
manifestación motivados por la inseguridad. En ella le pedimos al
gobernador que no estableciera un término de 18 meses y cambiara la
estrategia de seguridad. Nos respondió mandando a Antorcha Campesina a
tomar la Plaza de Armas. Tuvimos que ir al Palacio de Cortés sin sonido,
sin nada. En septiembre de ese año fue la segunda, y la tercera, ésta
del 1 de abril”.
–Se habla de que en las manifestaciones despiertan los
resentimientos, pero éstos ya existían entre usted y el gobernador –se
le comenta a Becerra.
–No puede hablarse de resentimientos o venganza política cuando somos
el primer lugar en secuestros a nivel nacional, cuando hay más de 500
homicidios en lo que va de su sexenio o cuando tenemos el primer lugar
en extorsión y robo a casa habitación.
“Rompimos nuestra relación amistosa en mayo de 1998, cuando logramos
que cayera el general Jorge Carrillo Olea como gobernador de Morelos;
acordamos que lo sustituiría un empresario con un perfil más ciudadano
que político, pero Graco se fue por la libre y negoció con Francisco
Labastida Ochoa, entonces secretario de Gobernación, para que fuera Juan
Salgado Brito. Finalmente se quedó de interino Jorge Morales.”
Becerra insiste en que en las manifestaciones no hay intereses de
partido o revanchismo: “Hace tres meses hicimos una rueda de prensa
conjunta con representantes del MC, Panal, PRI y PAN, y se desligaron de
nosotros”.
Le da risa, dice, que se piense que detrás de él está Carrillo Olea,
porque es un hombre no querido en Morelos. “No tiene nada que ver con
nosotros como tampoco Marco Adame ni Sergio Estrada”.
–Aunque sí son piezas interesadas en pegarle a Graco Ramírez.
–No lo sé. En su momento los exgobernadores fueron piezas clave de la
situación en que vive hoy Morelos. Por acción u omisión, mucho de lo
que tenemos actualmente es parte de lo que ellos dejaron de hacer o
hicieron; eso me queda claro. Tampoco le echo la culpa a Graco de lo que
está sucediendo ahora, pero él sabía muy bien cómo estaba el estado y
aun así se comprometió. No ha tenido una estrategia adecuada. Queremos
que se vaya y llegue otra persona.
Estrategia apropiada
Jesús Capella Ibarra, comisionado estatal de Seguridad, rechaza que
no haya una estrategia adecuada: “Ha sido tanto el éxito de las
organizaciones criminales que forzosamente han vivido al amparo de
funcionarios, políticos y empresarios. Lo que hacemos es desmenuzar ese
esquema de complicidades. Empezamos por los señalamientos graves de este
representante popular del sur del estado (el diputado petista Alfonso
Miranda), quien ha aceptado su relación familiar con uno de los
delincuentes más perseguidos en la entidad”.
Asegura que la Fiscalía General de Morelos y autoridades federales
investigan a Miranda: “Las imputaciones que se han hecho no pueden
quedar en el aire. Y si en determinado momento el sujeto es inocente,
que lo determinen las autoridades judiciales; si no, que pague lo que se
le imputa”.
–Algunos ganaderos se quejan de que hay alcaldes financiados por los narcos –se le comenta.
–No lo sé. Como mando único ya tenemos el control real y absoluto en
Cuernavaca, Jiutepec, Yautepec, Cuautla, Temixco, Emiliano Zapata,
Jojutla, Amacuzac, Zacatepec, Tlalquitenango, Tlaltizapán, Axochiapan, y
pronto en Yecapixtla, Tetela del Volcán, Xochitepec, Coatlán del Río y
Huitzilac. Somos la primera entidad que aplica el mando único de manera
absoluta. Aquí ya controlamos a las policías municipales. En marzo
tuvimos siete secuestros, frente a 22 en febrero.
“Es difícil retar al enemigo cuando lo tienes en casa, detrás de ti,
vestido igual que tú y conociendo todas las estrategias y operaciones.
Por eso lo primero es generar una batalla dentro de las corporaciones
para eliminar a los traidores, mandarlos al frente y combatirlos como
parte de la delincuencia”, señala.
Quien no está convencido de que el Mando Único dé resultados es el
legislador Bolaños: “Eso es lo que se nos vende como una idea o logro,
cuando fue una iniciativa que se presentó en la administración anterior y
fue bloqueada por los perredistas que hoy son gobierno. Nos preocupa
mucho que un día salga el gobernador a decir que vamos bien, que los
índices de delincuencia van a la baja y al día siguiente el Secretariado
Ejecutivo de Seguridad Pública del gobierno federal dé cifras
diferentes. No es con discursos ni maquillando la realidad como se
encontrarán soluciones”.
Considera negativo pedir la renuncia del gobernador: “Eso no abona en
nada, como tampoco abona la estrategia que sigue el Ejecutivo de
insistir en echarle la culpa al pasado para justificar la falta de
resultados en el presente. Hoy como nunca el Poder Ejecutivo tiene
condiciones para sacar adelante sus estrategias.
“No le apostamos a que en materia de seguridad le vaya mal al
gobernador. Lo que buscamos es que las cosas se hagan bien. Como
diputado –y así lo manejé en ocasión de la marcha ciudadana– considero
que en nada beneficia que se vaya el gobernador. Al contrario, nos vamos
a meter en un clima de inestabilidad política que va a generar
condiciones más propicias para que la delincuencia se siga adueñando de
nuestras calles y de nuestra seguridad”, considera el panista.
–En la legislatura tienen al diputado Alfonso Miranda, señalado por sus presuntos nexos con la delincuencia organizada.
–Sí. Y tenemos otro compañero, exalcalde de Cuernavaca, señalado en
algunas carpetas por desvío de recursos. No se puede decir en el
discurso que vamos con todo, contra todo, sea quien sea, si en los
hechos no se ven resultados. Estos temas están en la Fiscalía que
depende del Ejecutivo, y las carpetas no avanzan –coincide, en
entrevista por separado, Flores Bustamante.
–Si se actuara conforme a derecho, también tendrían que voltear la
cara hacia Carrillo Olea, Estrada Cajigal y Adame… –se le comenta a
Bolaños.
–No soy el adecuado para hablar sobre esta situación –responde.
Flores sí aborda el tema: “Las exigencias de los manifestantes
alcanzan a los tres exgobernadores. La policía de Carrillo Olea estuvo
implicada de manera directa. Estrada Cajigal estuvo a punto de que se le
sometiera a juicio político. Y con Marco Adame más que complicidad fue
una omisión, incluso la policía no actuaba mientras no llegaran el
Ejército o la Policía Federal; Luis Ángel Cabeza de Vaca, secretario de
Seguridad Pública de Adame, está preso por su relación con los Beltrán
Leyva.
“Hace dos o tres semanas se dio el mando único y, a diferencia de
otros meses, esta responsabilidad es asumida completamente por la
Secretaría de Seguridad. Esto implica que ya no sucede lo que antes, que
las policías municipales no atendían ningún evento.”
–¿Estaban infiltradas las policías municipales?
–Había infiltración pero también miedo. Un municipal no se sentía
resguardado por policías de otras corporaciones. Hoy es diferente porque
al haber un solo mando ya no hay pretextos para no acudir a un llamado
de auxilio. Además recibieron un aumento considerable. Antes estaban en 6
mil pesos; ahora ganan alrededor de 11 mil.
El presidente del Congreso local reconoce la demanda ciudadana por
seguridad: “Decir que no hay inseguridad en Morelos sería falso. Lo
cierto es que hay actores políticos que son enemigos del gobernador o
del partido en el poder y han utilizado esa situación para usar
políticamente la insatisfacción”.
Se refiere a Gerardo Becerra, a quien acusa de convencer a Raúl
Iragorri, quien era coordinador de la campaña de Andrés Manuel López
Obrador, para que se sumara a la del priista Amado Orihuela. Está
también el priista Carrillo Olea y “hay que preguntarse –agrega– de
dónde vino el dinero para mover a la gente que asistió a la marcha,
porque los camiones en que transportaron a la gente eran muchos”.
Los exmandatarios
Tania Rodríguez Ruiz recuerda la violencia en Morelos en los gobiernos de Carrillo Olea y de los panistas Estrada y Adame:
“A Carrillo Olea lo conocíamos como protector de Amado Carrillo, del
Cártel de Juárez. En 2006 llega Estrada Cajigal y no hubo ningún cambio;
la policía estaba infiltrada por los Beltrán Leyva y por Juan José
Esparragoza, El Azul.
“Se vivió su rompimiento con los viejos panistas del estado. Se vivió
un año y medio de luna de miel en el gobierno. Fue evidente que hubo
cierto entendimiento con los cárteles. De la omisión pasó a la
prepotencia. Además de Cabeza de Vaca, en 2004 también fue apresado
Agustín Montiel López, su coordinador general de la Policía Ministerial,
por brindar protección al Azul.”
Después llega el sexenio de Adame, a quien al principio se le vio
omiso en cuanto al combate al narcotráfico: “Agachó la cabeza. No pasaba
nada. Hasta cínico, porque en el estado crecía la inseguridad.
Aparecieron los primeros colgados y descuartizados, el secuestro
aumentaba. Morelos estaba paralizado. Cuernavaca estaba vacía, sin
desarrollo turístico ni económico”, afirma la líder del PT local.
“Era del dominio público que uno de los escoltas de Adame pertenecía a
los Beltrán Leyva; incluso en 2009, cuando asesinan a Arturo Beltrán
Leyva, en su departamento la policía encontró listas de los alcaldes y
funcionarios de gobierno de Adame que recibían dinero del cártel”,
recuerda la regidora.
A Graco, dice, le tocó lo peor porque, a la muerte de Arturo Beltrán,
Morelos quedó “huérfano” de cártel. Actualmente hay muchas células y es
más difícil controlarlas, pero al menos no se ve que sea un gobernador
omiso ni partícipe de las bandas delictivas, señala la petista.
También para Javier Sicilia pedir la salida de Graco es absurdo:
“Vimos pasar a los priistas cuando empezó la descomposición con Carrillo
Olea y se continúa con los gobiernos panistas de Estrada Cajigal y
Marco Antonio Adame. Salen y la corrupción continúa. Es la historia de
descomposición de todos los partidos y de la clase política. El problema
es la descomposición de la clase política, que no sabemos a dónde va.
Por eso la salida de Graco no es alternativa”.
Considera que las manifestaciones deben tener una propuesta con
contenidos políticos, y entonces sí, “si no vas a cumplir te vas”.
–Se ha señalado insistentemente al diputado Miranda ¿Por qué no se ha actuado contra él?
–No sé. En el sexto punto de nuestras demandas pedimos una limpieza
total de los partidos porque hay gente que los usa para colaborar con el
crimen organizado. Tenemos un alto porcentaje de impunidad, señal de
que allí están cobijados por la clase política, y mientras no se ataque
hacia allá, mientras no tengamos castigos ejemplares hacia el interior
del Estado y de los partidos, todo se queda en discurso, se queda en
creer, como el expresidente Felipe Calderón, que los malos están afuera
del Estado y de la clase política.
“Eso pasa en Morelos: no se ha llamado a cuentas a nadie, empezando
por Carrillo Olea. Hay cosas pendientes. Él heredó este problema y no lo
han llamado. Allí está Marco Antonio Adame. Por eso la marcha de esta
coordinadora es extraña; parece que es sólo un golpeteo y venganza
política usando el dolor de la gente”, señala el poeta.
Javier Sicilia se confiesa ya sin fuerza ni ánimo para continuar y
pide: “Que hagan un frente común las partes honestas de los partidos y
del Estado y lleven a rendir cuentas a los delincuentes y a la gente que
tiene omisiones graves de lo que le pasa al Estado. ¡Nadie ha sido
llamado a cuentas y ahora resulta que todos se dan baños de pureza. Y en
medio de ellos una ciudadanía que sólo quiere paz, justicia!”
15 de abril de 2014)
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