MÉXICO,
D.F. (apro).- El pasado 20 de marzo, Lía Limón, subsecretaria de
Derechos Humanos de la administración de Enrique Peña Nieto, fue a
Ginebra y ahí, ante integrantes de las Naciones Unidas, dijo que el
gobierno federal acataría la recomendación que desde octubre del año
pasado le habían hecho.
Se trataba de aceptar en su totalidad, y
no sólo de palabra o firma alguna, lo dicho por la Corte Penal
Internacional (CPI). Pero no cumplió, y no sólo eso, operó políticamente
para que ello no ocurriera.
Así, el gobierno de Peña Nieto, ante
los ojos de la comunidad internacional, se muestra como aquel hombre de
Estado que vela por el verdadero interés de sus gobernados, por prevenir
y cuidar que no se viole lo más preciado: sus derechos humanos.
Pero
ante los primeros afectados, los ciudadanos, les arroja el insulto de
poder decirles en los hechos: “Para mí tus derechos humanos me vienen
importando un comino, sólo te uso cuando te necesito”.
Sólo de esa
manera se puede leer lo ocurrido en Ginebra y lo sucedido día a día en
nuestro país, en donde se violentan los derechos humanos, se persigue a
los defensores de éstos, como por ejemplo al padre Alejandro Solalinde,
de Oaxaca.
Mientras Lía Limón se vanagloriaba en Ginebra de que el
gobierno de Peña Nieto cumpliría con la recomendación formulada a
México en octubre pasado, en nuestro país los diputados peñanietistas
bloqueaban cualquier intento de permitir que autoridades, investigadores
y fiscales de la Corte Penal Interamericana pusieran un pie en México
para indagar, averiguar, sobre cualquiera de los cuatro delitos que
persigue la CPI: crímenes de lesa humanidad, agresión a un Estado,
genocidio y guerra.
Y es que la noche del miércoles 2, en la
Comisión de Puntos Constitucionales y con el voto en contra de
Movimiento Ciudadano, PT, PAN y PRD, el PRI y sus partidos “satélite”,
PVEM y Panal, frenaban toda libertad de acción a la CPI en México.
Los
diputados del PRI actuaron contra los derechos humanos de todo mundo,
no sólo contra los de México porque, si por alguna razón, cualquier
dictador de un país, genocida o quien haya cometido contra la población
de su país un crimen de lesa humanidad, y decidiera refugiarse en
México, no podría ser extraditado, aunque la Corte Penal Internacional
lo pidiera, pues en la actualidad el Ejecutivo federal “puede”, si lo
desea, desdeñar tal extradición.
En 1998 se creó la CPI para
juzgar a personas que hayan cometido cualquiera de los cuatro delitos
antes mencionados; México ratificó en 2005 su adhesión a la Corte, sin
embargo, dejó abierta la posibilidad de que si una recomendación le
resultaba “incómoda”, no la acataría.
Curiosamente, la
recomendación de octubre de 2013, y que apenas el mes pasado Lía Limón
dijo que el gobierno peñanietista acataría, y que para que ello
ocurriera, incluso cambiaría la Constitución para que ya no fuera un
tema de “posibilidad” sino de “obligatoriedad”, no se dio.
Los
priistas evitaron que se modificara el párrafo octavo del artículo 21 de
la Constitución. El acto de Lía Limón en Ginebra fue un acto de
simulación.
Como la mayor parte de lo que se aprueba en la Cámara de Diputados, que no es votado sino impuesto.
Simulación
lo fueron, por ejemplo, la reforma político electoral que terminó en el
“acuerdo y distribución de cuotas” para los tres principales partidos
de las posiciones del Instituto Nacional de Elecciones (INE).
Como
simulación lo fue la reforma constitucional en telecomunicaciones y que
hoy se echa atrás en sus leyes secundarias que se discuten en el Senado
de la República.
Como simulación fue la elección presidencial de 2012 y que llevó a Peña Nieto a seguir con la burla desde el poder máximo.
En
síntesis, México y sus principales instituciones se han convertido en
una simulación, en la peor caricatura de la democracia y en el verdadero
abuso del poder.
También los mexicanos, en su gran mayoría,
simulan vivir bien y poco hacen por tratar de cambiar la crisis
institucional, ética, económica y social. El resto de la población, los
grandes “opinadores” del país, “simulan” informar, simulan luchar,
simulan, siquiera, vivir.
Twitter: @jesusaproceso
(Las opiniones contenidas en el texto son responsabilidad exclusiva del autor)
/ 4 de abril de 2014)
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