Más que los golpes de Jesús Galicia fue la
irresponsabilidad la que mató al boxeador Óscar El Fantasma González: la
de las comisiones de boxeo, que le dieron la autorización médica sin
hacerle los suficientes estudios; la de los manejadores, que lo
obligaron a bajar cuatro kilos en unas cuantas horas; la de las
autoridades boxísticas, que lo permitieron todo; la de los gobernantes,
que nomás no ponen orden; la de la insaciable televisora y sus
patrocinadores…
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La agonía del boxeador Óscar El Fantasma
González Arriaga fue trasmitida en directo por Televisa el sábado 1, y
su muerte destapó la ristra de irregularidades que campea en el boxeo
nacional.
La fatal velada en la que se disputó el Título Latino de peso pluma
del CMB fue parte de la función denominada Estruendo en la Capital, que
organizó Canelo Promotions, propiedad del boxeador Saúl El Canelo
Álvarez, en el Foro Polanco, administrado por Ocesa. Televisa la
trasmitió como parte de su programa Sábados de Box.
Es la segunda vez en cuatro meses que un canal de televisión abierta
difunde los últimos momentos de vida de un boxeador noqueado. El 22 de
octubre pasado, TV Azteca –que se disputa con Televisa el rating de las
funciones sabatinas de boxeo– trasmitió los momentos en que el pugilista
tijuanense Francisco Frankie Leal se debatía entre la vida y la muerte
después de ser vapuleado por su oponente, Raúl Hirales, en una función
realizada en Cabo San Lucas.
Óscar González es la segunda víctima mortal del boxeo en la Ciudad de México en menos de cinco años, y la tercera en 55 años.
En su muerte afloran las anomalías: llegó con un sobrepeso de 4.5
kilos respecto del límite establecido para la división pluma, en
cuestión de horas fue obligado a bajar de talla y así se le autorizó
subir al ring; presentó su salida médica (autorización) apenas horas
antes de subir al cuadrilátero y, pese a ello, obtuvo el permiso de la
Comisión de Box del Distrito Federal (CBDF). Para ello entregó una
licencia de boxeador de Guasave, Sinaloa. Dijo que de esa misma ciudad
vendría su salida médica, como marcan las normas, pero al final llegó
con membrete de la Comisión de Box y Lucha de Tijuana. Era originario de
Veracruz y vivía en Tepic.
La salida médica es el principal requisito para que un boxeador
profesional reciba el permiso de pelear. No obstante, la CBDF le elaboró
un historial clínico fast track. Para dar una idea de las malas
condiciones en que llegaba baste decir que disputó el título como décimo
clasificado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), y su adversario, Jesús
Galicia, ocupaba el sitio 36 entre los 40 pugilistas clasificados por
esa asociación.
En medio de esa maraña, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel
Mancera, es señalado por el Grupo Prodefensa del Boxeo como responsable
de la muerte del pugilista, ya que el reglamento interno del CBDF
–vigente desde el 4 de noviembre de 1994– establece que el presidente de
esta comisión será propuesto por “la Dirección General de Promoción
Deportiva”, la cual ya no existe, y será nombrado “por el jefe del
Departamento del DF”.
La tragedia
Esteban Martos, auxiliar de los servicios médicos de la CBDF, recibió
al agonizante González en la enfermería del Foro Polanco después de que
el joven fuera noqueado en el décimo asalto.
“El pronóstico era totalmente sombrío. No vislumbré una escapatoria.
El muchacho venía en deplorables condiciones físicas y mentales. No
respondió a nada, ni verbal ni visualmente. Tenía todos los reflejos
abolidos. Le aplicamos la Escala de Glasgow, que sirve para medir la
conciencia de la persona. De una escala del 3 al 15 le di la más baja”,
revela.
González sufrió una hemorragia en el tallo cerebral. “La ambulancia
estaba lista y los paramédicos no tardaron más de cinco minutos. Ordené
que le pusieran una inyección, que le pasaran tantos litros de oxígeno y
directo al hospital”. Por la cercanía y por contar con neurocirujanos
las 24 horas del día, Martos ordenó su traslado a la Cruz Roja de
Polanco.
Empero, el equipo de Canelo Promotions dio la contraorden, asevera.
De tal manera que la ambulancia se dirigió al Hospital Español, en
Polanco. “Todo lo que ordenan los médicos de la CBDF les importa un
cacahuate”, denuncia Martos. “¿Quién dio la contraorden? Ahora se echan
la bolita. El Hospital Español es de primera categoría, pero en la Cruz
Roja hay especialistas para atender este tipo de lesiones a cualquier
hora del día. Y el ejemplo reciente es el peleador Leonardo Corona, a
quien en mayo pasado le salvaron la vida tras ser sometido a una
operación de cráneo.
“Óscar González iba muy dañado, con una severa afectación cerebral.
Mi pronóstico fue sombrío, como sucedió. Con Daniel Aguillón dije que
iba a morir en cinco días y exactamente falleció al quinto día”, refiere
a Proceso el asistente de los servicios médicos de la CBDF.
Después de permanecer 36 horas en terapia intensiva en el Hospital
Español, donde le indujeron el coma, González fue declarado muerto el
lunes 3 a las 13:50 horas. El parte médico oficial, publicado por Canelo
Promotions en su página de internet, indica que el fallecimiento del
pugilista originario de Tlapacoyan, Veracruz, fue derivado de
“traumatismo craneoencefálico severo, hematoma subdural agudo
frontoparietal, lesión isquémica hemisférica izquierda y daño axonal del
tallo cerebral”.
Martos acusa que el sobrepeso que presentó González el 31 de enero,
en vísperas de la pelea, se lo bajaron en unas horas “con todas las
argucias, con diuréticos y hasta laxantes. Después del pesaje lo
hicieron bajar cuatro kilos, lo trajeron corriendo, lo deshidrataron
criminalmente y tuvo más de 30 horas para beber líquidos, pero esos
cuatro kilos se transforman en nueve kilos al momento de subir al ring.
Se vio lento, adormilado y con gran vulnerabilidad, porque no fue tan
golpeado. Lo agotó el rigor de la pelea.
“Con tal de que no se les caiga la pelea y ganar unos cuantos pesos,
los managers y promotores hacen lo que quieren con el muchacho, lejos de
cuidarlo, porque son una fuente importante para generar ganancias.
Literalmente los destruyen como carne de cañón. Me aseguran que un round
antes González ya no quería seguir y que el manager le arengó y lo
echaron a pelear.”
El doctor, quien también integra el Grupo Prodefensa del Boxeo, exige
que se investiguen las salidas médicas. Según Martos, a tal grado llegó
la corrupción en el boxeo del Distrito Federal que hay managers que
ofrecen salidas médicas de cualquier comisión de box. “Aquí mismo hacen
las salidas y falsifican las firmas de los doctores; todo mundo lo sabe.
Ahora han escogido un pueblo llamado Pungarabato, y a cada rato vienen
peleadores de allá.
¿Cuándo habíamos visto peleadores de allá? Resulta
que ahora Pungarabato es la meca del boxeo mexicano. Mientras, en el
CBDF no hay semana que no sean autorizadas peleas irregulares”.
Ya en otras ocasiones El Fantasma González había batallado con la
báscula. Le ocurrió en julio de 2013 en su pleito contra Adrián Young,
cuando se excedió 800 gramos en la categoría pluma. Pese a todo, los
promotores pactaron el combate. Además, el boxeador fue inusualmente
activo: En 2012 disputó cinco peleas, una de ellas con apenas un mes y
cinco días de diferencia. En 2013 se fajó tres veces, con apenas tres
meses de distancia entre cada compromiso.
El otrora púgil Érik Morales, quien durante seis años fue el promotor
de González –hasta que éste firmó con El Canelo Álvarez–, reconoció
durante su visita al hospital, el lunes 3, que El Fantasma fue un
peleador al que “le encantaba batallar bastante con el peso. No se cuidó
mucho en el tema del peso, hasta el final, y eso repercute. No sé qué
hizo ni cómo le hizo. Lo que sé es que ni siquiera marcó el peso y en
sus últimos días de preparación batalló bastante. Tengo entendido que ni
siquiera lo lastimaron de la cabeza, sino en el cuello, y de ahí rebotó
en la cabeza, en el tallo cerebral”.
Durante el programa Pasión de TDN, el especialista en boxeo Eduardo
Camarena realizó el martes 4 un enlace telefónico con el reportero de
Televisa Joaquín Torres, presente en la ceremonia de pesaje, quien desde
hace año y medio cubre el box para el consorcio televisivo. “Siempre
los pesajes son muy raros, pero en éste en particular se presentaron
varias características anormales”.
Torres relató que cuando El Fantasma subió a la báscula “se bajó
luego luego, algo que se estila para que nadie se dé cuenta que no dio
el peso. Lo volvieron a subir y lo que hizo fue poner la mitad o tres
cuartas partes del pie y recargó gran parte de su cuerpo hacia atrás
para no pesar lo suficiente. Aun así autorizaron la pelea”.
Recordó una experiencia similar. “Me tocó cubrir su pelea contra
Giovani Caro en Nayarit. Ahí definitivamente hubo un arreglo entre los
promotores porque no dio el peso contra El Ruso Caro. Así lo subieron
para que pudiera pelear en aquella ocasión”.
Contó que para reponerse
González tuvo que comer y tomar mucho líquido las horas previas. “Se le
veía muy mal, muy estresado. Lo vi más flaco de lo normal y me comentó
que le costaba muchísimo dar el peso, que prefería pelear en otra
categoría, pero que a él se lo imponían para poder pelear”.
La transmisión del pleito fue acompañada con imágenes de la ceremonia
de pesaje. En una de las tomas el comentarista detalla que Luis Medina,
del CMB, hace gráficamente la señal de que el peleador no dio el peso.
De acuerdo con Torres, fueron dos veces las que pidieron al fajador
permanecer en la báscula “y de repente dijeron: ‘Ya eres peso… ¡Bájenlo y
a la foto oficial!’”.
Eduardo Camarena recordó que el jefe de Gobierno del DF es el
responsable de instalar la CBDF, y clamó: “Señor Mancera, si le gusta el
box, ayúdelo. No nada más es irse a tomar la foto con los peleadores”.
Limbo legal
En entrevista con Proceso, el presidente de la Comisión de Box y
Lucha de Tijuana, Juan Carlos Pelayo Sánchez, asegura que para deslindar
responsabilidades sobre la salud y las condiciones de los peleadores
que salen a alguna función “los canalizo al área médica para la
autorización, y si el médico dice ‘sí’, adelante. De otra forma no se
firma la salida médica”.
“Culpables somos todos”, sentencia Pelayo Sánchez, porque en la
actualidad hay una laguna legal: El boxeo profesional no está
reglamentado en la Ley Federal del Deporte, sino en la Ley Federal del
Trabajo.
No existen protocolos para el desempeño de boxeadores, manejadores ni
empresas, expresa. Tampoco hay un padrón único de boxeadores ni
intercambio de información entre comisiones, por lo que pide una ley
reglamentaria que brinde protección al boxeador. “Todo es de facto, de
acuerdo con la práctica, con la relación contractual entre boxeador y
empresas”.
El comisionado dice que Óscar González era su amigo y lo describe
como un atleta íntegro, sano y lúcido que ambicionaba ser campeón del
mundo. Cuenta que en 2013 sostuvo tres peleas que le consiguió Érik
Morales; una de ellas en octubre en Estados Unidos, donde le aplicaron
diversos exámenes médicos y el púgil se dijo contento de haber tenido
buenos resultados.
El doctor Ernesto Franco fue quien a fines de enero le practicó a
González sus últimos exámenes médicos y firmó su salida médica:
“Su
condición era buena, fuerte, saludable, al corriente, sin ninguna
alteración o situación que nos hiciera pensar que tenía problemas.
También se le aplicaron análisis de sangre, orina, VIH, hepatitis,
etcétera, y el examen neurológico para detectar la existencia de alguna
lesión. Salió bien en todo, en buen estado de salud”.
–¿Por qué traía una salida médica de Tijuana y una licencia de boxeador de Guasave? –se le cuestiona.
–Lo desconozco. Nos limitamos a verificar el estado de salud de los
muchachos que salen a boxear a diferentes partes, aunque ninguna
comisión les puede otorgar una salida que no pertenezca a la ciudad de
su licencia.
Por separado, el presidente de la Comisión de Box y Lucha de Tijuana
declara que el boxeador residía en Tijuana y sí tenía licencia de esta
frontera. Dice desconocer por qué presentó una licencia de Sinaloa.
/ 16 de febrero de 2014)
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