Hoy lucen abandonadas las casas que hasta hace
algunas semanas eran propiedad de los líderes locales de “Los Caballeros
Templarios” en Aguililla.
Aguililla, Mich.- Al mismo tiempo que
mantenían bajo un régimen de terror a los habitantes de este municipio,
los jefes de “Los Caballeros Templarios” se relajaban viendo la serie de
televisión “Escobar, El Patrón del Mal”, un teledrama colombiano que
cuenta la vida y obra Pablo Emilio Escobar Gaviria, quien fundó y
dirigió hasta su muerte el cártel de Medellín.
También bebían y disfrutaban de carnes asadas en las casas que ocupaban, una de ellas a unos pasos de la presidencia municipal.
Hoy
lucen abandonadas las casas que hasta hace algunas semanas eran
propiedad de los líderes locales de “Los Caballeros Templarios” en
Aguililla, una de las principales zonas de operación de la organización
criminal.
Uno de los inmuebles es la casa de “El M-10”, gente de
confianza de “El Tena” o “El 0-2”, a quien las autoridades federales
identifican como el jefe de la organización en el municipio.
La
propiedad se encuentra en la calle de Melchor Ocampo, a sólo unas calles
del palacio municipal. A diferencia de las casas aledañas que se ubican
en la misma cuadra, la vivienda no tiene ningún número o algún
distintivo que haga referencia del domicilio.
La entrada principal
se encuentra a un costado de un estacionamiento. Al cruzar el umbral
hay un pequeño recibidor donde se ubica una cantina. En el mismo pasillo
se encuentran dos cuartos; uno de ellos parece haber sido habilitado
como una recámara, mientras que el otro es sala de descanso.
La
casa se encuentra vacía, sin muebles. Sólo se observan algunas botellas
de licor vacías y una copia de la serie de televisión sobre Escobar
Gaviria, que relata la historia del capo traficante de cocaína a quien
las autoridades de Colombia vinculan con el asesinato de unas 10 mil
personas y que logró amasar una fortuna que, según algunas versiones, le
permitió en 1984 ofrecer al gobierno de su país el pago de la deuda
externa, entonces cifrada en 10 mil millones de dólares.
En el
interior del inmueble también hay bolsas de tiendas departamentales y
recibos de luz. En el segundo piso se encuentran tres cuartos; uno de
ellos tiene un balcón amplio que da la calle, así como un jacuzzi que
marca una diferencia de las otras habitaciones.
Los otros dos
cuartos dan al patio trasero que, según el testimonio de los habitantes,
era uno de los lugares preferidos de El M-10. En ese lugar, cuentan
vecinos, convivía y bebía con integrantes del cártel mientras se asaban
carnes y discutían de negocios. El lugar era cuidado por una persona
allegada al M-10, cuyo paradero se desconoce desde hace algunas semanas.
Esta
no era la única propiedad de los jefes de la organización en Aguililla.
En la calle Epitacio Huerta, 418-A, se encuentra otra casa. En la misma
vialidad también se encuentra un inmueble de una persona identificada
como “El Músico”. La casa era también utilizada por la agrupación para
realizar reuniones.
Algunas de estas propiedades fueron adquiridas
con recursos presumiblemente ilícitos, sin embargo, otras les fueron
quitadas a la fuerza a sus antiguos dueños bajo amenazas e
intimidaciones.
Diversos propietarios, aseguran habitantes del
municipio, fueron obligados a ceder las casas o ranchos, y los notarios,
en algunos, casos fueron amenazados de muerte para poner los inmuebles a
nombre de los líderes locales de “Los Caballeros Templarios”.
Una
de las propiedades que presuntamente fue arrebatada a sus propietarios
fue la que utilizaba “El Loco” o “El Lobo”, quien hasta hace algunos
meses era el jefe de “Los Caballeros Templarios” en Aguililla y fue
detenido por las autoridades.
Las posesiones de los integrantes
del crimen organizado en Aguililla se localizan tanto en la cabecera
municipal como en las comunidades y cerros que integran el municipio.
Hoy estas casas se encuentran “bajo resguardo” del grupo de autodefensa que surgió el pasado 26 de junio.
Estas
casas, explican los habitantes, no son las únicas que se encuentran
solas y abandonadas, ya que por toda la localidad se observan domicilios
que en el mejor de los casos fueron desalojados por sus habitantes ante
el incremento de la violencia.
En el peor de los casos, las viviendas se encuentran solas, debido que las familias fueron asesinadas.
Un
ejemplo de ello se presentó hace algunas semanas en la calle Epitacio
Huerta, donde Elías Valencia, integrante de “Los Caballeros Templarios”
fue asesinado, presumiblemente, por los propios integrantes de la
agrupación. En el asesinato también fueron ultimados sus tres hermanos,
su padre, un joven y su cuñado. El supuesto motivo del crimen fue haber
roto los códigos de la organización criminal.
En la fachada aún se
pueden ver los impactos de armas calibre 9.milimertros y de AK-47, que
fueron disparadas el día que se cometieron los asesinatos. En una de las
dos puertas, cuelga un moño negro en recuerdo de las víctimas.
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