El
debate sobre la ley de telecomunicaciones fue una “pantomima”, además
de que, entre otras ligerezas, se abrió a los extranjeros el control de
esta industria vital y se fortaleció la dominancia de Televisa y TV
Azteca. Esta es la opinión del senador Manuel Bartlett en torno a lo que
él mismo califica como una reforma “tramposa”. En entrevista con Proceso
explica por qué: porque los beneficios que deberían obtenerse gracias a
la ley se dejan para una inasible ley secundaria. Y sentencia:
presentar reformas constitucionales sin saber cuál va a ser la
legislación secundaria es un engaño.
Jenaro Villamil
MÉXICO, D.F. (Proceso).-
La madrugada del viernes 19 de abril, cuando se convocó al pleno del
Senado para votar la reforma constitucional en telecomunicaciones y
radiodifusión, el único de los cuatro senadores que votó en contra –y
argumentó en tribuna– fue Manuel Bartlett, exsecretario de Gobernación y
actual coordinador de la bancada del PT en esa cámara.
“Es una
reforma tramposa” porque, advierte Bartlett, sólo combate a uno de los
dos grandes monopolios, el de la telefonía, mientras que “las
televisoras no tienen los criterios necesarios para ser declaradas
dominantes”.
“Es realmente un engaño”, dice en entrevista con Proceso
quien también fuera gobernador de Puebla. Los beneficios que deberían
obtenerse gracias a la ley, explica, se dejan para una inasible ley
secundaria.
“Pésima actitud, perversa, de presentar reformas
constitucionales sin saber cuál va a ser la legislación secundaria. La
técnica jurídica, política que se seguía antes era: ‘Vamos a hacer una
reforma constitucional que tiene necesidad de una importante ley
secundaria’. Aquí es un galimatías que se aprueba, como hoy estamos
viendo”, denuncia.
A casi tres meses de esa sesión en la madrugada
–que se desahogó sin debate en tribuna y con escasa cobertura de los
medios–, Manuel Bartlett reitera que desde el proceso de dictaminación
se violó el reglamento del Congreso y se evitó cualquier posibilidad de
discutir asuntos importantes, como fue abrir 100 por ciento de las
telecomunicaciones a la inversión extranjera y 49 por ciento en
televisión y radio.
Bartlett relata que, a las 11:30 de la noche
del jueves 18 de abril, los integrantes de las cuatro comisiones
dictaminadoras terminaron de sesionar, pero sólo entregaron a algunos
senadores el paquete de casi 400 hojas que contenía el dictamen.
“El
reglamento dice que todos los senadores deben tener el dictamen. Ahí se
violó un aspecto sustancial. La mayoría desconocía lo que se iba a
votar minutos después”, indica.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1911, ya en circulación)
/ 15 de junio de 2013)
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