Cartas al
Director / Dossier Politico
Buen día, Alejandro:
Por segunda ocasión,
me veo en la necesidad de dirigirte una misiva abierta, dado que no has tenido
el valor civil, ni la calidad moral, para escuchar de viva voz todas las
irregularidades que te quiero señalar a raíz del abuso policiaco del que fui
objeto en Noviembre del año pasado. En esta ocasión, quiero pedirte que te
serenes ya que empiezan a preocuparme la serie de atropellos de los que fui
objeto esta semana, mismos que he denunciado oportunamente a través de los
medios de comunicación.
Primero me quitas el
carro, después mandas a tus muchachitos a que me saquearan la casa, lo cual les
ha tomado, hasta el momento, llevar a cabo tres intervenciones en el transcurso
de esta semana, pero no han logrado, todavía, llevarse la joya de la corona, el
mini Split. Aunque, reforcé la puerta trasera de mi casa con una cadena, decidí
facilitarles el trabajo, en caso de que puedan entrar, y ya pueden llevarse
todo el equipo completo sin necesidad de tumbarme la pared. Sabes bien que no
son bienvenidos, pero creo que eso a Ustedes no les importa mucho.
Pero te decía que me
urge que te serenes, porque si no, la siguiente acción, por lo que se ve, es
atentar contra mi integridad física. Si haces una valoración serena de los
últimos acontecimientos, deberías concluir que el que debiera estar enojado soy
yo, dado que tú vas ganando de todas todas. Tienes a tus pies a la Dirección de
Asuntos Internos y a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Te reafirmo que no
te guardo ningún rencor y que disfruto mucho este regalo que me brindó la
naturaleza, el estar vivo. Las cosas materiales son para mí eso, cosas
materiales, y si bien me proporcionan ciertas comodidades no las considero
indispensables. Te cuento que provengo de una familia numerosa, fuimos 15
hermanos, de los cuales aún vivimos 13. Nacimos bajo un techo de tierra
sustentado en unas latas de carrizo enjarradas con barro, así que lo que aún
conservo representa para mí una verdadera riqueza si lo comparo con aquellos
años de mi niñez. Por lo mismo, estoy acostumbrado a las adversidades. Sin
embargo, tuve la oportunidad de hacer una carrera universitaria, soy químico
biólogo aunque le incomode a tu protegido, el que dice ser médico, Jesús
Armando Aguilar Ibarra, y actualmente estoy cursando mi segunda maestría, misma
que me dará la oportunidad de viajar a Argentina en fecha próxima.
Te cuento todo lo
anterior con el fin de proponerte un trato, similar al que les propuso el
Diario de Ciudad Juárez a los narcos de aquellos rumbos. Dime que hago, para
evitar que me sigas agrediendo. Si te gustó mi carro, te lo regalo. Si quieres
desmantelar mi casa, adelante, pero por favor, no te atrevas a atentar contra
mi integridad física. Si te serenas, quizá hasta podamos tomarnos una taza de
café. Hoy, por ejemplo, fui a terapia y créeme que se hacen maravillas cuando
puedes desahogarte y darle sentido a la vida para poder disfrutarla. Salud y
está la invitación abierta para cuando quieras conversar conmigo,
Un saludo
cordial
Isabel
Dorado Auz
(DOSSIER
POLITICO/ Cartas al Director / 2013-06-22)
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