“Cuando salí, lo único que vi fue al asaltante tirado y marqué al 060”, narra un empleado de la tienda donde ocurrió el tiroteo.
México • Desde hace más de 20 años, en la
tienda de artículos de caza y campo ubicada en el 134 de avenida
Revolución no se había registrado ningún asalto; pero el 14 de junio, a
las 5:30 de la tarde, la racha se rompió: un intento de asalto derivó en
una balacera y dejó un muerto: el ladrón.
Esa tarde lluviosa, unas 10 personas estaban dentro de la tienda
donde se venden uniformes, tiendas de campaña, navajas, zapatos de
campismo, rifles y cartuchos. Incluso había niños eligiendo junto a los
adultos el regalo del Día del Padre. Y de pronto, llegó el primer
balazo como un golpe seco.
“Fueron detonaciones seguidas. Fueron dos primero y luego cinco
rápidos. Salí y lo único que vi fue al asaltante tirado y marqué al
060”, relató Luis, trabajador de la tienda, quien se encontraba en el
segundo piso.
Todos, empleados y clientes, se tiraron al suelo. No sabían qué
pasaba. Es más, se terminó la balacera y apenas se dieron cuenta de que
uno de ellos, Juan Mario López (cuya identidad se modificó por razones
de seguridad) se había convertido en el protagonista de la historia.
Minutos antes, Juan había preguntado por una funda para su pistola
calibre .45. No la encontró. Al salir, se dirigió hacia su automóvil BMW
que había dejado en el estacionamiento de la tienda, pero cuando se
acercó a la puerta, llegó la sorpresa: un asaltante, acompañado por
otros tres, le exigió su reloj Cartier y el carro.
Según versiones de testigos, al cliente le dispararon; resultó herido
en el hombro izquierdo. Pero el asaltante —un adulto de 35 años, quien
portaba collares de colores y tenía tatuados un Cristo y un San Judas
Tadeo en el pecho— no esperaba que su potencial víctima se hiciera
verdugo.
Juan le disparó en cinco ocasiones y lo hirió de muerte. El asaltante
cayó boca abajo sobre la banqueta. Sus compañeros huyeron. La escena
quedó videograbada por las cámaras de seguridad pública ubicadas frente a
la tienda y también por el circuito cerrado del establecimiento.
Fue cuestión de minutos. Luis apenas alcanzó a ver la escena del
crimen antes de que los peritos y paramédicos terminaran su trabajo y
vio cuando Juan, el cliente, fue llevado al hospital Ángeles Mocel donde
se encuentra hospitalizado y aún no ha rendido su declaración.
Pero si el asalto fue raro en la tienda, en la zona no es algo
extraño. La delegación Miguel Hidalgo, donde se ubica la colonia
Escandón, ocupa el tercer lugar en incidencia delictiva en la Ciudad de
México, según el reporte de mayo de la Procuraduría capitalina.
Quizá por eso, vecinos de la tienda —como Raúl Ávila, quien lleva más
de 25 años viviendo en la zona— respaldaron la acción de Juan: “Es como
dicen: de que lloren en mi casa a que lloren en la tuya, que lloren en
la tuya”.
En tanto, la Procuraduría capitalina continúa con las
investigaciones, para lo que solicitó los videos de las cámaras de
seguridad del C-2 y analizar las imágenes del incidente.
La averiguación previa que inició el Ministerio público fue por robo a transeúnte y homicidio por arma de fuego, por lo que esperan tomar la declaración del automovilista y definir su situación de víctima o presunto responsable.
El Instituto de Ciencias Forenses ya practicó la necropsia al cadáver
del presunto delincuente que se encuentra en calidad de desconocido.
Por lo que hace a los cómplices, indaga su filiación a fin de
capturarlos.
(MILENIO/Adriana Esthela Flores y Leticia Fernández/
16 Junio 2013 - 12:08am)
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