La
desaparición de un grupo de 11 jóvenes a la salida de un antro del corazón de
la capital está llena de interrogantes y podría acabar con el mito de que el DF
es una isla de seguridad
Icela Lagunas
Tras las denuncias
de los familiares, las primeras pesquisas apuntan a “La Unión” y otros grupos
de Tepito dedicados al tráfico de drogas en la Zona Rosa
Los padres exigen al
gobierno de Miguel Ángel Mancera Espinosa una explicación o seguirán
manifestándose
Entre los
desaparecidos, hay un menor, seis hombres y cuatro mujeres, algunos formaban
matrimonio
En un país con 26
mil desaparecidos, nunca había ocurrido un caso de tal magnitud en el Distrito
Federal.
Por eso, para no
encender la alarma, las autoridades del DF manejan con suma discreción el
hallazgo de varios cadáveres abandonados en diversos municipios del Estado de
México. No están identificados aún, pero podrían ser algunos de los jóvenes de
Tepito “levantados” en el antro After Heaven de la Zona Rosa el domingo por la
madrugada.
Hasta tener la
certeza de las identidades de los cuerpos, las Procuradurías de Justicia de
ambas entidades no darán a conocer un informe.
Mientras los padres
de familia, hermanos, tíos y amigos del grupo de jóvenes supuestamente
secuestrados solo conocen la versión de que un comando en el interior del bar
Heaven los levantó y siguen
manifestándose en las calles.
Exigen al gobierno
de Miguel Ángel Mancera una explicación de lo que ocurrió, lo que, hasta el
cierre de esta edición, sigue siendo un misterio.
El hecho no es menor
pues no existen antecedentes de un “levantón” simultáneo y de tantos jóvenes al
mismo tiempo. No en el Distrito Federal donde Mancera Espinosa, desde que era
procurador de justicia capitalino, se empeñó a dibujar a la capital como un
territorio aislado de este tipo de acciones comunes de la delincuencia
organizada. No en uno de los corazones turísticos de la capital, la Zona Rosa,
plagada de antros ilegales.
Son llamados “after
hours” con apariencia de restaurantes y
loncherías durante el día.
Para nadie era un
secreto que en el After Heaven, registrado por las autoridades de la delegación
Cuauhtémoc como “Mama Grande”, se vendía cocaína entre los clientes. En ese
local, que los fines de semana se llenaba a tope, era común encontrar a jóvenes
del barrio de Tepito, uno de los más violentos de la capital, sus principales
clientes.
“Los ‘chakas’ de
Tepito no faltaban cada ocho días”, dice un acomodador de vehículos de la calle
de Lancaster, donde se ubica el After, en referencia a la comunidad oriunda del
barrio bravo.
Y, como ocurre
después de toda tragedia y ante la presión de los familiares, las autoridades
de la delegación Cuauhtémoc efectuaron una verificación del establecimiento.
La Procuraduría de
Justicia aseguró el antro para un cateo y convencer a los propietarios para que
entreguen el video captado por sus cámaras.
Desde hace tres
años, las autoridades delegacionales y de la PGJDF tienen informes sobre los
integrantes de un grupo delictivo denominado “La Unión”, que está involucrados
con la distribución de drogas en las discotecas y bares de la capital.
En octubre de 2010,
salieron a la luz pública tras el crimen de seis jóvenes en el Barrio de
Tepito. El único sobreviviente de aquella matanza lo declaró ante las
autoridades sin tapujos: detrás de la violencia, extorsiones y levantones está
una banda de la delincuencia organizada que se hace llamar “La U” de La Unión.
Pero la PGJDF desestimó este testimonio y le bajó el perfil a los integrantes
de “La U” bajo el argumento de que se trata de simples narcomenudistas.
Es en la Zona Rosa
donde tienen su asentamiento, dado el control de la venta de droga que ejercen
en los establecimientos con la autorización, o sin ella, de los propietarios.
Los integrantes de “La U” fueron los protagonistas de la balacera que se
registró durante la madrugada en el interior de Plaza del Ángel, también en la
Zona Rosa.
En aquella ocasión,
julio de 2012, los integrantes de “La Unión”, que defendían la plaza,
protagonizaron una balacera en la que dos hombres quedaron heridos por arma de
fuego.
En el lugar se
encontraron armas y chalecos antibalas como los que usan las corporaciones
policiacas. Otra vez, la PGJDF minimizó los hechos. Pero lo que ocurre dentro
de los antros muchas veces se queda ahí, entre cuatro paredes. Como una verdad
pública para los clientes, trabajadores y propietarios.
Estos últimos pocas
veces se atreven a denunciar abiertamente porque los delincuentes los reconocen
y serían los primeros en pagar las consecuencias.
Ahora que los
levantones de Tepito fueron denunciados por familiares, las primeras pesquisas
reabren la línea del narcotráfico que apunta a “La Unión” y otros grupos del
barrio que pudieran dedicarse al tráfico de droga, armas y piratería que inunda
ese punto del Distrito Federal.
EL MÁS JOVEN
No era la primera
vez que Jerzy Esli Ortiz Ponce salía por la noche y madrugada a un after hours,
pese a tener escasos 16 años.
El menor, quien
trabaja en Tepito ayudando a sus abuelos en los puestos de comida y de ropa que
tienen en el barrio, avisó a su madre, Leticia Ponce, que saldría con su amigo
Said García, que también está en la lista desaparecidos del Centro de Atención
a Personas Extraviadas y Ausentes (Capea) de la PGJDF.
Su madre, su tía
Eugenia y su prima Penélope son de las más activas entre el grupo que bloqueó
el Eje 1 Norte y Jesús Carranza para exigir a las autoridades una respuesta
concreta.
Aseguran que, pese a
la presión, las autoridades de la Procuraduría de Justicia los canalizaron
hacia personal de la Fuerza antisecuestros, que simplemente les pidieron
esperar a que avancen las investigaciones.
Jerzy, asegura su
tía, no tiene en su pasado un historial delictivo que hable de enfrentamientos
con la autoridad o de cuentas pagadas o por pagar con la justicia. Lo mismo
dicen de Said, el amigo con el que salió esa noche, quien aseguran estudia y que
ayuda a su abuelita a atender una fonda de comida económica en el mismo barrio.
Jerzy y Said se
conocen desde pequeños pues sus madres comparten una añeja amistad. Juntos
salen con sus respectivas novias y las llevan al cine. Pero del resto de los
desaparecidos no saben su historial ni tampoco corroboran si algunos de ellos
tienen antecedentes penales por delitos contra la salud y robo, lo más común en
el barrio.
Entre los nombres
que aparecen en la lista de desaparecidos están los hermanos Aarón y Josúe
Piedra Moreno, Alan Omar Athiencia Barranco, Eulogio Fonseca Arreola, Rafael
Rojas Marín, Jennifer Robles, Guadalupe Morales Vargas y Gabriela Téllez
Zamudio.
De no resolverse
pronto, los familiares aseguran que continuarán con sus protestas en el
Distrito Federal.
Los “levantones” de
Tepito salen a la luz pública justo cuando el presidente de la República,
Enrique Peña Nieto, hace un llamado a las Procuradurías de Justicia y sus
titulares a garantizar la justicia pronta y expedita para sus ciudadanos.
Durante la Conferencia
Nacional de Procuradores de Justicia, a la que acudió Peña, el procurador
capitalino, Rodolfo Ríos Garza, salió a declarar cuán rápida y expedita es la
justicia en el caso Tepito: “No tenemos ningún indicio”, dijo. La Procuraduría
General de la República (PGR) ya cruza información y nombre de los supuestos
desaparecidos con la capitalina.
(REPORTE
ÍNDIGO/ ICELA LAGUNAS / Viernes 31 de mayo de 2013)
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