El Universal
HERMOSILLO, Son.- En
esta casa, la pelota y el bate de béisbol han vuelto a cobrar vida. Esos
juguetes aguardaron casi cuatro años en un rincón como en espera a que su dueño
los tomara nuevamente por sorpresa. Pero eso ya no pudo ser porque desde el 5
de junio de 2009, Carlos Alán, quien jugaba con ellos, murió en el incendio de
la guardería ABC, cuando tenía 2 años y 10 meses de edad.
Hace unos días unas
manitas volvieron a tocarlos. El 14 de febrero de este año nació el hermano de
Carlos Alan. Un nuevo integrante en la familia Santos. “Carlos Alan fue de los
primeros 14 niños que fallecieron en la guardería a los 10 minutos de que
inició el incendio. Al siguiente día lo incineramos, el domingo nos dieron las
cenizas y el lunes comenzamos a planear a este bebé para tratar de mantener una
nueva ilusión”, cuenta su papá, Luis Carlos Santos.
Él quiso que este
bebé llevara el nombre de su primer hijo varón, Carlos Alán Primero. “Pero
nadie quiso y por eso se llama Luis Carlos… es mi ilusión, mi niño, yo lo voy a
tratar igual, y voy a tratar de que sea el mismo que era Carlos Alán cuando
tenía 2 años y 10 meses”.
Luis Carlos Santos
asegura que para afrontar la pérdida de su hijo, él, su esposa y sus dos hijas
de 12 y 10 años de edad, se mantienen ocupados. Las niñas, además de estudiar,
practican gimnasia artística y música. La mayor representará a su estado en una
competencia regional en próximos días.
“Tengo la
especialidad en ingeniería electrónica y los primeros seis meses (después de la
muerte de mi hijo) no hice nada… ahora estoy dando clases y haciendo la maestría
en el Instituto Tecnológico de Hermosillo”, dice.
“Tenemos que ser
perseverantes y fuertes. Lo que me pasó a mi me quitó los miedos y aquí estoy
al pie del cañón en búsqueda de justicia. No voy a cansarme hasta que vea a los
responsables en la cárcel. Aquí, en la tierra, tienen que pagar. Mi hijo no
puede quedar en el olvido y en los recuerdos, tiene que haber justicia”.
José Francisco
García es papá de Andrés Alonso otro niño que murió en la tragedia de la
guardería. Desde su pérdida, él y su esposa Patricia, han dedicado su vida a la
creación y al trabajo del Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio. José
Francisco dejó su empleo para poder asumir su nuevo rol como activista.
“Ha sido difícil. He
tenido que viajar para tener reuniones y promover la Ley 5 de Junio… este año,
a pesar de que es una fecha complicada, tuve que dejar a mi esposa el 10 de
mayo porque estuve fuera de la ciudad… no sólo sufrimos la muerte de nuestro
hijo, también se rompieron muchos proyectos, yo laboraba en una planta de
alimentos y todo se ha truncado”.
José Francisco y los
integrantes del Movimiento Ciudadano 5 de Junio promovieron la Ley General de
Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral
Infantil. La Ley se aprobó, se emitió su reglamento y entró en vigor; ahora
vigilarán que se aplique en todo el país. También han hecho gestiones para que
este caso se ventile ante órganos internacionales como la Comisión
Interamericana de los Derechos Humanos y la Organización de las Naciones Unidas
(ONU).
Su hijo, Andrés
Alonso, decía que todo ocurría poco a poco. “Y así es, todo va a suceder poco a
poco, pero llegaremos hasta que los responsables estén en la cárcel y que no se
repita una tragedia de este tipo en el país”, dice Patricia.
El agua en los ojos
—como les decía El Plíncipe a las lágrimas— que han tenido José y Patricia por
la muerte de su hijo tienen una lucha por delante y ahora una nueva ilusión.
Patricia tiene un embarazo de seis meses. “La noticia nos sorprendió porque no
estaba planeado, pero estamos felices”. Aún no saben cuál será su nombre.
(DOSSIER POLITICO/ El Universal/ 2013-06-04)
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