Martín Orquiz
Tuvieron que pasar
más de cuatro años y medio para que Cindy Chávez confirmara lo que, en su
interior, siempre supo que era verdad.
Durante todo ese
tiempo cargó con los remordimientos que le generaron las acusaciones que en su
contra hizo personal del Seguro Social en relación a que su hijo, Mario Alberto
–o Mariecín como era llamado de cariño–, había fallecido a consecuencia de una
neumonía que se agravó debido al descuido de sus padres.
Ayer supo lo que
ocurrió: el menor murió asfixiado por la arena que tragó al caer en un arenero
de la Guardería número 2 del IMSS, de Niños Héroes y Panamá, cuando tenía dos
años y medio, un 30 de octubre del 2008.
Con el dictamen de
una segunda autopsia, practicada en el 2010 después de exhumar el cuerpo de Mariecín,
médicos forenses establecieron que presentaba ese material en las vías
respiratorias. El juez Segundo de lo Civil consideró válido el dictamen para
fallar a favor de la familia del menor.
Aunque la
determinación jurídica les quitó un gran peso de encima, Cindy Chávez y su
esposo Mario Alberto Gaytán tendrán que esperar que los representantes del IMSS
ejerzan su derecho a una apelación, la que al parecer ya fue hecha, dijeron
fuentes del interior de esa institución.
Personal del área de
Comunicación Social del Seguro sólo dijo que no habría comentarios sobre el
caso porque el litigio continúa.
Mientras, sentada en
la sala de su casa, Cindy llora al recordar cuando recibió una llamada a las 10
de la mañana del fatídico día del 2008. En su trabajo le avisaron que tenía que
presentarse en una clínica particular, a donde habían llevado a Mario Alberto.
Le dijeron que había sufrido un “accidente” al caerse en un arenero.
Cuando llegó estaba
gran parte del personal de la guardería. La directora le disparó sin
consideración una frase que laceró su existencia: “Su hijo ha fallecido”.
Luego, durante el
duelo, tanto ella como su esposo Mario Alberto, fueron notificados del
resultado de la autopsia, que estableció que había muerto a consecuencia de una
neumonía que tenía de tres a cinco días de desarrollo.
Cindy se sorprendió
pues horas antes de que Mariecin perdiera la vida lo entregó sano, contento y
vivaz.
“En la guardería no
los recibían enfermos, ni siquiera con mocos, ¿cómo iba a tener días enfermo de
neumonía sin que yo me diera cuenta?”, reclamó.
Insatisfechos con el
resultado de la autopsia, emprendieron una demanda civil en contra del IMSS por
negligencia.
Durante el principio
del litigio, recordó, ella y su esposo fueron objeto de ataques por los
representantes del Seguro, quienes los señalaron a través de los medios de
comunicación como irresponsables y de provocar el fallecimiento del niño.
Por eso, ahora que
la autoridad falló a su favor, Cindy se siente satisfecha, pero a la vez
experimenta coraje por todo lo que pasó, por las acusaciones del IMSS contra su
familia para “tapar” el descuido que le costó la vida al pequeño.
“Me hicieron sentir
culpable, la verdad me alegro de haber ganado porque nos dijeron que éramos
padres negligentes, pero eso es mentira”, dijo.
Mientras Cindy
platica, su hijo Jared de 4 años –quien nació un mes y medio después de la
muerte de Mariecin-, se mueve alrededor inquieto y fijándose en los extraños
sentados en la sala de su hogar.
Mayte, su hermana de
11 meses de nacida, balbucea desde la recámara contigua.
“Aunque estoy más
tranquila, ahora somos muy sobreprotectores con ellos; cuando dejo al niño en
el kinder tengo que volver en el recreo a ver cómo está”, indicó.
El carácter inquieto
de Pared hace que su preocupación se multiplique porque “es tremendo”. Al
escuchar lo que dijo su madre, el niño sonríe y muestra una gran cortada que le
atraviesa la palma derecha.
“Me caí con un
jugo”, suelta, con una inmensa sonrisa.
Hasta ahora, Cindy
ha perdido varios trabajos debido a la intranquilidad al estar lejos de sus
hijos. Siempre está esperando una llamada a través de la cual le digan que
alguno está mal.
Al principio, su
marido se la pasaba llorando y terminó por aislarse de sus amistades y
parientes, pero con la ilusión de los nuevos integrantes de su familia y el
apoyo mutuo ambos están sobrellevando lo que ocurrió.
“Me libera mucho (el
fallo a su favor), me hace sentir tranquila, pero a la vez tengo miedo del
IMSS, no quiero ni acercarme a sus instalaciones, siento que me tienen
enfocada, tengo miedo que tomen represalias en mi contra”.
Aunque el proceso
todavía no termina de forma definitiva, indicó que si reciben alguna
compensación monetaria la dedicarán a la educación de sus hijos, a lo que no
pudieron darles debido al dolor que los ha mantenido casi paralizados desde que
Mariecin perdió la vida.
El abogado de la
familia, Mario Iván García González, explicó que el Juez Segundo de lo Civil
falló a favor de sus clientes, obligando al IMSS a hacer un pago por daño moral
y por reparación del daño a la familia del niño fallecido.
Agregó que el órgano
de salud del Gobierno federal tiene derecho a apelar en una segunda instancia
la decisión del juez, pero se mostró confiado de que la determinación judicial
sea en el mismo sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario