El Universal
Apatzingán— En la
colonia Florida, ubicada en un extremo de Apatzingán, Michoacán, la extorsión
llega a domicilio. Los presuntos criminales pasan a las casas, tocan la puerta
y piden hablar con el jefe de familia o los dueños de la vivienda y le exponen:
“Mire, nosotros tenemos necesidades y usted también. Justo es que nos ayudemos
y nos cuidemos. Por eso, si no quiere ver perjudicado su patrimonio y su
familia me va a entregar mil o 2 mil pesos al mes para cuidarlo y que nada le
pase”.
La pedrada es según
el sapo. Si la casa tiene buenos y hermosos acabados en el exterior, es una
cantidad, si es grande, es otra; si hay uno o dos o más coches, crece la tarifa
y también depende del modelo de éstos. “Todo cuesta. Todos nos están jodiendo”,
dicen los vecinos de este fraccionamiento de clase media que, paradójicamente,
reconocen que desde que pagan cuota, no ha habido asaltos a casa habitación, ni
robo de automóviles en la zona.
En México, de
acuerdo al Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI), sólo
22 por ciento de las extorsiones son denunciadas, de estas, únicamente 3 por
ciento llega a un juzgado.
Quien no denuncia
aduce que “es una pérdida de tiempo”, “los trámites son largos y difíciles” y
tienen “desconfianza en la autoridad”, de acuerdo con el estudio.
La inseguridad en la
que están atrapados los ciudadanos de Apatzingán y la región de Tierra
Caliente, en Michoacán, ha llevado a la violencia generalizada, la corrupción y
la extorsión cubierta por la impunidad, acota el dueño de un periódico local.
Al edil de Buena
Vista Tomatlán, Luis Torres Chávez, no se le ha visto en su alcaldía desde
noviembre del año pasado. Él y su cuerpo de 32 policías echados del municipio y
amenazados de muerte.
Algo similar le
ocurre al joven alcalde de Tepalcatepec, Guillermo Valencia. También los ediles
de Uruapan hasta Coalcomán, pasando por Nueva Italia y Aguililla, son víctimas
de extorsión a otros niveles.
Cada mes o bien cada
que el gobierno federal deposita a través de cuentas de la administración estatal
recursos para los municipios, personeros de los grupos delictivos (en su
mayoría jóvenes mujeres atractivas) llegan a cobrar la “cooperación”.
Además, a los
funcionarios públicos municipales les “cobran” también una cuota de sus
salarios.
Desde hace un mes,
en Apatzingán, Buena Vista Tomatlán, Aguililla, Coalcomán, Chinicuila y
Coahuayana no entran los camiones del gas, de refresco (Coca-Cola, Pepsi) y
cancelaron la distribución de maíz, tortilla y carne de res y periódicos
regionales. Esta semana fueron incendiados dos negocios de aguacates.
El 4 de abril fue
subido a la red de YouTube un video bajo el título “Mensaje desesperado de
presidentes municipales michoacanos”(“http://www.youtube.com/watch?v=TSh69XVmneg”),
en donde un hombre cubierto de la cara con un trapo negro, vestido de traje del
mismo color y una camisa blanca, lee durante cuatro minutos con 50 segundos
varias hojas, con las que describe exactamente las extorsiones a las que son
expuestos los munícipes.
Acusa a Los
Caballeros Templarios, sus cabecillas Servando Gómez La Tuta y Guillermo
Plancarte, así como a Nazario Moreno El Chayo, a quien el gobierno federal
anterior dio por muerto, y a varios ex presidentes municipales y alcaldes en
funciones, de estar detrás de las extorsiones, atrocidades y crímenes que se
viven día a día en la entidad.
(EL DIARIO DE JUAREZ/ Dalia Martínez/El Universal/ 28
de Abril 2013)
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