BERNARD CONDON y
MATTHEW CRAFT
NUEVA YORK (AP) —
Durante unos cuantos minutos, en un hecho que pareció surrealista, una docena
de palabras en Twitter hizo que el mercado bursátil más poderoso del mundo se
tambaleara.
Tan pronto como los
ciberpiratas enviaron un tuit, tras irrumpir en la cuenta de The Associated
Press, para reportar falsamente que habían ocurrido explosiones en la Casa
Blanca el martes, los inversionistas comenzaron a deshacerse de sus acciones.
En total, vendieron 134,000 millones de dólares en su reacción frenética.
Ello daría la
impresión no sólo de que algunos inversionistas son demasiado crédulos, sino de
que pueden vender títulos con una rapidez asombrosa.
La realidad es que
buena parte de esos inversores no eran humanos. Se trató de computadoras que
vendieron en una suerte de piloto automático, más allá del control de las
personas, como en una escena de una película que combinaba el terror con la
ciencia ficción.
“Antes de que
pudieras parpadear, todo estaba consumado”, dijo Joe Saluzzi, cofundador de la
firma Themis Trading y crítico vehemente de las operaciones que se realizan a
alta velocidad mediante computadoras. “Con la gente, no podrías tener este tipo
de reacción”.
Durante décadas, las
computadoras han analizado datos y noticias para ayudar a que los fondos de
inversiones decidan cuándo comprar o vender títulos. Pero ésa es la vieja
escuela. Ahora, los programas “algorítmicos” de transacciones indagan en datos,
noticias o incluso tuits, y ejecutan operaciones por sí mismos, en fracciones
de segundo y sin la interferencia de los lentos humanos. Más de la mitad del
comercio bursátil se realiza diariamente de esta forma.
Los mercados se
recuperaron rápidamente después de la caída del martes. Pero el incidente
estremeció a los corredores y puso de manifiesto el peligro de ceder el control
a las máquinas.
“Es fácil sembrar un
rumor falso en la situación actual de las máquinas”, consideró Irene Aldridge,
consultora de fondos de riesgo sobre programas algorítmicos, quien imparte
clases de transacciones computarizadas en la Universidad de Nueva York.
Aldridge advirtió que la mayoría de los programas de transacciones que leen
noticias sólo cuentan el número de palabras consideradas positivas y negativas,
sin filtro alguno.
Los reguladores se
han quejado de que estos programas de transacciones les dificultan garantizar
que los mercados no salten o caigan por información errónea.
Hay todavía un velo
de misterio sobre los detalles de lo ocurrido el martes.
Algunos expertos
dicen que las computadoras reaccionaron ante la pausa que se tomaron los
humanos en las compras de títulos para digerir el tuit falso. En el mundo de
transacciones enloquecidas en Wall Street, una pausa de los humanos, aunque sea
de un segundo, habría advertido a las computadoras que las compras se habían
frenado y que los precios estaban por caer. Así, las computadoras debían
lanzarse a vender acciones con rapidez.
Otros, como Saluzzi,
consideran que las computadoras dieron por cierta la información del tuit. Ello
es posible, porque los creadores de los programas de transacciones buscan cada
vez más que éstos lean noticias y otra información, incluida la difundida en
Twitter, y reaccionen ante ello.
Ron Brown, jefe de
Elektron Analytics, una unidad de Thomson-Reuters que vende cúmulos de noticias
legibles para las computadoras, dijo que tan sólo las palabras “explosiones” u
“Obama” difícilmente hubieran desencadenado las ventas. Pero al añadir “Casa
Blanca”, cualquier computadora habría reaccionado.
Brown dijo que su
servicio no incluye Twitter en sus fuentes de noticias porque hay demasiado
“ruido” inútil en el aluvión de mensajes. Además, ante la limitante de 140
caracteres por cada tuit, se suele carecer de contexto para interpretar la
información.
Antes de que el tuit
con información falsa apareciera el martes, la sesión lucía bastante normal en
Wall Street. Reportes inesperadamente sólidos de ganancias por parte de Netflix
y DuPont provocaron un alza de 1% en el Standard & Poor’s de 500 acciones,
el cual se ubicó en 1.578 puntos. Faltaban tres horas de la jornada bursátil.
Pero a la 1:08 de la
tarde (1700 GMT), un tuit apareció en la cuenta de AP, de la que habían tomado
control los ciberpiratas. El mensaje señaló que dos explosiones en la Casa Blanca
habían lesionado al presidente Barack Obama. Inmediatamente, las acciones
comenzaron a caer, y siguieron haciéndolo por un par de minutos.
La AP anunció
rápidamente que su cuenta había sido “secuestrada” y que la información era
falsa. Los precios comenzaron a subir de nuevo.
Un grupo denominado
Ejército Electrónico Sirio se dijo responsable por la irrupción en la cuenta.
Su afirmación no se ha corroborado. El FBI ha abierto una investigación sobre
lo ocurrido, dijo su vocera Jenny Shearer.
Independientemente
del responsable, el daño fue tremendo. El Dow Jones perdió 143 puntos, el 1%,
en apenas dos minutos. Durante la oleada frenética de ventas, cayeron los
precios del petróleo. Asimismo, subió el oro, se incrementó el dólar y el
precio de los bonos del Tesoro, considerados por muchos inversores un refugio
en situaciones de tensión. En consecuencia, los rendimientos de los bonos
cayeron momentáneamente a su nivel más bajo del año.
Algunos
profesionales de Wall Street se mostraron sorprendidos de que un solo tuit
pudiera mover tanto a los mercados.
Julian Bridgen,
socio administrativo de la consultoría Macro Intelligence 2 Partners, dijo que
el desplome dio cuenta de un ambiente “inestable” en las transacciones,
dominado por inversionistas dispuestos a comprar o vender rápido sin mucha
reflexión de por medio.
“Para mí, esto es
indicador de un mercado muy peligroso”, advirtió.
Aunque las acciones
se recuperaron posteriormente, los inversionistas han estado en vilo
recientemente.
Tanto el S&P 500
como el promedio industrial Dow Jones cayeron 2% la semana pasada, su mayor
decremento semanal en cinco meses. Los inversionistas reaccionaron al lento
crecimiento económico en China, a la baja en los precios de las materias primas
y a una serie de reportes financieros mixtos de las grandes empresas
estadounidenses. Una medida sobre los probables movimientos futuros en el
mercado bursátil, conocida como índice del temor o VIX, saltó 40% en un momento
de la semana anterior.
Los atentados en el
Maratón de Boston se sumaron a los temores.
“La gente busca una
razón para vender, y (el martes) llegó en forma de un tuit falso”, dijo Adam
Sussman, jefe de investigación en la firma Tabb Group. “Desde luego, una vez
que se percataron de que era falso, volvieron a comprar o suspendieron las
ventas”.
Pero Sussman
considera que los seres humanos desempeñaron sólo un papel menor en la caída de
las acciones. Dijo que la mayoría de los inversores profesionales tiene
demasiado conocimiento como para lanzarse a vender por un tuit.
(EL MEXICANO/ AP/ 27 de Abril 2013)
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