jueves, 7 de marzo de 2013

PUGNA DE CELULAS EN MEXICALI

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Buscados en Baja California, Gonzalo Inzunza Inzunza “El Macho Prieto” y Cenobio Flores Pacho “El Checo” operan el trasiego de la droga sinaloense por Mexicali, desde Sonora y Nayarit. Con los cabecillas ausentes, las células con más poder económico se disputan el territorio criminal, y sostienen una pugna con grupos de policías corruptos dedicados al robo y venta de droga
 
Las estructuras criminales del Cártel de Sinaloa en Mexicali, están enfrentadas. De ahí el incremento en la inseguridad y las ejecuciones en semanas recientes. Las células que traen la pugna: Los Chentes, Los Zavala, Los Gilillos y Los Garibay.

Los criminales sectorizados están bajo la tutela delincuencial de los representantes del cártel de Joaquín “El Chapo” Guzmán en la capital bajacaliforniana, los compadres Gonzalo Inzunza Inzunza “El Macho Prieto”, y Luis Fernando Castro Villa y/o Cenobio Flores Pacho “El Checo”.
Tras su pista, áreas de inteligencia estatales han integrado una línea de tiempo sobre la presencia y delitos de los mafiosos. Y cómo se han trasladado de un lugar a otro:
“El Macho”. Se estableció en San Luis, Río Colorado -frontera con Baja California-,  Puerto Peñasco y Nogales en Sonora, apoyado en el trasiego de droga desde Sinaloa y América del Sur por su hermano, identificado solo como “El Peque”.

Los grupos encabezados por “El Macho” fueron perseguidos del cártel cuando en diciembre de 2010, su cabecilla asesinó a Paulo Osorio en la carretera Sonoyta-Puerto Peñasco, cacería que se canceló en octubre de 2012, cuando militares abatieron a Manuel Torres Félix “El Ondeado”, su rival dentro del cártel sinaloense.

De hecho las autoridades locales tuvieron conocimiento que a principios del año anterior, gente de “El Chapo” llegó a Mexicali para ajustar cuentas. Según fuentes oficiales se trató de Édgar Omar Amaya Ruiz “El 7” y/o “El 7-7” -detenido y liberado-, y otro del que solo pudieron saber, se llama “Braulio”.

“El Checo”. Tenía su base de operaciones en Mexicali, pero se autoexilió a partir de diciembre de 2011, cuando las fuerzas de seguridad capturaron a algunos de sus cómplices y lo identificaron físicamente. Los investigadores presumen que se traslada entre los estados de Michoacán y Nayarit.

De los dos perseguidos, comentó un investigador a ZETA, “… no están en el estado, por lo que ha surgido estos grupos. A falta de liderazgo”.

Pero la ausencia de los de Sinaloa no ha disminuido la inseguridad en la capital. Confiaron los oficiales: desde el Valle de Mexicali, Baja California, hasta el Golfo de Santa Clara en San Luis Río Colorado, Sonora, se mantenía otra pugna por el control de la zona entre la familia Garibay.

Por un lado está la célula que encabezaba -hasta el 19 de febrero de 2013, día en que lo asesinaron en Jalisco- José Manuel Garibay Félix “El Gordo”; y por otro, el equipo delictivo dirigido por su primo Luis Garibay “El Güicho”, quien aseguran, tenía una  combate a muerte contra su fraterno.

“El Gordo” Garibay y Luis Alfredo Garibay Félix “El Güicho”, comparten los mismos apellidos y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California los tenía registrados como hermanos. Sin embargo, al ser detenido y en septiembre de 2012, “El Güicho” señaló que Manuel Garibay Espinoza “El Manuelón”  (padre de “El Gordo”) era su tío, pero  no lo conocía.

“El Güicho” fue capturado como uno de los presuntos responsables del robo de armas realizado en las oficinas de policía en el Ejido Nuevo León en Mexicali la primera semana de 2012. Sin embargo, fue liberado bajo fianza con las reservas de Ley, y deportado a Estados Unidos, donde nació y era requerido por una multa menor.

De acuerdo a datos de inteligencia de las corporaciones mexicalenses, “El Gordo” Garibay traficaba droga que le proveían familiares de “El Mayo” Zambada. Al “Güicho” Garibay se le vincula a gente de los Félix Torres, afiliados directamente a “El Chapo” Guzmán.

El Descontrol

A los problemas de Gonzalo Inzunza “El Macho Prieto” y previo a la huida de Cenobio Flores Pacheco “El Checo”, se sumó un robo de 500 kilos de marihuana en julio de 2011 del grupo de “El Mayo”, y otro cargamento, 200 kilos de cocaína, que era trasegada por gente de “El Chapo” en marzo de 2012. El enervante fue extraído de un vehículo “levantado” y llevado a un corralón en Islas Agrarias, y posteriormente regresado a su dueño, sin la droga.

Como los presuntos responsables de estos hurtos de la mercancía ilegal fueron elementos de las corporaciones cachanillas, se recrudecieron los enfrentamientos entre células de narcotraficantes locales contra los grupos de Policía y elementos ministeriales ligados al crimen organizado.

Pleito que se desató en noviembre de 2011 y se ha prolongado por 16 meses, según el contenido de indagatorias abiertas por diversos expedientes iniciados por asesinato de uniformados e investigadores de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Empezó con unas cartas dejadas en copias sobre patrullas y carros particulares de policías y enviadas a jefes policiacos: “Mire Pu… COMANDANTE El 16 de julio Pu… MUNICIPALITOS ME CHINGARON 500 KILOTES DE MOTA QUIERO MI MOTA PU… RATEROS, y que tuvo sus consecuencias más recientes en el mes de febrero, con el ataque perpetrado el sábado 16 en el fraccionamiento Gran Hacienda de Mexicali.

El intento de homicidio concluyó con la muerte del agente municipal Juan Francisco Castañeda Robles, a quien se investigaba por su abundante situación patrimonial, y la permanencia en estado de coma de su amigo, Jorge Alberto “El Pelón” Soto Patiño, nombre incluido en la lista extraoficial de criminales y policías corruptos presuntamente involucrados en el robo de cocaína en marzo de 2013.

De hecho, las autoridades tenían ubicado a “El Pelón” Soto Patiño como integrante de la célula de agentes ministeriales a las órdenes de “El Chapo” que Adolfo Roa Lara encabezó hasta su detención el 24 de abril de 2008; en la que también participa el primo de “El Pelón” y ex miembro de la Policía Estatal Preventiva, Carlos Patiño Castillo, quien les informaba la ubicación de droga que podían robar. Soto Patiño había sido detenido en octubre de 2009; posteriormente se le liberó.

Juan Francisco Castañeda Robles, el policía fallecido en el Fraccionamiento Gran Hacienda de Mexicali, tenía 15 años sirviendo como policía, en su expediente se incluían 14 faltas administrativas por indisciplina, prepotencia, abuso de autoridad y no entregar su arma de cargo, todas cometidas antes del año 2005. Después fue enviado a Servicios Especiales, asignación que se da a agentes de edad avanzada y/o castigados, según remite un agente municipal entrevistado.

El agente contaba con una investigación patrimonial, informó a las autoridades municipales, ganaba 300 mil pesos anuales producto de la venta de vehículo, suma mayor que su sueldo anual como agente municipal, además de vehículos y propiedades que no correspondían a su nivel económico. Por ello iniciaron indagaciones y lo habían citado a comparecer el 5 de marzo de este 2013.

Los Grupos en Pugna

Todos los traficantes de droga, menudeo o mayoreo operan en Mexicali con el Cártel de Sinaloa, pero en términos de células, no existe un grupo dominante, lo que ha ocasionado el surgimiento de pequeños subgrupos que se atacan entre sí.

Según estimaciones públicas hechas por el Subprocurador contra la Delincuencia Organizada, Abel Galván, quien encabeza el equipo de la Procuraduría General de Justicia del Estado que actualmente realiza el mapa de narcomenudeo, en Mexicali se desenvuelven delictivamente entre 30 y 40 células de narcomenudistas.

Sin embargo, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado considera que son desprendimientos de tres grupos subdivididos:

Los Chentes. Encabezados por Vicente Reyes Yáñez, apresado por el delito de homicidio el 9 de septiembre del año 2000 y condenado a 11 años de prisión. En Baja California, entre los años 1990 y 2000, se le fincaron cargos por robo, robo con violencia, homicidio calificado, evasión de preso, delitos contra la salud y portación de arma prohibida, sin embargo, solo fue juzgado y condenado por un asesinato, y su abogado logró reducir la pena original de 23 años a 11.

En denuncias anónimas telefónicas recibidas entre noviembre de 2011 y enero de 2013,  “El Chente, su hermano Gerardo, Miguel Espinoza “El Maico”, Luis Rangel “El Chito”  Antonio Meda “El Baja Júnior”, “El Loco Valdez” y “El Perrote”, han sido denunciados como traficantes de droga, reclutadores de jóvenes para narcomenudeo y disparos de arma de fuego en vía pública.

Reportes de inteligencia indican que tienen controlada la actividad criminal en las colonias Luis Donaldo Colosio, Santa Isabel; Lucerna, Baja california, Santa Bárbara y Nacionalista. Ninguno ha sido ubicado o detenido.

En el organigrama en poder del Consejo Estatal de Seguridad, la lista de socios criminales de “El Chente” incluye al dueño de un rancho ganadero dedicado legalmente a la producción porcina con permisos de importación proporcionados por la autoridad.

Este sujeto de apellido Morfín, ha sido incluido en dos averiguaciones previas en Baja California, una por manejar en estado de ebriedad y otra por robo simple. Adicionalmente tiene permiso para visitar a un primo detenido en el penal de san Luis Río Colorado por delitos contra la salud.

Conforme a datos policiacos, este hombre tiene el control del tráfico de drogas en la zona de Vicente Guerrero, localizada en el Valle de Mexicali, colindante con la Línea Internacional.

Además, comparte territorio criminal con lo que queda del grupo de “Los Gilillos” resabios del otrora poderosos grupo encabezado por Ismael y Gilberto Guerrero Higuera, cuya operatividad está concentrada en la zona de San Luis y Valle Verde.

Los Zavala. Célula presuntamente encabezada por Gerardo Miramontes Zavala en la que también opera su hermano Federico Miramontes Zavala. Las fuerzas del orden los tienen identificados en actividad delictiva desde febrero. En enero de 2008, uno de sus empleados criminales, Albino Navarro, fue encarcelado por el asesinato de un agente de la Patrulla Fronteriza, en esa misma fecha, la Procuraduría general de la República fincó cargos en contra de los hermanos, pues al catear su casa se localizó droga. Cuatro años después siguen libres.

Según reportes de las policías locales, tienen sus bases delictivas en la colonia Baja California y 27 de septiembre, sin embargo, ninguno ha sido ubicado o detenido.

Los Garibay. Equipo delictivo que incluye a Luis Alfredo Garibay Félix y Francisco Javier Campos Barraza en el mando, y como socios criminales, una larga lista de sujetos que gozan de libertad: Francisco Rosas, Isidro Peña, Crecenciano Chávez; Raymundo Rivera; Ramón Guillén, Óscar Canchola, José Morales, Miguel Torres, Mauro Vega, Carlos Patiño, Amado Campos, Abelardo Hernández y un hombre identificado como “El Cubano”.

Juntos mantiene control del tráfico de droga y personas en el valle mexicalense, específicamente en los ejidos Hermosillo, Querétaro, Saltillo; Xalapa, Veracruz 1 y 2, Guadalupe Victoria (en tres zonas); Nuevo León, Bonfil, Puebla, Chiapas II, Quintana Roo y Elías.

Los presuntos cabecillas, Luis Alfredo Garibay “Güicho” y Francisco Javier Elías Campos “Cachetes”, ya han sido capturados. Garibay en dos ocasiones, en febrero de 2009 en compañía precisamente de Barraza Campos -los detuvieron en San Luis Río Colorado después que intentaron secuestrar en el Ejido Chiapas en Mexicali a un hombre llamado Ramiro Jaime-. Estaban en compañía de otros cuatro hombres, pero todos lograron la libertad, incluido “El Cachetes”, consignado en aquella ocasión en posesión de una pistola Pietro Beretta 9 milímetros.

A Luis Alfredo lo volvieron a capturar el diciembre de 2012, como presunto responsable del ataque y robo en oficinas de la Policía Municipal de Mexicali, pero también alcanzó libertad.

Así, los líderes de cárteles y cabecillas de célula en Mexicali, aun identificados, siguen gozando de total libertad.

Sin Rastro de Empresario

Hasta el cierre de esta edición, no se tenía noticia del paradero del empresario del ramo de aire acondicionado que fue sacado a la fuerza por un comando de hombres fuertemente armados de su negocio, el cual se localiza en Colonia Las Flores.

Los delincuentes que se lo llevaron  violentamente el 25 de febrero de 2013, y hasta la tarde del jueves 28, no habían llamado a la familia para solicitar dinero por liberarlo, razón por la cual la autoridad no lo tiene documentado como secuestro. El expediente en su caso se abrió por privación ilegal de la libertad, bajo la causa penal NUC-9541.

Informes policiacos indican que fue a las 7:00 pm del lunes cuando el grupo de personas llegó al negocio del empresario -ubicado por la transitada Avenida Aviación-, sometiéndolo para después trasladarlo en una camioneta de color blanco con placas de California, el cual tampoco había sido localizado.

Pese al fuerte operativo realizado en las inmediaciones del lugar, no se logró obtener pistas de los delincuentes.

A la fecha todos los testigos y familiares han sido declarados, así como los videos de vigilancia del Ayuntamiento y de otros negocios ubicados en las inmediaciones; sin embargo, solo han servido para establecer la ruta de escape de los delincuentes.

La familia señaló que la víctima no había recibido amenazas y tampoco se le extorsionó. En la revisión de los antecedentes del comerciante, la autoridad no localizó ninguna actividad ilícita.

Tuvieron que pasar dos días para que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) diera la cara, luego de que el presidente de la Cámara de Comercio de Mexicali, Jorge Cervantes, denunciara otro par de intentos de secuestro.
En una improvisada conferencia, la subprocuradora de Justicia en Mexicali, María Elena Andrade, confirmó lo que el alcalde ya había hecho público: que se había secuestrado a un empresario local.

Cuestionada sobre los avances de la investigación, señaló que aún existían pocos datos, y los que se tenían, se guardaban por secrecía de la indagación. También desmintió la existencia de una banda de secuestradores de empresarios, ya que los hechos a los que hacía alusión el representante de CANACO no eran un intento de privación, sino que se trató de  un robo con violencia perpetrado  las tres de la mañana, el cual se atendió de manera inmediata tras el llamado de Cervantes, pero la víctima se negó a denunciar el caso.

 “Hasta ahorita no tenemos tipificado que se trate de un secuestro, no hay ninguna solicitud de un rescate, estamos estudiando y trabajando todo el entorno familiar de esta persona, primero para canalizar la investigación por el lado que corresponde, no se encuentra ahorita completamente claro el panorama en cuanto a que se trate de un secuestro. Lo que tenemos formalmente y de manera objetiva, es una privación de la libertad”, apuntó la funcionaria.

El martes 26 de febrero, apareció el cuerpo calcinado de una persona del sexo masculino en un vehículo Nissan Maxima con placas de California y reporte de robo, por lo que, abordada respecto a la posibilidad de que se tratara del empresario, María Elena Andrade comentó que debido a las condiciones en las que se encontraba el cuerpo, aún no se podía especificar si se guardaba relación o no. (ZETA Mexicali)

Operativo Refugio Crystal

La oficina de campo en San Diego de la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), que identificó a José Isidro Rodríguez Lara como sospechoso de liderar una célula dedicada al tráfico de metanfetaminas de México a Estados Unidos, dio origen al “Operativo Refugio de Crystal”, abierto a principios de 2012.

La primera intervención policial contra Rodríguez se realizó el 21 de marzo del año anterior, cuando elementos de la DEA que vigilaban su residencia en la ciudad de Vista, lo siguieron hasta una casa en San Marcos. Ahí se reunió con  David Aguilar. Cuando entró a la casa llevaba una bolsa de mandado, salió 30 minutos después con las manos vacías, abordó su camioneta y se fue.

Momentos después una pareja de hombres salió del inmueble cargando un sobre manila doblado y abordaron un auto Chrysler Sebring. El vehículo fue detenido en el área de Temecula por agentes de la Patrulla Fronteriza que apoyaban el operativo federal.

Los tripulantes fueron identificados como Edson Solís Valdovinos y José Juan Mancilla Monje, este último señalado por las autoridades mexicanas como originario del Estado de Guerrero y residente de la colonia Campestre Murúa de Tijuana.

Los agentes encontraron el folder manila escondido en un compartimento secreto en el centro del tablero del auto, y en su interior, un cuarto de libra de metanfetaminas.

En lugar de encarcelarlos y exhibirlos públicamente con la droga, los agentes estadounidenses los liberaron, pero siguieron sus pasos meticulosamente y grabaron sus llamadas telefónicas con otros miembros de la banda. Su objetivo final era llegar a los operadores centrales y reunir suficiente evidencia para fincar debidamente los cargos, y asegurar que cumplan condenas desde 10 años en prisión hasta cadena perpetua.

Cientos de horas de conversaciones intervenidas fueron monitoreadas y grabadas, descifrando sus claves de operación y los nombres que daban a las drogas, refiriéndose a los paquetes de cristal como “las camionetas”, y a los de cocaína como “los autos”, aunque también los llamaban “las chicas” o “los galones de leche”.

Otros miembros de la banda fueron detenidos durante el curso de la investigación, incautándoles teléfonos móviles de los que extrajeron información. A través de las llamadas intervenidas se logró ubicar a Manuel Marcial como uno de los intermediarios entre los traficantes del norte de San Diego y los “proveedores” de Tijuana y Guadalajara.

En repetidas ocasiones Marcial cruzó la frontera a bordo de una camioneta Honda CRV acompañado de su hijo menor de edad o por una mujer. Por lo regular lo hacía solo y en la madrugada, otras ocasiones cruzaban hasta cinco autos al mismo tiempo, para asegurar que si uno era detenido, serviría como distracción y los demás lograrían pasar. El pago por cruzar la droga de Tijuana a Estados Unidos era de 400 dólares aproximadamente.

La banda empleaba al menos a siete mujeres que participaban en diferentes actividades, desde cuidar las casas de seguridad donde almacenaban la droga, hasta servir como avanzada de los autos cargados con droga para evitar ser detectados en los filtros de revisión de la Patrulla Fronteriza en las autopistas de California, o transportar los cargamentos.

Una de las implicadas, Guadalupe Natalie Pérez, fue detenida cuando transportaba un cargamento de droga con sus dos hijos: uno de 5 años y otro de once meses de edad. La droga fue encontrada en la pañalera del menor. Esta mujer de 22 años de edad fue ubicada por las autoridades mexicanas como originaria de Tijuana, aunque residía en Vista, California.

Los últimos trabajos de vigilancia de la DEA se realizaron a finales de enero de 2013. La mañana del jueves 21 de febrero se ejecutó en el Condado Norte de San Diego un operativo conjunto entre agencias federales y locales, logrando la detención de 13 de los 19 implicados integrantes de cárteles mexicanos con base en Tijuana y Guadalajara, que continúan abasteciendo de cristal y cocaína a traficantes del Condado norte de San Diego. Diez de los detenidos tendrán su audiencia preliminar ante la Corte del Distrito Sur de California el jueves 7 de marzo.

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