Rosa Gaucín/El Universal
Durango— El estado
se ha convertido en la entidad donde las mujeres gobiernan alcaldías bajo la
metralla del crimen organizado. No se arredran. Se mantienen firmes, a pesar de
que en muchos casos han sido víctimas de atentados.
Virginia de la Torre
asumió la responsabilidad de encabezar el municipio de Indé, uno de los lugares
más apartados de la entidad y en donde difícilmente se puede observar la visita
de algún funcionario estatal.
La profesora de la
escuela de la comunidad Torreón de San Isidro, a dos horas de la cabecera
municipal, sufrió un cambio radical en su vida a partir de que le fue conferido
el cargo por el Cabildo. “He tenido que dividir mi tiempo como docente,
servidora pública, ama de casa y madre de familia”, admite.
Gobernar Indé no ha
sido sencillo, sobre todo después de que su antecesor, Ernesto Núñez Rodríguez,
tuviera que salir del lugar tras sufrir un ataque, el 18 de noviembre de 2012,
a manos de hombres armados, policías estatales y municipales. En el incidente
murieron ocho personas.
Dice que cuando
visita las comunidades de esta alejada demarcación de unos 6 mil habitantes,
algunas personas la felicitan. Otras de plano “le dan el pésame” por el
problema de inseguridad en la zona.
En entrevista con El
Universal, Virginia revela que es la primera vez que Indé es gobernado por una
mujer, lo que representa un reto muy importante. Debe trabajar para combatir la
pobreza, las necesidades de vivienda y mejorar los caminos, la mayoría de
terracería.
“Sinceramente, aquí
el interés lo pone el presidente municipal, porque si bien uno asiste a Durango
a conocer los programas, aquí sólo llegan los oficios de la capital y es con lo
que se está pendiente de lo que ocurre. En lo que tengo como alcaldesa no me ha
tocado ver algún funcionario estatal por aquí”, asevera.
En Indé, los
ciudadanos se dedican al campo, son jornaleros, o bien trabajan en una mina,
cuya operación beneficia a alrededor de 100 familias, por lo que las
necesidades que tiene la población son de distinta índole, van desde las
económicas, hasta llegar a las de caminos, que están muy descuidados y por lo
mismo es difícil transitar por ellos.
La mayor parte del
tiempo lo destina a la gestión y también a conocer programas sociales para
llevarlos al municipio. Su labor a veces se complica porque tiene que cumplir
con distintos roles: maestra, ama de casa y madre de familia.
“Es mucha la
responsabilidad con los hijos y no se diga como edil, es aún mayor. Este
municipio tiene una geografía muy complicada; recorrerlo es difícil y significa
descuidar a la familia”, subraya.
Si bien al principio
el tema de la inseguridad complicó tomar la decisión de encabezar la
administración de Indé, ahora sabe que no es lo mismo convivir con 200 personas
que gobernar para 6 mil.
Considera que en la
actualidad se ha vuelto primordial la participación de la mujer en la política
y en distintos ámbitos de la sociedad. “A pesar de que haya machismo es muy
importante la participación de la mujer para que una comunidad se pueda
desarrollar”, sostiene.
La violencia la hizo edil
La vida de María
Concepción Uribe Salgado tuvo un cambio radical a partir de la muerte de su esposo:
dejó las aulas para encabezar el municipio de San Bernardo.
Jaime Lozoya Ávila,
su marido, quien había sido electo presidente municipal, fue asesinado a golpes
por hombres armados y esbozados a finales de 2010.
La alcaldesa de San
Bernardo se vio obligada a abandonar la docencia para dirigir el ayuntamiento.
Tomar la decisión representó un gran reto, porque desconocía el manejo de la
administración pública; nunca había participado en la política.
“Fue un reto. Pensé:
¿podré o no podré? Pero gracias a Dios ya voy saliendo; bien o mal, ahí la
llevo. Existe la creencia de que como mujer no hay capacidad y demostrar que sí
he podido es motivo de gran satisfacción”, asegura.
Reconoce tuvo mucho
apoyo desde el principio. “Por el hecho de ser mujer pensé que no se me iba
aceptar. Sin embargo, me he sentido aceptada, tanto por hombres como por
mujeres, y hay mucho apoyo de toda la ciudadanía”, explica.
En San Bernardo, los
problemas son muchos, hay muchas carencias. Este lugar es de alta marginalidad.
Hay comunidades que no cuentan con drenaje, ni agua y algunas no tienen luz.
Pero hay avances: se logró llevar energía eléctrica por medio de celdas solares
a una población.
Las principales
actividades son la agricultura y la ganadería. La sequía del año pasado dejó
una gran afectación en este municipio que tiene alrededor de 3 mil 500
habitantes, distribuidos en 45 comunidades.
El problema
principal está en las carreteras: son de terracería y en temporada de lluvias
se deterioran bastante. Hay comunidades que incluso se quedan incomunicadas.
“Esta es una de mis preocupaciones: mantener los caminos en buen estado con el
apoyo del gobernador. Las autoridades estatales y federales siempre me han
apoyado”, detalla.
María Concepción
asumió la presidencia municipal 22 días después de la muerte de su marido, el
28 de noviembre del año 2010. “Soy profesora. Mi vida era mi escuela y mi
familia, y la muerte de mi esposo me cambió la vida totalmente. Una de las
principales dificultades que he tenido es que tengo que dejar a mis hijos
solos. Eso es lo más complicado, porque estamos muy alejados de la capital y
para lograr un apoyo tengo que estar allá”, señala.
Para llegar a la
capital tiene que viajar alrededor de cinco horas por carretera, de San
Bernardo al entronque de Villa Hidalgo, que está en pésimas condiciones. Por lo
general, asiste a la ciudad de Durango una o dos veces a la semana.
Al referirse a la inseguridad,
afirma que, “gracias a Dios, el municipio se encuentra tranquilo y en aparente
calma”. En su opinión, ha bajado la incidencia delictiva.
Asegura que las
mujeres deben luchar por sus ideales. “El hecho de ser mujer no debilita.
Podemos ocupar el puesto y el cargo que se quiera, porque tenemos la
capacidad”.
Acosada por el crimen
Aunque huela a
pólvora y se respire temor en Gómez Palacio, Rocío Rebollo sostiene que
continuará al frente del ayuntamiento hasta el último día de su mandato, el 31 de
agosto de este año, aunque con seguridad especial personal y el Ejército en su
presidencia municipal.
Suma ya tres
atentados en su contra, uno de ellos cometido directamente en su domicilio. Ese
día, el pasado 5 de febrero, poco después de las ocho de la noche se preparaba
para descansar de una jornada de trabajo. Empezaba a quitarse los zapatos
cuando se escucharon las detonaciones que daban forma al mensaje, a la
advertencia, que un grupo de hombres armados dejaba en las puertas de su casa.
Administrar uno de
los municipios que integran la Comarca Lagunera no ha sido fácil. Al asumir el
cargo de alcaldesa dejó atrás los días cuando caminaba tranquila por las
calles, como secretaría de Desarrollo Social del estado, en 2010.
La presencia de
grupos criminales en La Laguna se hizo patente el año pasado. Rocío Rebollo se
negó entonces a hablar de la inseguridad en su municipio; mostraba cierta
molestia y pedía que no se le preguntará sobre el tema.
La fase crítica
comenzó en diciembre pasado. La disputa entre el grupo delictivo de Los Zetas y
el cártel que encabeza Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera llevó a la desaparición
del Centro de Reinserción Social número 2, luego de un intento de fuga que dejó
la muerte de 24 personas, 15 reos y nueve custodios. El penal era la caja de
resonancia del enfrentamiento entre bandas.
Ahí se vinieron en
cascada los problemas. Al empezar 2013, autoridades estatales y federales
desarmaron a todos los elementos de la Dirección de Seguridad Pública. El 18 de
enero trasladarían a 160 trabajadores municipales de Gómez Palacio y Lerdo,
para ser investigados por presuntos nexos con el crimen organizado.
La alcaldesa no
abandonó su cargo a pesar de quedarse sin seguridad pública en el municipio.
Los ataques directos hacia ella y su familia no tardaron en llegar.
Al atentado en su
casa siguió un incendio provocado en cuatro negocios familiares en Torreón,
Coahuila, y en Gómez Palacio. En paralelo, cinco policías de Vialidad fueron
asesinados en plena calle.
Rocío Rebollo
gobierna bajo fuego uno de los municipios considerado de entre los más
prósperos de Durango y “foco rojo” en materia de inseguridad del país, y sin
pensar siquiera en abandonar el cargo. No antes del último día de su mandato.
(EL DIARIO DE JUAREZ/Rosa Gaucín| 2013-03-09 |
22:43)
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