Proceso
Saltillo.- Las
agresiones de los últimos meses a periodistas y los recurrentes ataques a
medios de comunicación como “El Siglo de Torreón” y “El Norte de Monterrey”,
“permanecen en la más absoluta impunidad”, aseguran directivos de medios,
defensores de los derechos humanos y representantes de organizaciones
internacionales.
Según ellos, los
discursos oficiales y las leyes de protección a los periodistas resultan
demagógicos, ineficaces para capturar a los agresores; como sucede en el caso
del reportero Jaime Guadalupe Domínguez, asesinado en Chihuahua el domingo 3.
Ante la falta de justicia, los delincuentes siguen hostigando al gremio
periodístico, dicen.
En Monterrey, los
directivos de “El Norte” y sus reporteros llevan meses en espera de justicia,
luego de que las instalaciones del periódico fueron el blanco de artefactos
explosivos. En Nuevo Laredo, “El Mañana” optó por cambiar su línea editorial y
omitir las noticias relacionadas con los cárteles de la droga para evitar
confrontarse con los sicarios que operan en esa ciudad fronteriza.
Hoy, los medios
tamaulipecos no informan nada relacionado con el narcotráfico. Tomaron esa
decisión ante la falta de respuesta de las autoridades estatales y federales,
sobre todo a partir de que las bandas criminales pusieron precio –a finales del
mes pasado– a la cabeza de los administradores de la página de Facebook Valor
por Tamaulipas, dedicada a alertar a la ciudadanía sobre las situaciones de
riesgo.
La semana
antepasada, las instalaciones de “El Siglo de Torreón” sufrieron varios ataques
en los que dos policías federales resultaron heridos y un civil murió. El
Ejército y las policías Estatal y Federal instalaron tres filtros de seguridad
para proteger el diario.
Días antes, el 7 de
febrero, cinco trabajadores de ese periódico fueron secuestrados durante 10
horas. Sus captores los golpearon y amenazaron de muerte durante ese lapso.
En esa ocasión, “El
Siglo de Torreón” publicó un editorial en el que subrayó: “Lo ocurrido la noche
del jueves resulta alarmante porque abre un nuevo frente en la vulnerabilidad
de los medios de comunicación, pues los trabajadores secuestrados no pertenecen
al área de Redacción”.
En agosto de 2009,
el periódico sufrió el primer ataque, cuando unos desconocidos lanzaron
explosivos contra sus instalaciones y dispararon contra la fachada. Dos años
después, en noviembre de 2011, “El Siglo de Torreón” fue atacado de nueva
cuenta.
Una persona cercana
al periódico, que pide al reportero omitir su nombre, cuenta: “En esa época
ninguna autoridad se nos acercó para investigar los atentados. Hasta ahora las
investigaciones sobre esos atentados permanecen congeladas”.
Dice que, en esta
ocasión, las autoridades estatales y federales sí contactaron a los directivos
del periódico para saber los motivos que, sostiene, son “intentos
intimidatorios” por coberturas periodísticas recientes. No obstante, agrega,
ningún funcionario del “Mecanismo para Protección de Personas Defensoras de
Derechos Humanos y Protección a Periodistas” les ha ofrecido respaldo.
Hasta ahora, el
crimen organizado actúa con total impunidad, pues las leyes que protegen al
gremio resultan inútiles para frenar la violencia contra los medios.
En la región
lagunera los secuestros de reporteros se iniciaron el 26 de julio de 2010,
durante la cobertura noticiosa de un motín de reos en el Centro de Reinserción
Social (Cereso) Número 2, con sede en Gómez Palacio.
Ese día un grupo
armado secuestró a Javier Canales, de Multimedios Laguna; Alejandro Hernández,
camarógrafo de Televisa Torreón; Héctor Gordoa Márquez, enviado de Televisa
México, y Héctor “N”, de “El Vespertino”. Los tres primeros fueron liberados
días después; Héctor nunca apareció.
Previamente, el 25
de mayo de 2009, Eliseo Barrón Hernández, reportero policiaco de “La Opinión
Milenio”, fue ejecutado por presuntos sicarios comandados por Lucio Fernández,
“El Lucifer”, quien ordenó su muerte para “dar un escarmiento” a los
comunicadores de La Laguna.
Voces acalladas
Alejandro Junco de
la Vega, directivo de “El Norte”, cuenta que el periódico regiomontano ha
sufrido varios atentados.
El más reciente
ocurrió el 29 de junio de 2012, cuando hombres armados incendiaron una de sus
subsidiarias en el municipio de San Pedro. En menos de un mes, fueron arrojadas
granadas contra dos instalaciones de sus ediciones suburbanas. Las autoridades
no han informado sobre las investigaciones ni se han acercado para conocer las
recientes amenazas que han recibido, dice.
Asimismo, declaró a
la cadena televisiva CNN: “Tras los seis ataques, hasta ahora no conocemos de
ninguna indagatoria. Nos da la impresión de que las autoridades no toman en
serio las amenazas ni los atentados”. Según él, los ataques tienen que ver con
“la atención que le ponemos a las acciones del crimen organizado”.
”El Mañana” de Nuevo
Laredo, cuya redacción fue atacada con gas y explosivos, también se queja de la
falta de apoyo oficial.
Ante la impunidad,
los crímenes continúan en Tamaulipas y otras entidades, como Chihuahua, donde
el domingo 3 por la mañana fue asesinado el periodista Jaime Guadalupe
Domínguez, director del portal Ojinaga Noticias. Tres días después, hombres
armados atacaron el Canal 44 y “El Diario” de Ciudad Juárez.
A esos atentados se
suman las amenazas contra medios alternos, como la recompensa de 600 mil pesos
que ofreció el mes pasado un grupo por la cabeza del administrador de la página
web Valor por Tamaulipas.
El mes pasado
Christina Hernández, de la Oficina de Derechos Humanos del Departamento de
Estado de Estados Unidos, visitó la Región Norte para platicar con reporteros y
conocer su opinión sobre las leyes y medidas de protección a periodistas recién
decretadas por el gobierno mexicano.
Según las
autoridades, existe un fondo de 42 millones de pesos que se maneja a través de
un organismo denominado “Mecanismo para Protección de Personas Defensoras de
Derechos Humanos y Protección a Periodistas”, cuyos integrantes ofrecen
chalecos antibalas, escoltas y, en ciertos casos, vehículos blindados para
sacar a los periodistas de las zonas de riesgo.
Hernández se reunió
con funcionarios del mecanismo y con activistas de Artículo 19, organización
especializada en la defensa de la libertad de expresión, acceso a la
información y la protección de comunicadores, fundada en Inglaterra.
González y su
organización intentarán ayudar a los integrantes de la página web Valor por
Tamaulipas con el propósito, dice, de proteger y garantizar la privacidad de
sus datos; también pretende capacitar a los usuarios de redes sociales y
periodistas para que desarrollen las herramientas que les permitan proteger su
identidad.
Y sobre los acosos a
“El Siglo de Torreón”, el representante de Artículo 19 sostiene que los
criminales ya no sólo atacan a los reporteros, sino a cualquier trabajador del
periódico y a las empresas distribuidoras. Es el caso, dice, de una empresa de
Monterrey, incendiada por distribuir “Proceso”.
Los delincuentes han
llegado a comprar todos los ejemplares de la revista cuando se tocan temas de
Tamaulipas, comenta.
Varios periodistas
del noreste se reunieron con la representante del Departamento de Estado para
presentarle casos de colegas tamaulipecos amenazados por el crimen organizado.
Le contaron que ellos no pueden denunciar o exigir protección pues las
corporaciones policiacas están infiltradas por los sicarios.
Según ellos,
prefieren irse a Estados Unidos en lugar de apelar al mecanismo que se aprobó a
partir de la Ley de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas;
desconfían de la eficacia de ese organismo del Estado.
(Proceso/ 10/03/2013 - 05:00 AM)
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