Agencias
Distrito Federal– Autoridades federales transparentaron ayer la información disponible en
torno a la explosión del edificio B-2, adyacente a la Torre de Pemex, que suma
ya 33 muertos, quedando claro que nadie puede asegurar si fue un accidente o un
atentado. “Estamos trabajando sobre todas las posibilidades. No estamos
desechando ninguna, si se trata de accidente, de una imprudencia o un atentado,
para no dejar nada a la imaginación”, dijo el procurador general Jesús Murillo Karam.
“Estamos atrás de
todas las hipótesis”, subrayó en rueda de prensa, que vertió más dudas que
respuestas a nivel nacional.
La explosión se
registró a las 15:40 horas del jueves, en el edificio B2 de Pemex, misma que
causó daños severos a la planta baja, sótano y mezannine del inmueble.
Fuentes alternas de
la propia PGR añadieron bajo condición de anonimato que están abiertas todas
las hipótesis, incluidos sabotaje y explosión de gas o de instalaciones
eléctricas.
En tanto,
integrantes del gabinete de seguridad nacional filtraron a la prensa que no
descartan que haya sido un atentado.
Los informantes
justifican que la magnitud de la explosión explicaría esa última posibilidad.
Más temprano, Emilio
Lozoya Austin, director general de Pemex, dijo que en la explosión todo parece
indicar que se debió a un accidente pero, aseguró que “todas las líneas de
investigación están abiertas, no vamos a descartar ninguna”.
“Lo que uno puede
observar es que esto es parte de lo que los expertos perciben como un
accidente, pero no se va a descartar ninguna línea de investigación”, agregó en
el noticiero Primero Noticias de Carlos Loret de Mola.
Las declaraciones de
ambos funcionarios apenas si asomaron un esbozo de lo complicado que ha
resultado emitir una declaración que despeje las dudas.
Por separado, las fuentes
internas de la PGR que dirige Jesús Murillo Karam, señalaron que la
averiguación previa sobre el estallido en el edificio B de la Torre de Pemex es
en contra de quien resulte responsable.
Mil 300 metros siniestrados
El procurador Jesús
Murillo Karam aseguró en la conferencia de prensa anunciada temprano como un
avance de las indagatorias, que durante las primeras horas el trabajo se enfocó
en la búsqueda y atención de todos los lesionados.
“Son mil 300 metros
del lugar siniestrado, hoy (ayer) a las 12:00 horas encontraron a la última
víctima del suceso, por lo cual lograron entrar los peritos para iniciar la
investigación de estos hechos”, señaló.
Prometió realizar
una investigación transparente e invitó al Congreso a designar un observador
que vigile los trabajos de peritaje.
El procurador
explicó que unas 2 mil 500 personas trabajan ya en la investigación, que se
realiza en 39 cuadrantes de una zona de mil 300 metros cuadrados.
“Indicios de fuego
no hay en ningún lado”, dijo.
Explicó que en la
investigación trabajan peritos de la Sedena, Marina, Protección Civil, Policía
Federal y de la misma PGR; las áreas de trabajo son Criminología,
Criminalistica, Química, Incendios y Explosivos e Ingeniería Civil.
El jueves, la PGR
inició de inmediato las averiguaciones para determinar las causas de la
explosión y envió más de 15 peritos de distintas especialidades, que trabajarán
de manera conjunta con militares expertos en explosivos.
En los mismos
términos, pero sin mostrar adelantos de peritaje alguno, Emilio Lozoya Austin,
director general de Pemex dijo que “los peritos están trabajando desde ayer en
la noche -el jueves- para determinar cuál fue la causa raíz, porque el evento
tiene una complejidad importante”.
No comentan implosión
En un albazo
informativo, ayer al filo de las 2 de la tarde, Milenio Noticias dio a conocer
que lo sucedido en el edificio B-2 de Pemex fue debido a la acumulación del gas
halón, el cual era usado como un extintor de incendios, por lo cual se trató de
una implosión y no explosión.
En un primer
reporte, al cual tuvo acceso el periodista Carlos Marín, director general
editorial de Milenio, detalló que el gas se dejó de usar debido a que según
estudios causaba daños a la capa de ozono, citó en su sitio digital la agencia.
“El efecto fue hacia
adentro, y hay una gran atención a dos cosas, no hay rastros de explosivos y en
cambio todo indica que había una instalación de un gas que se llama halón, que
se usaba hace muchos años, esas construcciones tienen 28, y eran extintores”,
detalló la agencia.
Sin embargo, ni
Murillo Karma ni el director de Pemex ni ninguna instancia que investiga los
hechos, desmintió ni avaló tal informe.
El director
editorial de Milenio dijo que el halón era utilizado en el edificio en caso de
que hubiera un incendio, por lo cual desde hace 28 años se encuentra sin uso
debido a que se determinó que provocaba daños en la capa de ozono.
De acuerdo a
Internet, una implosión funciona detonando los explosivos en la superficie
externa de un objeto, por lo que la onda expansiva se mueve hacia adentro.
El halón por su
parte, es un gas extintor de incendios usado anteriormente al que actualmente
se utiliza, el gas inergén.
De acuerdo a
Internet, los halogenados son productos químicos que tienen la capacidad de
extinguir el fuego hasta que se determinó que producían daños a la capa de
ozono y fueron retirados.
Hasta el momento no
ha surgido ninguna versión oficial de que este tipo de material estuviera
almacenado en el edificio siniestrado.
(DIARIO DE
JUAREZ/ Agencias| 2013-02-01 | 23:47)
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