La Policiaca
Puebla.- Como si se
tratara de la historia escrita por William Shakespeare, el romance de Romeo y
Julieta se repitió en dos familias del municipio de Santa María Coronango,
cuando una pareja de jóvenes decidieron quitarse la vida, al final los dos
quedaron unidos para siempre.
La oposición a su
noviazgo fue suficiente para que Néstor Macuil, de 18 años de edad, ya no
quisiera vivir más sin el amor de la joven Zayra Huitzil, de 17 años, una
adolescente con quien llevaba no más de un año de una relación amorosa, aunque
desde niños compartían una amistad.
El joven, a quien
los últimos días se le había visto deprimido, decidió quitarse la vida, pues su
novia le comunicó que tenía muchos problemas con su familia, la cual no estaba
de acuerdo con la relación de noviazgo que mantenían.
Néstor buscó una
cuerda que fuera lo suficientemente grande y fuerte como para aguantarlo,
amarró un extremo en una de las trabes de fierro que sostienen el techo del
patio trasero de su casa, ubicada en la comunidad de San Martín Zoquiapan, en
el municipio de Coronango.
Fueron sus vecinos
quienes encontraron suspendido el cuerpo del joven, quien murió a consecuencia
de asfixia por ahorcamiento, según reveló la necropsia de ley que se le
practicó, una vez que el agente del Ministerio Público acudió al lugar para
realizar el levantamiento de cadáver.
Una de las amistades
en común entre Néstor y Zayra, le comunicó a la joven lo que había sucedido con
su amado, ella, en un acto de desesperación por haber perdido al amor de su
vida, no lo pensó dos veces, y escribió una carta dirigida a sus familiares y
la guardó entre sus ropas.
Nadie imaginaba que
horas más tarde la situación empeoraría, pues la enamorada joven en su afán por
alcanzar a Néstor “para estar siempre juntos”, ató una cuerda a la rama de un
árbol que estaba a 50 metros de su vivienda, mientras el otro lado se lo
enroscó en su cuello y se dejó caer.
El cuerpo de la
joven fue localizado por uno de sus parientes y aunque a la joven la desataron
y trataron de reanimarla, nada pudieron hacer por ella, la decisión de quitarse
la vida fue irrefutable, entre sus ropas, encontraron la nota que le había
escrito a sus familiares.
En su recado
póstumo, la joven le pidió a sus padres que ya no se pelearan más, que nadie
era culpable de la decisión que había tomado, porque ella amaba a Néstor y
ahora estaría junto a su novio por siempre, esto por los problemas que la joven
tenía con ellos por su relación con Néstor.
Las familias,
quienes no lograron separar a los jóvenes, finalmente decidieron limar sus
discrepancias y en vez de efectuar un doble sepelio como acostumbran
religiosamente, celebrarían el casamiento de sus hijos, quienes quedarían
unidos en matrimonio por siempre, tal como ellos querían.
Así en común acuerdo,
por la noche mientras se velaban los restos de Néstor en San Martín Zoquiapan,
llegó la novia en su respectivo ataúd y se sabe que en el festín hubo el
tradicional baile de la víbora de la mar, el vals de los novios y hasta la
danza del guajolote.
Al siguiente día,
Zayra fue llevada a la iglesia de Coronango, donde se efectuó una misa de
cuerpo presente. Posteriormente alcanzó al novio en el panteón nuevo de San
Martín Zoquiapan, ya que él había sido llevado a misa a la iglesia de esa
comunidad, lugar donde ambos serian enterrados.
Así, finalmente
fueron sepultados juntos en sus respectivos ataúdes, para emprender su viaje de
luna de miel al más allá, ante el acompañamiento de centenas de pobladores que
gustaron de acompañar a los deudos para darles el último adiós a esta pareja
que protagonizó una historia de amor.
(ZOCALO/ Agencias/ 14/02/2013 - 11:08 AM)
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