Javier Valdez
Sangre Z, Golfo
Nueva Generación y La Corona, son tres cárteles integrados por desertores de
otras organizaciones dedicadas al tráfico de drogas, que compiten a escala
regional en zonas del Pacífico, el occidente y el Golfo de México con grupos de
los cuales hace unos meses formaron parte: los cárteles de Sinaloa, Los Zetas y
del Golfo, revelaron funcionarios del gabinete de seguridad nacional.
Las fuentes
refirieron que la Procuraduría General de la República (PGR) tiene
conocimiento, mediante varias averiguaciones previas, de que estos grupos
cuentan con alta capacidad de fuego y organización, y en algunas zonas del país
cobran derecho de piso a narcotraficantes que utilizan sus rutas hacia Estados
Unidos.
A diferencia del
cártel original de Los Zetas, los integrantes de Golfo Nueva Generación y
Sangre Zeta no participan o realizan tráfico de indocumentados ni extorsiones
para obtener dinero.
El gobierno federal
estima que existen 70 grupos regionales que controlan la distribución de drogas
en el país, pero La Corona, Sangre Z y Golfo Nueva Generación son consideradas
las organizaciones emergentes más importantes del centro y el norte del país,
mientras que en la zona sur de la República destaca el cártel Independiente de
Acapulco.
El grupo Golfo Nueva
Generación surgió en Matamoros, Tamaulipas, cuna del cártel del Golfo, fundado
por Juan Nepomuceno Guerra, inicialmente dedicado al contrabando y que después
se desarrolló como una organización que controlaba el tráfico de cocaína hacia
Estados Unidos en la zona del estado de Texas.
Aunque permaneció
unido hasta 1996, en 1997, con la extradición de Osiel Cárdenas Guillén a
Estados Unidos, el cártel del Golfo se dividió y Los Zetas –que en un principio
eran el brazo armado del grupo– crearon su propia banda y comenzaron los
conflictos entre los líderes: Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta;
Heriberto Lazcano Lazcano, El Verdugo, y Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40.
En noviembre de
2010, Tony Tormenta fue abatido por efectivos de la Secretaría de Marina y su
hermano, Mario Cárdenas, fue detenido en septiembre de 2012. Aunque algunos
integrantes de la familia Cárdenas Guillén siguen operando, no lograron
mantener unidos a sus operadores regionales y éstos crearon el cártel del Golfo
Nueva Generación, indicaron las fuentes consultadas.
La historia de
Sangre Z está relacionada con la presunta muerte de Heriberto Lazcano Lazcano,
en noviembre de 2012, en Coahuila. Las diferencias entre los operadores
regionales surgieron a raíz de un rompimiento con el segundo de la
organización, Miguel Ángel Treviño Morales. Y un hombre identificado como El
Z-50, según los funcionarios entrevistados, creó la nueva organización, que
tiene como enemigos a sus ex socios de los cárteles del Golfo y de Los Zetas.
Por otra parte, en
septiembre de 2012, en varios municipios de la zona metropolitana de
Guadalajara, Jalisco, principalmente en Tlajomulco de Zúñiga, aparecieron
narcomantas en las cuales el grupo La Corona amenazaba a Nemesio Oceguera
Cervantes, El Mencho, identificado como el líder del cártel de Jalisco Nueva
Generación, que supuestamente sirve a Joaquín El Chapo Guzmán Loera para
combatir a Los Zetas en entidades como Veracruz, Jalisco, Zacatecas y Colima.
En días pasados, en
el municipio jalisciense de San Juanito Escobedo fueron aprehendidos seis
integrantes de esta organización criminal en posesión de más de 500 kilos de
mariguana, armas largas y cortas, y varios vehículos. Entre los detenidos
estaba un menor de edad que se encargaba de trasladar la droga en camiones de
carga a otras entidades.
La Corona surgió de
narcotraficantes que servían al cártel de Sinaloa y eran leales a Ignacio
Coronel Villarreal, Nacho Coronel, quien fue abatido por efectivos del Ejército
el 29 de julio de 2010 en una vivienda en el municipio de Zapopan.
Según los
funcionarios consultados, el cártel de Sinaloa ha sufrido dos escisiones por
supuestas delaciones que dieron como resultado una detención y un asesinato. La
primera ocurrió en enero de 2008, con los hermanos Beltrán Leyva, después de la
detención de Alfredo El Mochomo, en Sinaloa. La segunda, con la muerte de Nacho
Coronel Villarreal.
La Jornada
(RIODOCE.COM.MX/ Javier Valdez/ febrero 17, 2013)
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