El primer choque de las fuerzas armadas contra el
crimen organizado en el sexenio de Felipe Calderón ocurrió en este municipio de
Chihuahua en 2009 y terminó en tragedia: 21 víctimas, entre soldados y civiles;
un sobreviviente narra lo que ocurrió.
Víctor Hugo Michel
Chihuahua • El
invierno más crudo y largo de Villa Ahumada descendió sobre el desierto hace
cuatro años con una sorpresiva nevada que cubrió de blanco el paisaje de
Chihuahua. Era el 10 de febrero de 2009 y por todo México se daban a conocer
imágenes de soldados caminando en medio de una ventisca, contando cadáveres
esparcidos entre el chaparral congelado. Con sus uniformes de camuflaje
amarillo-desértico, se les veía terriblemente fuera de lugar, pertenecientes a
otro país y momento.
“Fue una época de
muy mala suerte. Una muy mala racha que culminó con el evento”, asegura Miguel
Magdaleno, secretario del ayuntamiento. El hecho al que se refiere es a la
primera masacre del sexenio de Felipe Calderón, en la que fallecieron 21
personas —entre sicarios, soldados y rehenes— tras un enfrentamiento que duró
varias horas. Un choque que entonces fue el primero de su tipo por la violencia
y el elevadísimo número de víctimas, además de haberse producido en un pueblo
pequeño y tranquilo, quizá hasta inocente, ubicado a medio camino entre Juárez
y Chihuahua.
Las matanzas serían
después rutinarias en buena parte del estado y, sobre todo, unos kilómetros al
norte, en Juárez. Pero para Villa Ahumada lo ocurrido era un hecho inédito. Su
tasa de homicidio fue por años cercana a cero. De 2003 a 2007, según datos del
INEGI, registró ocho asesinatos contra mil 98 de Juárez y 352 de Chihuahua.
Pero en un día acumuló tantos homicidios como en los 25 años previos.
A raíz de la masacre
cayó sobre el municipio lo que a sus habitantes pareció un mal fado. Una
tormenta perfecta: casi al mismo tiempo que la maquiladora de bobinas que por
década y media había sostenido al pueblo se mudó a China —llevándose mil 600
empleos de golpe—, se presentó una drástica caída en el turismo, que se secó de
la noche a la mañana.
Los visitantes de
Estados Unidos, ya escasos por la violencia en Ciudad Juárez, dejaron de acudir
casi por completo a los famosos asaderos de burritos y quesadillas de la
ciudad, de los que depende parte de la economía local. El desempleo, según
cálculos de Magdaleno, llegó a rondar 60 por ciento.
Aunque no queda
claro si se debió a la violencia o a la economía, un número indeterminado de
familias simplemente dejaron la ciudad tras la masacre. Pocos se sorprendieron
cuando el Censo de 2010 reveló que desde 2000 Villa Ahumada había perdido 444
habitantes o casi 25 por ciento de su población.
***
Aun a cuatro años de
distancia, el secretario del ayuntamiento rechaza referirse a la masacre de
forma directa. Le llama “evento” o “incidente”. E insiste en señalar que no
ocurrió, propiamente, en el municipio, sino en el rancho El Vergel y en
Samalayuca, que pertenecen a los confines de Juárez.
“Fue algo terrible,
nos hizo tener muy mala fama. Y ni siquiera ocurrió aquí en los límites del
pueblo”, lamenta Magdaleno. Lo que sí ocurrió en Villa Ahumada fueron los
hechos que, a la postre, llevarían a la masacre: la madrugada del 10 de
febrero, por espacio de varias horas, un comando tomó el pueblo y se dedicó a
levantar personas, aparentemente al azar.
Los rehenes fueron
llevados a El Vergel, donde varios fueron ejecutados; otros ya iban muertos.
“Vi los cuerpos desde que me subieron a la camioneta”, recuerda O, uno de los
tres sobrevivientes.
O no ha abandonado
Villa Ahumada. Junto con C, otro compañero de cautiverio, ha insistido en
quedarse en el pueblo. “Para mí no fue tan difícil recuperarme. Las que
sufrieron mucho fueron mi esposa y mi hija, que se despertaban gritando en la
noche”, recuerda este carpintero, a quien le tocó vivir, en primera fila, el
primer enfrentamiento del Ejército y el crimen organizado del sexenio anterior.
Cuatro años después
es posible reconstruir lo sucedido gracias a su memoria. “Los sicarios se
toparon con un soldado y lo mataron. Fue cuando salieron más militares del
cerro. Yo estaba con C y M (otro sobreviviente) en el suelo, esposado. Dicen
que todo duró una hora, pero siento que pasó muy poco tiempo”.
Comenzaron a
sobrevolar los helicópteros. “Los soldados eran como máquinas. Están muy
preparados. Fueron acabando uno a uno con los sicarios, que nada más disparaban
sin medirle. Después de un rato, nada más se escuchaban unos tiros. Y luego
nada”.
Los tres
sobrevivientes, que yacían prácticamente desnudos en medio de la zona de fuego,
fueron rescatados por unidades de las Fuerzas Especiales. Tras pasar algún
tiempo en el exilio, C y O regresaron a la ciudad. De M nadie sabe nada hace
tiempo.
O dice que hace rato
perdió contacto con los sobrevivientes con quienes compartió la madrugada
nevada de febrero. “No tenemos más que decirnos”, considera.
***
Ha tomado tiempo a
Villa Ahumada recuperarse. Pero las primeras señales de una primavera comienzan
a notarse: los asaderos registran actividad y esta temporada invernal, por
primera vez en varios años, turistas provenientes de El Paso se aventuraron a
venir para comprar quesos. La empresa Lear, que elabora vestiduras para
automóviles de lujo, abrió en 2009 una planta que ahora emplea a 600 personas.
Otra muestra es la
comandancia de la policía local. La última vez que la oficina estuvo ocupada
fue en mayo de 2008, antes de que un comando asesinara al titular de Seguridad
Pública y a tres agentes, lo que generó la renuncia en masa del resto de
compañeros. Hoy una nueva camada ha sido contratada.
De no haber tenido
un solo agente en cinco años, Villa Ahumada cuenta con un embrión de
Departamento de Policía: 20 agentes fueron entrenados en la academia de
Chihuahua y han comenzado a patrullar calles del municipio, tarea que había
recaído desde 2008 en la Federación y el estado.
“Aquí se vive
tranquilo. Lo peor ya pasó”, sostiene, un tanto optimista, el comandante
Fernando Vázquez, quien encabeza la seguridad del municipio más grande de
Chihuahua. “Nosotros estamos trabajando, porque con suerte en unos 20 días nos
dejan tener armas de cargo”.
—¿No tienen armas?
—El Ejército aún no
nos deja. Pero ya pronto.
- Pactan en Morelos
mando único
El gobierno de
Morelos y los 33 municipios acordaron integrar un mando único de seguridad en
tareas de prevención, investigación y reacción contra la delincuencia, que
colocó desde 2009 a la entidad como uno de los destinos más violentos del país.
Jorge Messeguer Guillén,
secretario de Gobierno, justificó el acuerdo a partir de la “pulverización” de
las estrategias policiacas en las regiones frente a una operatividad constante
y creciente de los grupos criminales que llevaron a Morelos al segundo lugar en
secuestros y extorsiones, tercero en violaciones y cuarto en homicidios dolosos
(ejecuciones).
Explicó que el Mando
Único Coordinado convierte a Morelos en el primer estado con este modelo. Es
“un acuerdo de colaboración, no de sumisión”, dijo, donde fueron integrándose
aportaciones de alcaldes. El esquema tendrá una duración indistinta, ya que
algunos municipios lo firmaron por un año y otros por tres. La fuerza de
reacción será de mil elementos.
Tras la firma del
convenio con los 31 municipios, el gobernador Graco Ramírez Garrido anunció la
construcción de cuatro cuarteles regionales de policía para que aproximadamente
en mayo el esquema general de mando único y de combate a la delincuencia
funcione plenamente.
(MILENIO/ Víctor Hugo/ Michel7 Febrero 2013 - 12:03am)
19.-
Acribillan a alcalde ante su familia en Michoacán
El funcionario comía en un restaurante de Pátzcuaro,
cuando un individuo se acercó y le disparó con una escopeta
Excélsior
MORELIA, Mich., 5 de
febrero.— Wilfrido Flores Villa, presidente municipal interino de Nahuatzen,
Michoacán, fue asesinado la tarde de ayer en un restaurante de Pátzcuaro.
Según autoridades
municipales, el autor del crimen es un individuo que utilizó una escopeta
calibre 12 para disparar una ocasión y darse a la fuga.
Omar Villarreal,
director de Seguridad Pública de Pátzcuaro, señaló que la víctima recibió un
impacto por arma de fuego en la espalda, mientras Flores Villa almorzaba birria
en un establecimiento conocido como Don Prisci hasta donde llegó el individuo que sin mediar palabra perpetró el
atentado.
Datos proporcionados
por los testigos del homicidio revelan que el agresor descendió de un vehículo
Tundra.
“Una persona de
pantalón de mezclilla y chamarra roja había abordado un vehículo Tundra con más
individuos a bordo, del cual solamente descendió uno que fue quien lesionó y
posteriormente dio muerte al presidente municipal,” agregó Omar Villarreal.
El alcalde interino
murió de manera instantánea; su esposa y dos hijos presenciaron el homicidio.
Tras la agresión,
corporaciones policiacas y de auxilio se trasladaron hasta el restaurante Don
Prisci e implementaron un dispositivo de seguridad para tratar de dar con el
responsable del asesinato, pero hasta el momento no se ha dado con su paradero
ni el de sus cómplices.
Zona purépecha
Nahuatzen es un
poblado indígena ubicado en la meseta Purépecha, donde se vivía un conflicto
político por la sustitución del alcalde constitucional electo, Ignacio
Rodríguez Villa, quien murió en septiembre del año pasado a consecuencia de
leucemia.
El Congreso del
Estado es quien debe designar al presidente municipal sustituto, los aspirantes
a ocupar el encargo y concluir con la administración municipal 2012-2015.
Entre ellos estaban
el encargado provisional del despacho
presidencial, Wilfrido Flores Villa, el síndico Roberto Gutiérrez y la viuda
del munícipe, Isabel Duarte Contreras.
El responsable de la
comisión de Gobernación, el diputado Olivio López Múgica, reconoció en diversas
ocasiones el conflicto político que se vivía en la localidad por la designación
de nuevo edil, por lo que sugería directamente al Comité Estatal del PRI
concretar acuerdos entre los aspirantes y tener un solo candidato.
Vacío de poder
El municipio de
Nahuatzen cumple poco más de cuatro meses sin un presidente municipal:
El pasado 30 de
septiembre falleció por leucemia gástrica el alcalde electo Ignacio Rodríguez
Villa.
En los días
siguientes el cabildo nombró a Wilfrido Flores Villa (foto) como encargado de
despacho.
Él y otros dos
aspirantes conformaron una terna para que el Congreso del Estado y el PRI
determinaran al nuevo presidente municipal sustituto.
Sin embargo, ante
las complicaciones que se generaron, el punto de acuerdo tuvo que ser
cancelado.
Las autoridades
municipales y estatales no han dado a conocer los posibles móviles del
asesinato de Flores Villa.
(EXCÉLSIOR/Miguel García Tinoco
/05/02/2013 08:05)
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